¿Pagarías miles de dólares por un abrigo o una camisa que nunca te vas a poner?
No vas a creerlo, pero existen ya miles de personas que pasan la mayoría de sus horas dentro del metaverso. Están tanto tiempo dentro de un mundo virtual, que inevitablemente terminan comprando algo digital para coexistir, así esté más caro en el metaverso que en la vida real. ¿Qué loco no?
Al final, los dueños del mundo saben manipularnos, saben que muchas personas fingen un estilo de vida que no tienen. Esta dimensión sólo ha venido a convertirnos en quienes siempre hemos querido ser. Y en este aspecto, el sector del lujo tiene mucho que aportar.
Soñar con ser otra persona o una versión mejorada es una de las “ventajas” que tiene formar parte del metaverso. No se trata de una fantasía imaginaria, porque aquí todo es posible y, en especial, el sector del lujo, que tiene reservado un gran espacio para su recreación. Las personas son avatares y pueden interactuar con todos los elementos que aparecen en este espacio.
Ya puedes vestir de Gucci en el Metaverso
Algunas marcas, como Gucci, ya se han asociado con plataformas y creadores para diseñar ropa digital. Los mismos pasos sigue Balenciaga, que ya vende prendas en las plataformas de videojuegos Fortnite y Roblox. Otras, como Nike, Tommy Hilfiger, Burberry y Dolce & Gabbana están probando suerte con la ayuda de agencias de marketing viral.
No todo en esta experiencia inmersiva tiene que ser nuevo. Las marcas pueden recuperar diseños antiguos de archivo físicos y convertirlos en archivos virtuales, proporcionando una nueva fuente de ingresos con una inversión mínima.
Cathy Hackl, apodada “la madrina del metaverso”, asegura que «las empresas pueden aprovechar sus muchos años de historia y patrimonio para presentar un legado a las nuevas generaciones» y que «la nostalgia es un sentimiento muy poderoso para animar a la compra». Esto hace que muchos de los certificados inteligentes o NFT se puedan transferir cuando el artículo cambia de manos, suponiendo ingresos continuos para el diseñador original y menos problemas con las imitaciones.
La industria de la belleza en el metaverso
También la industria de la belleza quiere su trozo de pastel. A pesar de que este sector se presta bien a estas experiencias gracias a los experimentos y probadores virtuales, es menos coleccionable que la moda. Pero sólo tienen que adaptarse. Su acogida puede ser tan simple como el uso de un filtro de realidad aumentada o tan complicada como comprar un NFT. Muchas de ellas están adoptando un modelo híbrido de posicionamiento, mezclando ventas reales y virtuales.
Hay voces que aseguran que el metaverso marcará la siguiente era tecnológica. El sucesor de internet. ¿Ocurrirá así? La generación Z tiene arraigado su concepto al pasar gran parte de su tiempo jugando, socializando y comprando allí. La mejor manera de aceptar el cambio es saber que pasaremos mucho tiempo conectados a simulaciones virtuales persistentes. Si la gente lo cree, entonces, se intensificará la criticidad de cualquier cosa que sea importante para la identidad y la autoexpresión. Y todo cambiará.
Con información de Forbes