Por Linda M. Romero Orduña
Este 8M conmemoramos a todas las mujeres que han luchado y que siguen luchando por sus derechos, por un futuro más igualitario, equitativo y libre de violencia para ellas y para sus hijas. Pero ¡todos nosotros y todas nosotras debemos ser parte de esta lucha! Nadie debería quedarse fuera.
La mayoría de las mujeres en algún momento de nuestras vidas hemos pasado por alguna amarga experiencia o por varias de ellas que nos recuerdan que en nuestra sociedad las mujeres sufrimos diferentes tipos de violencia y que en la mayoría de los casos quienes ejercen esa violencia son nuestros mismos familiares, parejas sentimentales o ex parejas, jefes, amigos, compañeros de trabajo… En otras palabras, con mucha frecuencia, nuestros violentadores suelen tener algún parentesco o vínculo sentimental o laboral con nosotras. Aunque también muchas veces son completos extraños quienes nos lanzan miradas incómodas o piropos cuando caminamos solas por la calle.
Si tú que estás leyendo esto ahora eres mujer, seguramente habrás asentido con la cabeza al leer estas líneas y habrás recordado alguna experiencia pasada o presente en la que te hayas sentido vulnerable y/o agredida. Pero, si eres hombre, seguramente también te preocupa y molesta que las mujeres más importantes de tu vida no estén seguras, ya sea tu madre, hermanas, esposa, hijas, novia, amigas, compañeras de trabajo…
Entonces, ¿qué podemos hacer para cambiar la situación de violencia cotidiana que enfrentamos las mujeres en México y en Puebla? La respuesta es informarnos, sensibilizarnos y dejar de normalizar prácticas que son violentas y que muchas veces no sabemos que lo son.
- Informarnos para poder identificar una situación potencial de violencia, poderla prevenir y denunciar.
- Sensibilizarnos para empatizar con las víctimas sin revictimizarlas nuevamente culpándolas de la violencia que sufren y concientizarnos de que necesitamos educar a las futuras generaciones y reeducarnos como generaciones presentes en el respeto y la no violencia, sin importar nuestro sexo, género o preferencia sexual.
- Dejar de normalizar y reproducir aquellas prácticas que fomentan la violencia como los chistes misóginos, comentarios denigrantes y burlas hacia las mujeres, y que muchas veces provienen de otras mujeres.
Por lo tanto, para estar bien informadas e informados y después lograr avanzar hacia la concientización, sensibilización y desnormalización de las prácticas de violencia debemos de saber que existen diversas modalidades de violencia contra la mujer que están contempladas en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia publicada el 1 de febrero de 2007. Esto significa que las mujeres gozamos de la protección del Estado mexicano gracias a esta ley y que quienes trasgredan la misma serán acreedores a una sanción. Además, esta ley se generó de conformidad con los Tratados Internacionales en Materia de Derechos Humanos de las Mujeres, es decir, que internacionalmente es prioridad el prevenir, sancionar y erradicar las violencias contra las mujeres, niñas y adolescentes.
Ahora, ¿cuáles son esos tipos de violencia y en qué consisten?
- Violencia psicológica. Se refiere a cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicoemocional de una mujer. Por ejemplo: los excesivos celos de las parejas sentimentales, los insultos, las denigraciones o humillaciones, las infidelidades, el rechazo o abandono. ¿Algunas vez te habías imaginado que en una ley se consideraran a la celotipia o a las infidelidades como formas de violencia?
- Violencia física. Cuando se generan daños o lesiones a partir del uso de la fuerza física o de algún arma. Las caricias bruscas, los empujones “de juego” y los zapes pueden escalar en intensidad y convertirse en formas que puedan dañar físicamente a alguien.
- Violencia patrimonial. Es aquella que afecta la supervivencia de la víctima ya sea porque se le retengan, sustraigan o destruyan objetos o documentos personales, así como bienes y recursos económicos. Por ejemplo, cuando a raíz de una separación tu ex pareja se niega a regresarte tus documentos personales como identificaciones, pasaporte, acta de nacimiento, títulos, etc.
- Violencia económica. Cuando se limita y controla el ingreso económico de las mujeres. Por ejemplo, cuando las mujeres no recibimos el mismo salario que los hombres por el mismo trabajo.
- Violencia sexual. Cuando se comenten actos que degradan o dañan con intenciones sexuales la libertad, dignidad e integridad de una mujer, tales como el acoso, hostigamiento y violación sexual.
Además de estos tipos de violencia, hay otras modalidades que se dan en el ámbito familiar, laboral, institucional, político, digital y comunitario. Esto quiere decir que las mujeres sufrimos violencia en nuestros hogares y por parte de nuestros familiares, en los centros de trabajo, en las oficinas o dependencias de gobierno por parte de servidores públicos, en la esfera pública cuando una mujer busca contender en algún proceso electoral o cuando es funcionaria pública, en los medios digitales como son las redes sociales y en los espacios públicos comunitarios como las calles, parques, plazas comerciales, restaurantes, etc.
Como podemos ver, son numerosas las formas de violencia que sufrimos diariamente las mujeres y los ámbitos en los cuales las experimentamos. Lamentablemente son numerosas las veces que no les ponemos un alto ni denunciamos porque creemos que es algo normal o porque quien sufre de violencia es porque algo habrá hecho mal para merecerlo. Es momento, de concientizarnos, sensibilizarnos y sumarnos a esta lucha por un México y una Puebla libre de violencia contra las mujeres. ¡La tarea es de todos y de todas! ¡No lo olvides!