A Bruce Dickinson no se le apaga el fuego. El vocalista de Iron Maiden regresó con la banda de metal a la Ciudad de México para un concierto presencial luego de tres años de ausencia por el confinamiento por la pandemia.
En plena contingencia, en 2021, Iron Maiden lanzó su aclamado álbum 17 de estudio Senjutsu. Este 7 de septiembre, los aficionados mexicanos demostraron por qué son de los más fieles, tanto los que siguen a la banda desde sus inicios, como los más jóvenes.
El Foro Sol lució lleno para dar inicio al Legacy of the Beast Tour 2022 gracias a cientos de fans que vestían camisetas negras estampadas con el logo de Iron Maiden o las portadas más icónicas de sus discos.
La banda respondió de igual manera: pantalones de cuero, camisa negra y el cabello recogido, así aparecieron Steve Harris, Dave Murray, Adrian Smith, Janick Gers y Nicko McBraian, para hacer vibrar el suelo con sus legendarios temas y algunas canciones de su nuevo disco.
A las 21:00 horas, la espera llegó a su fin y la legendaria agrupación saltó al escenario de temática japonesa, interpretando tres temas de su más reciente disco: “Senjutsu”, “Stratego” y “The writing on the wall”.
“Los extrañé, en este tiempo hemos estado frente a 63 mil personas, después frente a 60 mil pero hoy es el mejor show de la gira con 65 mil malditas personas. ¡Ciudad de México, ustedes son el maldito ambiente!”, gritó Dickinson ante la conmoción del público. “Oé, oé, oé, oé, Maiden, Maiden”, se escuchó.
Las luces se apagaron, pero los fanáticos incansables siempre sabían qué esperar, porque siempre hubo más.
Bruce saltó al escenario con su uniforme de soldado de la Primera Guerra Mundial para tocar una de sus canciones más poderosas: “The Trooper”.
El cantante, quien también es piloto comercial profesional, incluso participó en un duelo de espadas con una figura de gran tamaño de Eddie the Head.
El momento se interrumpió cuando le aventaron un Dr. Simi, que no supo qué era, pero cuando lo levantó el público gritó y él bailó con el Simi en la mano.
“Vamos, Ciudad de México”, animó el vocalista de 64 años. Aquí la característica fue que no se bailó con el cuerpo, sino con la cabeza, que va al ritmo de cada instrumento. Primero la batería, después el solo de guitarra de Dave Murray y, finalmente, al grito de Dickinson diciendo, “¡Sign of the cross!”
A la presentación de sus nuevas canciones, el escenario cambió y la banda inició un viaje en el tiempo con “Revelations”, del disco Piece of mind (1983). Le siguieron “Blood Brothers” y “Sign of the cross”.
A esos tres temas continuó uno muy querido por el público, “Flight of Icarus”.
Pero seguramente fue “Fear of the dark”, la siguiente canción, la que hizo retumbar al Foro Sol.
Continuaron con otros dos temas míticos: “Hallowed be thy name” y “The number of the beast”. La voz de Dickinson apenas y se podía escuchar debido a los miles de asistentes cantando a todo pulmón.
Previo a estas canciones, el artista dio un motivador discurso agradeciendo a sus fans e invitándolos a dejar atrás los acontecimientos de los últimos años, para disfrutar de la noche.
A partir de ahí, Iron Maiden tocó una canción homónima de la banda, de su primer álbum de estudio (1980), también nombrada de la misma forma. Así, “Iron Maiden’” fue la canción elegida para cerrar la primera oleada de su material más icónico.
Los guitarristas Adrian Smith, Dave Murray y Janick Gers, el bajista Steve Harris y el baterista Nicko McBrain demostraron esa noche que están más vigentes que nunca, al expresar la misma energía que ha llenado festivales y conciertos durante más de 40 años. Un tema de los 90, “The Clansman”, continuó en el setlist, que luego dio paso a otro clásico: “Run to the hills”.
En ningún momento se notó un rezago alguno por el Covid-19, que Bruce enfrentó hace un año; nunca le faltó el aliento.
Fuente: El Universal