En conferencia de prensa, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo y la Secretaria del Trabajo y Previsión Social del Gobierno de México, Luisa María Alcalde, informaron que a partir del 3 de octubre, las puertas de las juntas de conciliación y arbitraje, tanto las locales como la federal, de todo el territorio nacional, incluyendo la Ciudad de México, cerraron; dando paso a la implementación de un nuevo modelo de conciliación como parte de la Reforma Laboral promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con este cambio de paradigma que implica la implementación de un nuevo modelo de justicia laboral, se sustituye a las juntas de conciliación y arbitraje por centros de conciliación y tribunales laborales.
El objetivo es garantiza con mayor eficacia y en menor tiempo la resolución de conflictos laborales, bajo total constitucionalidad. “La idea es que haya una conciliación muy rápida entre el patrón y el trabajador, de tal manera que a tribunales llegué el menor número de casos posibles”, destacó Claudia Sheinbaum.
Luisa María Alcalde explicó que como parte de la última fase “se incorporan 11 entidades federativas que faltaban: Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Yucatán.
“La Ciudad de México forma parte fundamental porque junto con Nuevo León y Jalisco, las tres entidades concentran una actividad económica muy por encima del resto y por ende también mayor número de conflictos laborales”, destacó.
Este nuevo modelo ya se implementaba en 21 entidades federativas, en donde cuatro de cada cinco conflictos se resuelven en los centros de conciliación sin llegar a los tribunales, “esa es la expectativa que tenemos para la Ciudad de México que la enorme mayoría de conflictos pueda resolverse en menos de 45 días en los centros de conciliación, aquellos asuntos que no puedan resolverse de esta forma obtendrán una constancia de no conciliación con la que podrán demandar ante tribunales.
El nuevo modelo laboral implica acercar la justicia a las partes en el entendido de que el viejo modelo de justicia era muy opaco, sumamente tardado, con un promedio de 6 años para resolver un conflicto, aunque tenemos asuntos de 15 a 20 años sin resolverse y el nuevo modelo apuesta por la conciliación.