El rock clásico está de vuelta, la generación Z está redescubriendo el género, incluso lo está adaptando a sus formas y tendencias. Habrá muchos que se ofendan con los nuevos covers pero está bueno que la música que en algún momento nos hizo sentir las mejores emociones regrese. Lo importante es que nunca mueran los ritmos que han hecho historia.
Para apoyar el movimiento, aquí te presentamos una lista con los álbumes de rock clásico que debes de escuchar. Es difícil hacer una selección porque el rock tiene sus variantes, pero para que empieces a enamorarte y a sentir, creemos que estos exponentes son los indicados. Ya después cuando seas todo un experto te recomendaremos otras joyas del género.
Si quieres verte bien, solo copia el link de este artículo y envíalo a ese neófito en la materia que quiera adentrarse por primera vez en el magnífico mundo del rock.
Pink Floyd – The Dark Side Of The Moon (1973)
Aunque con The Wall batieron récords de ventas y habituaron a una generación a incorporar conceptos como ópera rock o disco conceptual, The Dark Side Of The Moon es su disco más épico y que se convirtió en un referente para la cultura popular.
Todo en él es grandilocuente, hasta la portada, una de las más legendarias de todos los tiempos. 741 semanas en la lista Billboard entre 1973 y 1988 demuestran la calidad de un álbum cuyos beneficios ayudaron incuso a financiar la película Monty Python & The Holy Grail y eso es algo con lo que no se puede discutir.
Rolling Stones – Exile on Main St. (1972)
Esta épica obra de los Stones no tiene ningún hit entre sus 18 temas, más allá de Tumbing Dice, y sin embargo suele figurar en lo más alto de los rankings de los 23 álbumes de la banda liderada por Mick Jagger.
Pergeñado en una finca francesa alquilada mientras los miembros del grupo vivían ‘exiliados’ allí para evitar los altísimos impuestos en su país, las drogas y las caóticas sesiones de grabación precedieron al único álbum doble de estudio de su carrera, que terminó convertido en piedra angular de su discografía y en un auténtico clásico del rock.
Led Zeppelin – IV (1971)
Seguramente los muy MUY fans de Led Zeppelin se quedarían con el magnífico Physical Graffiti como el disco más completo de la banda pero este IV tiene tal cantidad de hits que es imposible no recomendarlo a quien se adentre por primera vez en territorio Zep.
Puro rock and roll (literalmente, en el tema 2), con la dosis justa de folk y hard rock, además de por supuesto, el mejor solo de guitarra de la historia. Gracias por todo, Jimmy Page.
The Eagles – Hotel California (1976)
Aunque despacharon millones de copias del álbum, lanzarlo no fue tarea para The Eagles: tenían grabando en el estudio de al lado a Black Sabbath y montaban tanto ruido que a menudo tenían que interrumpir las sesiones.
Pero el resultado valió la pena, con un disco que es un clásico básico del rock y que incluye una de las mejores canciones de la historia: Hotel California. Con esa inmortal letra («un chinito pescando…») que más allá de las leyendas diabólicas que se le asocian, y de la broma que no hemos podido evitar, buscaba según sus autores ser una alegoría de la decadencia del Sueño Americano y de los excesos del mismo en forma de consumismo y superficialidad, personificados en la ciudad de Los Ángeles.
The Beatles – Revolver (1966)
¿Se puede elegir el mejor disco de una banda tan enorme como fueron los Beatles? Sería como elegir si quieres más a papá, a mamá o a tus once hermanos. Pero como hemos caído en nuestra propia trampa y estamos obligados a quedarnos con uno, ese debe ser Revolver.
Este Sgt. Pepper antes del Sgt. Pepper supuso un salto importantísimo en su sonido y logra volarte la cabeza de un millón de formas saltando desde el rock de Taxman a la psicodelia de Tomorrow never knows, y de la sinfonía de Eleanor Rigby a los divertidos efectos de sonido Yellow submarine (con Paul y John haciendo burbujas en un barreño con agua, por ejemplo). No en vano está considerado uno de los álbumes más innovadores de la historia de la música.
David Bowie – The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972)
Dicen que la mitad de lo que hoy en día ves y escuchas en la música rock viene de Bowie y la otra mitad no importa. Y aunque quizá eso sea un pelín exagerado, este torrente de glam cayendo en cascada desde el planeta Marte es –junto a Tommy y el Thick as a brick de Jethro Tull– el álbum conceptual definitivo.
Su álter ego en forma de superestrella alienígena bisexual nos dejó una de sus mejores canciones, Starman, y con esta obra mestra de galácticas proporciones redefinió lo que podía ser una rockstar.
AC/DC – Back In Black (1980)
¿Cómo podía AC/DC repetir el rotundo éxito de su Highway To Hell? ¿Y sobre todo cómo podían hacerlo tras fallecer su carismático frontman Bon Scott?
Pues con la bendición de la familia de Scott, reclutaron a Brian Johnson y contra todo pronóstico crearon el mejor álbum de su carrera: una obra mestra de pura energía rockera en 42 demoledores minutos.
Black Sabbath – Paranoid (1970)
El segundo disco de los padres del heavy metal tal y como lo conocemos iba a llamarse War Pigs hasta el último momento y el mítico tema que le dio nombre fue una canción de relleno grabada deprisa y corriendo, basada en un sencillo riff de guitarra de Tony Iomi.
Y aún así la banda británica se las apañó para sacar un disco que fue un auténtico manual de instrucciones para todas las posteriores bandas de rock duro y un puñetazo en la cara al movimiento hippy y a la psicodelia imperante en aquella época.
The Who – Who’s Next (1971)
Sin saber qué camino tomar tras el éxito de Tommy, el guitarrista de The Who Pete Townshend trató de emularlo con Lifehouse, que iba a ser una ambiciosa ópera rock de ciencia ficción.
Pero el proyecto se abandonó en favor de un disco de rock clásico. Y fue una afortunada decisión, porque además de salvar a Townshend de una crisis nerviosa y a la banda de la ruptura, supuso la creación de nueve temazos que se conviertieron en clásicos instantáneos.
Fleetwood Mac – Rumours (1977)
Si escuchas con atención puedes oír la cocaína, el alcohol y el sexo a través de las inmortales canciones de este álbum. Y también por supuesto puedes deleitarte mientras pones la oreja con la embrujadora voz de Stevie Nicks en canciones como Dreams o Gold Dust Woman.
El LP que consagró al grupo y les hizo vender unos 40 millones de discos fue número uno en casi todo el mundo y no en vano: es un álbum perfecto, que hace gala del pop rock más elegante que puedes encontrar entre Londres y California.
Con información de Esquire Fotos: Cortesía