Luis Pablo Beauregard | El País | Cuartoscuro
México ha alcanzado un nuevo hito en la epidemia homicida que vive desde hace más de una década. El país registró durante el primer año de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador un nuevo récord de asesinatos. Las 35.588 víctimas contabilizadas en 2019 lo convierten en el año más violento desde que se llevan registros con una tasa de 27 homicidios por cada 100.000 habitantes. Entre estas víctimas hay 1.006 mujeres asesinadas por violencia machista (feminicidio). Colima, un pequeño Estado en el Pacífico con menos de un millón de habitantes, ha repetido nuevamente como la entidad más violenta. Con 760 homicidios tiene una tasa de 107 asesinatos por cada 100.000 habitantes, superior a la de El Salvador (62, según el Banco Mundial), uno de los países más violentos del mundo.
La cifra de 2019 registra un ligero aumento si se le compara con 2018, el último año de la presidencia de Enrique Peña Nieto. El Gobierno del PRI había fracasado en la contención de los homicidios en el cierre de la Administración. El año cerró con 34.655 asesinatos, 912 de ellos fueron feminicidios. El número revelado este lunes por el Sistema Nacional de Seguridad Pública confirma una subida de 2,6% en los homicidios dolosos en 2019.
El presidente López Obrador evitó hablar de la histórica cifra registrada en el primer año de su Gobierno. Durante su conferencia de prensa matutina de este martes, el mandatario se limitó a afirmar que la Administración de Morena continuará combatiendo a los carteles del narcotráfico. Pero también añadió a que su Gabinete ha dado también importancia a la lucha contra «la delincuencia de cuello blanco». «Yo sostengo desde hace mucho tiempo que el principal problema de México es la corrupción, la corrupción política», ha señalado el mandatario a la prensa.
El informe presentado por la Secretaría de Seguridad Pública reconoce, sin embargo, un aumento de las víctimas de cinco delitos prioritarios. Además del aumento de homicidios, los feminicidios también pasaron de 912 en 2018 a 1.006 en 2019 y los secuestros de 1.559 en 2018 a 1.614 el año pasado. La extorsión registró el crecimiento más pronunciado con una subida del 29% con 8.523 víctimas. Por último, la trata de personas también aumentó un 12,6%, con 644 víctimas del delito en 2019.
Los números obtenidos confirman la falta de norte en el combate contra el crimen de López Obrador. La estrategia de seguridad sigue sin afianzarse mientras los encargados de liderarla, los secretarios de Seguridad y de Defensa, han pedido a la ciudadanía más tiempo para disminuir la sangría. El informe subraya una violencia generalizada que rompe con la lógica de dinámicas regionales y focalizadas. Estados como Sonora, al norte de México, vieron disparar los homicidios un 57% durante 2019. También Hidalgo y Aguascalientes, en el centro del país, con un aumento de 49% y 32% respectivamente. Otras entidades que vieron incremento en los índices de violencia son Coahuila, Chihuahua, Campeche, Colima, Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Nuevo León, Jalisco, Oaxaca y Quintana Roo.
A pesar de los malos datos, el cierre de 2019 alberga espacio para la esperanza. El Gobierno mexicano logró hilar cuatro meses en los que documentó menos de 3.000 víctimas de homicidios entre septiembre y diciembre. Este periodo pudo romper con la preocupante dinámica que se instaló durante el verano de 2019, cuando tres meses dejaron 9.182 asesinados. El arranque de 2020 tendría que confirmar una tendencia a la baja, pero la realidad parece contradecir a la estadística tras un inicio muy violento en Estados como Baja California y Guerrero, donde fueron asesinados diez campesinos este fin de semana.
La cifra de homicidios presentada recientemente es de carácter preliminar. Un avance de las cifras definitivas del año pasado será presentado hacia el final de enero. Será entonces cuando el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) corrige y avala las cifras presentadas por las fiscalías locales, que suelen presentar vicios de registro y que, usualmente, contabilizan por debajo los homicidios dolosos cometidos en el país. Por estos motivos, los especialistas en seguridad no descartan que el número de definitivos aumente con los datos del INEGI y confirme que México sigue viviendo la pesadilla más violenta de su historia reciente.