La exposición «Leonardo Da Vinci, el rostro de un genio», con su icónico autorretrato «Tavola Lucana» llega a sus últimos días de estancia en Puebla, para ser enviada a Madrid en octubre próximo.
El retrato del maestro florentino, cuyo hogar original es la Biblioteca Real de Turín, ha estado en la Galería del Palacio Municipal de Puebla para ser vista por el público desde el 10 de julio pasado, hasta el 7 de octubre, cuando será enviada para su exposición a la capital española.
Tras su paso por Puebla la «Tavola Lucana» viajará a España, donde será expuesta en el Palacio de las Alhajas de Madrid entre el 29 de noviembre y el 19 de mayo junto a los Códices Madrid I y II, que expondrá la Biblioteca Nacional, segunda sede de la muestra.
«Es una obra que se presenta por primera vez en el continente americano; México es la sede, específicamente Puebla, es algo histórico para nuestro país» dijo en la inauguración Anel Nochebuena, directora del Instituto Municipal Arte y Cultura de Puebla (IMAPC).
La «Tavola Lucana», autorretrato de Da Vinci, es el eje central de esta exposición interactiva en la que el arte y la tecnología se conjugan para ofrecer una experiencia sensorial única sobre la vida y obra de este icono renacentista.
«Lo que hemos querido hacer es que el espectador cuando llegue a ver la pieza se encuentre con una explicación didáctica, lúdica», apuntó la directora del Instituto.
Señaló que desde que accede, el espectador puede mirar videos, ver realidad aumentada, leer textos de la Tavola Lucana para que cuando la tenga frente a sí «pueda disfrutarla».
Al fondo de este recorrido interactivo, protegida por una cubierta de cristal, está la «Tavola Lucana», un cuadro emblemático de Da Vinci que ha recorrido las galerías internacionales más importantes.
El historiador de arte Nicola Barbatelli dijo que su descubrimiento de esta obra, en 2008 en una colección privada en Salerno, sur de Italia, «fue una casualidad».
La «Tavola Lucana» estaba catalogada como un retrato de Galileo Galilei y fue años más tarde cuando diversos estudios lograron identificarla como un autorretrato de Da Vinci.
Diversas universidades italianas, en colaboración con la escuela de estudios de Leonardo Da Vinci en Los Ángeles, a cargo del maestro Carlo Petriti, atribuyeron la autoría de la obra al pintor renacentista.
Estudios de pigmentación, materiales, técnicas y detalles en el cuadro como una frase en el reverso y la huella digital del propio Leonardo fueron claves para determinar que se trataba de un autorretrato de Da Vinci.
«No es un óleo, es una tempra grasosa, es otro estilo» señaló Barbatelli.
El historiador define a Leonardo como «pintor y científico» y refiere que para hablar de él y de su obra hay que conocer la faceta de investigador del artista y sus estudios sobre fisonomía y perspectiva.
Da Vinci «es un genio infinito, símbolo del pasado y del próximo milenio» y su herencia es «él mismo, su curiosidad, su forma natural de ser, su intensa actividad de hombre de letras», añadió Barbatelli.
Junto con la obra estelar, en la exposición se muestran proyecciones de otros retratos y obras de Da Vinci acompañadas por material audiovisual explicativo.
Entre ellas se encuentra «La dama del armiño», «La última cena», «Retrato de Platón» o el retrato de Da Vinci hecho por Francisco Metzi en tiza roja.
La exposición se enmarca dentro de los actos conmemorativos por el aniversario 500 de la muerte de Da Vinci (1452-1519).