Por Edmundo Velázquez | @mundovelazquez
Yuval Carpinteyro nació de la música y con la música. Incluso su nombre significa “melodía” en hebrero. Viene de una familia dedicada a tocar profesionalmente e incluso nació y creció en medio de La Rondalla Femenil de Puebla, un proyecto de su mamá, Martha Cuevas.
”Yo crezco entre guitarras, entre muchas mujeres, concursos de rondallas y mi oído se empieza a educar un poco. Yo cantaba a los 3 años, cuando no sabía ni qué querían decir las canciones y sigue siendo la hora en que yo sigo cantando”.
La joven hoy de 24 años de edad comenzó desde los 13 años gracias a la influencia de su mamá. “Empiezo a trabajar con ella, ella toca el teclado, la guitarra y canta, es muy talentosa. Y mi papa es Celestino Rojas y toca el saxofón”.
La regla en su familia, a pesar de todos ser músicos, es que si quieren seguir en el escenario deben de tener una carrera. Yuval concluyó la carrera de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey Campus Puebla, a donde llegó por la música. Realmente aprendió a tocar el saxofón y la guitarra desde los 15 años de edad, y formó parte de la banda de música del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec.
“Lo chistoso es que afortunadamente se va entrelazando la música en todos los aspectos, donde estudio ingresé por la música, estudié Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey gracias a una beca que me gané por un concurso de canto y me otorgaron una beca del 90% y era un mínimo a pagar en una universidad de mucho prestigio”, asegura.
A pesar de verse como una joven muy centrada y segura de sí misma y de estar acostumbrada a los escenarios, Yuval Carpinteyro admite que aún sufre pánico escénico en los concursos: “Me entra el nervio, pero agarras la experiencia y tratas de disimularlo. Cuando hicieron la primera edición de La Voz México yo acababa de cumplir 18 años y mi experiencia vocal no era suficiente, pero vi cosas que no eran como lo que esperas, buscan gente con historia para vender”.
La cantante y músico actualmente es coordinadora operativa de uno de los mejores grupos músico vocales, Escándalo. Su puesto lo obtuvo escalando entre la estructura de la banda.
“El público poblano es complicado. Porque tú puedes proponer algo nuevo, algo distinto, pero la gente te va a seguir pidiendo lo de siempre. A veces es decepcionante”.