Este barco de exploración híbrido es el primero en el mundo que navegará las aguas más espectaculares del planeta con una tecnología innovadora, proclamándose líder en el sector cruceros.
La naviera Hurtigruten da la bienvenida al MS Roald Amundsen, el primer buque ecológico de la compañía que acoge hoy a los primeros huéspedes a bordo, específicamente 530 pasajeros.
Una de sus características es la tecnología y propulsión híbrida con baterías a bordo que reducen las emisiones de CO2 en más de un 20%, lo que permite navegar al 100% con energía eléctrica durante 30 minutos en un silencio casi total.
El recorrido que propone solo se realizará una vez en 2022, partiendo de Vancouver el 8 de agosto. Esta ciudad canadiense es el punto de partida perfecto para trazar un itinerario que bordea la costa de Alaska, atraviesa el Paso Interior y llega a rincones como Sitka o Wrangell, ciudades a las que solo se puede acceder navegando o en avión y que están rodeadas de una vegetación exuberante.
No en vano, estas islas están rodeadas y protegidas por el Bosque Nacional Tongass, el mayor de todo EE.UU. y que es el bosque pluvial templado más grande del mundo.
Desde aquí sigue la línea de costa de Alaska hasta llegar a las islas Aleutianas y atravesar el estrecho de Bering, con Rusia al oeste y EE.UU. al este. De hecho, esta travesía bordea con la línea de cambio de día, de ahí que se pueda viajar al mañana sin recurrir a ninguna máquina del tiempo. Desde aquí se adentra en el Círculo Polar Ártico, dejando a babor hitos geográficos como Point Barrow, el punto más septentrional de Estados Unidos.
Ya en el mar de Beaufort, las ballenas de Groenlandia y las ballenas grises se convierten en el mejor compañero del viaje, además de los paisajes descarnados del litoral extremo de coordenadas como Devono Fort Rossen, la isla deshabitada más grande del planeta.
El contacto con la humanidad se recupera en Ilulissat y en Sisimut, los principales asentamientos de Groenlandia, que se visitan antes de seguir bordeando la costa Este de Canadá y EE.UU.
Tras parar en Boston y en Miami, el MS Roald Amundsen encara el Mar Caribe, cruza el canal de Panamá y baja hasta llegar a la Patagonia Chilena. Y desde aquí, tres días completos, los 87, 88 y 89 de la expedición, descubriendo la Antártida, un continente que luce en todo su esplendor al finalizar la primavera austral y que Hurtigruten puede recorrer al adherirse a las estrictas reglas de preservación que exige este santuario natural en riesgo.
Los últimos tres días de viaje, programados para el 6, 7 y 8 de noviembre, están destinados a regresar a Ushuaia y, desde ahí, volar a Buenos Aires.
Todo ello con un programa de entretenimiento a bordo destinado a que el pasajero conozca mejor los paisajes que observa y visita, con conferencias impartidas por el equipo científico del barco, cursos de fotografía, excursiones guiadas, e incluso, con actividades de ayuda a la investigación gracias al programa de ciencia ciudadana. ara el día siguiente
Además de este itinerario, Hurtigruten oferta otra opción para viajar de Polo a Polo, en un crucero de un mes menos de duración y que conecta Isla Victoria, en el norte de Canadá, con la Antártida a bordo de otro barco, el MS Fram, que en este caso es de propulsión clásica.
Con información de National Geographic