Shania Twain fue una de las grandes estrellas de la música de mediados de los 90, con su mezcla de pop y country y su actitud femenina, feminista y muy empoderadora. A decir verdad, fue una de las pioneras de ese sentimiento de fuerza y sororidad que ahora poco a poco intentamos asumir las mujeres.
Shania Twain es la artista country femenina más vendida de todos los tiempos, con tres Discos de Diamante.
Netflix acaba de estrenar el documental ‘Shania Twain: Not Just a Girl’, que recorre la vida de la cantautora nacida el 26 de agosto de 1965 en Ontario (Canadá), desde que era una niña de primaria y actuaba en los bares de su ciudad, hasta que sus discos se vendían por millones y millones de copias. La historia que se cuenta en el documental habla de lucha, éxitos, pérdidas y amor.
Es la propia Twain el hilo del documental, quien, a sus 56 años, se sienta en el salón de su casa junto al lago de Ginebra (Suiza) y comienza a recordar su historia desde el principio. Se crió con sus cinco hermanos en Timmins (Ontario) y asegura que «crecer en un hogar violento fue horrible», lo que la animó a salir a cantar por los bares de la zona con 8 años (ya tenía un amplio repertorio de canciones propias y ajenas).
En el documental podemos apreciar cómo desde niña mezcla estilos; así, suena una grabación de una versión de ‘Hit Me With Your Best Shot’ de Pat Benatar. Pero su progresión musical se detiene bruscamente en 1987, cuando sus padres fallecen en un accidente de trafico y ella tiene que aceptar un trabajo de cantante en un centro turístico canadiense para poder mantener a sus hermanos pequeños.
En 1993 llega a Nashville, donde consiguió un contrato con la discográfica Mercury y se dio cuenta de que una mujer tenía que trabajar tres veces más que un hombre para llegar a algún sitio en la música country. Así que se dedicó a ello. «Ser implacable era la única manera», afirma en ‘Shania Twain: Not Just a Girl’, de aproximadamente 90 minutos de duración.
Su segundo disco, ‘The Woman in Me’, se publicó en 1995 y contó con el productor Robert John ‘Mutt’ Lange, que tenía una amplia experiencia en música rock. El dúo fue una auténtica bomba: el álbum vendió millones de discos en menos de seis meses, Twain y Lange se enamoraron y se casaron. La pareja también funcionó para crear un éxito como el álbum ‘Come On Over’ (1997), con canciones que fueron verdaderos ‘hits’ mundiales, como «You’re Still the One» y «Man! I Feel Like a Woman».
Nos acercamos ya al siglo XXI y comienzan a surgir auténticos problemas en la vida de Shania Twain. Su gran alegría es el nacimiento de su hijo Eja en 2001, pero, tras publicar su álbum ‘Up!’ en 2002, la cantante contrae la enfermedad de Lyme: «Estaba montando a caballo cuando me picó una garrapata, que estaba infectada con la enfermedad», explica en el documental.
«Me mareaba en el escenario, perdía el equilibrio y tenía miedo de caerme de él. Los desvanecimientos eran muy regulares, cada 30 segundos o cada minuto. Tuve todos los síntomas de la enfermedad mientras seguía el tratamiento; me recuperé, pero mi voz nunca volvió a ser la misma», asegura Shania Twain en el reportaje.
Pero el drama no termina ahí, pues se divorcia en 2010, después de que su marido le engañó con su mejor amiga. Shania Twain es una enorme luchadora; recupera su autoestima y su confianza como cantante en una colaboración con Lionel Richie (al que también se le entrevista en el documental). Graba un disco y lo presenta en el Caesar’s Palace de Las Vegas: «Arriesgarse a hacer las cosas a tu manera puede dar miedo», dice Twain. «Sólo tienes que lanzarte».
En muchos de los momentos de ‘Shania Twain: Not Just A Girl’, vemos a una chica que disfruta de su trabajo, con imágenes bizarras como tocando la guitarra en un barco en Suiza, montando a caballo, subida a una motocicleta de ciencia ficción… Pero Shania está cómoda, y entiendes que esa comodidad ha sido clave para que triunfe su música durante décadas.
Y para que ella se sienta a gusto, sin manchas en su propio documental y manteniendo ese empoderamiento, es normal que no veamos por ninguna parte a Robert John «Mutt» Lange. ‘Shania Twain: Not Just a Girl’ obvia esa parte tan dura de la vida de la protagonista y prefiere entrevistar a músicos de generaciones posteriores para las que ha sido muy influyente.
Kelsea Ballerini y Orville Peck trabajan cada uno dentro de una fértil superposición de música country y pop, y ofrecen testimonios de las barreras de la industria que Twain rompió, de las poderosas canciones que escribió y de la voz que dio a quienes la necesitaban, no sólo como mujer en la música sino como inspiración para la comunidad LGBTQ.
En definitiva, ‘Shania Twain: Not Just a Girl’ nos da toda la información sobre una estrella de nuestra juventud con sus infiernos, sus luces y sus sombras, poniendo siempre en perspectiva la vena feminista de sus canciones, y también poniendo en valor una carrera que ya duró cuatro décadas.
Con información de elle.com