Según un nuevo análisis realizado por investigadores de Corea del Sur y Greenpeace East Asia, de 39 marcas de sal de mesa 36 tenían microplásticos. Este estudio muestra que la contaminación por plástico es mayor en la sal marina, seguida por la sal de lago y finalmente la sal de roca.
En Puebla tenemos la fortuna de contar con una salinera que elabora sal libre de aditivos y químicos debido a su proceso artesanal. Ésta se encuentra ubicada en Zapotitlán Salinas, una comunidad prácticamente inadvertida en la Sierra Negra de Puebla pero sumamente valiosa por su diversidad Biológica y su llamado “oro blanco”.
Hace más de 60 millones de años el terreno desértico de la zona fue brazo de mar, lo que ahora permite la extracción de sal. Durante la temporada de lluvias, el agua fluye por las montañas y llena los antiguos pozos. Luego, durante los meses más calurosos del año, comienza el verdadero trabajo.
Aquí, alrededor de 70 productores elaboran la sal milenaria, llamada así por el proceso que ha tenido lugar en el área durante más de dos mil años. El agua de los pozos se coloca en pequeñas parcelas de tierra y se deja al sol, transformándose en los cristales que conocemos como sal. Este tarea se realiza dos veces en las mismas terrazas escalonadas: el primero genera sal comestible para los humanos, y en el segundo se extrae la sal que se utiliza para el ganado.
¿Qué visitar en Zapotitlán, Salinas?
Además de las pozas de Salinas tienes que visitar el Jardín Botánico Comunitario Helia Bravo Hollis, único en su género, pues está conformado por 100 hectáreas de reserva natural donde habitan alrededor de 2 mil 703 especies de plantas.
Dentro del jardín se encuentra el Cerro del Cuthá (máscara), una montaña sagrada para la cultura Popoloca. A los que les gusta el senderismo, les sugerimos explorarla guiados por un habitante de la comunidad para disfrutar el ascenso con historias maravillosas y descubrir todos los secretos que las plantas contienen.
En el camino existe una gran variedad de especies endémicas, están las ornamentales, medicinales, comestibles y ceremoniales. Un poco de flor de drago para calcificar la dentadura; y uno que otro garambullo para espantar el hambre.
Tras una hora y media de camino, por fin en la cima, están los vestigios del centro ceremonial. El legado de esta cultura es tan místico como el paisaje, donde la Sierra Mixteca se pierde en el horizonte.
¿Qué hacer en Zapotitlán Salinas?
Primero puedes visitar la Iglesia de San Martín Caballero (1578). El templo de estilo barroco posee un antiguo órgano que data de 1895.
Para por el Museo Comunitario Martín Xopanatzin. A pesar de su tamaño es considerado como un museo de historia natural completo, ya que cuenta con muestras arqueológicas, biológicas, paleontológicas y geográficas donadas por la misma comunidad, además de exhibir una muestra fotográfica, memoria gráfica de este pueblo salinero.
Observa la Capilla Enterrada incrustada en las faldas de un cerro. Es uno de los recintos religiosos más antiguos de esta región, que a pesar de los saqueos y del deterioro por el tiempo, se asoma como testigo de la religiosidad de la época novohispana.
A una hora de camino, un puente colgante te llevará hasta las huellas de los dinosaurios, descubiertas en 2006. Las palabras del guía dibujaran un paisaje, en el que los milenarios animales rondaban por aquí.
Visita el Santuario de la Pata de Elefante. La historia cuenta que un príncipe japonés ordenó que se depositaran sus cenizas en este lugar que está lleno de vegetación. Aquí se descubre una enorme pata de elefante que se asoma entre los arbustos. Con más de 2,500 años de edad y 9.5 m de circunferencia, las ganas de abrazarla se vuelven inevitables.
¿Cómo llegar?
Carretera Federal 125, tramo Tehuacán-Zapotitlán Salinas. Se localiza a 146 km de la ciudad de Puebla. Toma la carretera a Puebla y después sigue los señalamientos hacia Oaxaca.
¿Dónde comer?
El León Rojo. A unos minutos del Jardín Botánico, ubicado frente a la gasolinera, este restaurante de comida casera ofrece algunas botanas tradicionales con productos de temporada, como las flores de cactus en vinagre, gusanos sazonados con limón y sal.
¿Dónde dormir?
En el Jardín Botánico Helia Bravo Hollis. Hay cabañas hasta para 12 personas, un área campamento con servicios sanitarios y torres de avistamiento.
¿Qué tal el clima? Predominantemente seco, con lluvias escasas e irregulares .
Con información de: México Desconocido Foto: Animal Gourmet