Aquí la segunda parte de la entrevista que hizo el periódico 24 Horas Puebla a Zeus Munive, director de la Revista 360 grados– Instrucciones para vivir en Puebla, con motivo del décimo aniversario de la publicación. Agradecemos las atenciones al diario y al reportero.
Mario Galeana/24 Horas Puebla
El periodista Zeus Munive Rivera, director General de 360 Grados. Instrucciones para vivir en Puebla, ha hecho de la revista que fundó hace 10 años un manual de la poblanidad y sus lugares.
Pero, posiblemente, el único instructivo que no han visto las páginas de la publicación sea aquel que descubrió a tientas, entre caídas: las instrucciones para salir de una crisis, para ser tocado por la vida sin suavidad y no dejarse arrastrar en el intento.
Con los primeros cinco años de 360 Grados, Zeus Munive vivió un ascenso frenético junto al periodista Alejandro Rodríguez, cofundador de la revista. Sin ser herederos de familias de abolengo ni de padrinos políticos, ambos tuvieron lo que más podrían anhelar dos chicos de colonias populares.
—Nos volvimos niños ricos —me dice—. Hasta los 26 años yo viví en la 22 Poniente, ahí con Los Pitufos. Nunca fui uno de ellos pero eran mis vecinos. Alejandro vivía en la colonia Maravillas, que tampoco es una zona nice. Entonces, creo que al caernos tanto dinero nos volvimos locos. Estábamos muy jóvenes: yo tenía sólo 33 años y Alejandro, 32. Pero de pronto eran comidas con políticos, y eran pedas, y tables, y la lana entraba y salía con una facilidad maravillosa. No es que me arrepienta de ello, pero la verdad no lo supimos controlar. Empezaron a entrar otros intereses, políticos y económicos, los cuales hicieron que perdiéramos la cabeza. Y lo entiendo: fue por nuestra edad, por nuestra condición, por nuestra inmadurez.
Hablamos en la redacción de la revista, mientras la luz nítida de la mañana entra por las ventanas. Zeus me dice que él avisoró el fin de 360 Grados a principios de 2012, por lo cual le propuso a Alejandro hacer algo para salvarla. Pero los planes de ambos fueron suficientemente divergentes para que en septiembre de ese año rompieran su relación comercial y una amistad que ya fue enmendada.
La revista perdió un par de convenios publicitarios y otros más se recortaron drásticamente. Los diseñadores gráficos hicieron una huelga y Zeus se quedó sin trabajadores, incluso sin novia. Sin embargo, recuerda a dos reporteros jóvenes, Edmundo Velázquez y Jesús Viñas, quienes permanecieron con él en la crisis financiera más aguda de la revista. Los tres armaron solos la edición del mes de octubre de 2012.
—No teníamos más que hoyos en los bolsillos. Con el poco dinero que me quedaba compré tres coca-colas, unos cacahuates que vendían cerca de la redacción en la que estábamos y les dije: “señores, discúlpenme, pero este va a ser el salario de la quincena”.
Zeus se detiene y voltea hacia la ventana, y sus ojos claros se empequeñecen bajo la luz convulsa. Habla pausada, delicadamente.
—Yo creo que esa escena me marcó un chingo, porque estuve a punto de que me llevara la chingada. Todo estaba en contra. La gente de Enrique Agüera quería tronar la revista y la gente de Eduardo Rivera me cortó un contrato que me afectó muchísimo.
—¿Eran críticos de la BUAP? —pregunto.
—No, pero yo no era muy cercano a (Enrique) Agüera. Varias veces me burlé de su cambio de look o cuando su hija quiso ser cantante. Eso me generó muchísimos problemas, pero se la quisieron cobrar muy caro.
—¿Cómo?
—Pues a través de Jorge David Cortés (ex vicerrector de la BUAP) y de Damián Hernández (ex director de Atención y Gestión Universitaria) quisieron quedarse con la revista y desaparecerla en diciembre de 2012. Pero antes ya había registrado la marca por recomendación de Arturo Rueda (director de Cambio), con quien me llevó mi gran amiga Selene Ríos. Entonces, recuerdo que Jorge David me marcó por teléfono una noche y me dijo: “¿cómo? ¿Ya la registraron?”. Ese fue un elemento con el que no jugaron. Nunca entendí por qué Aguera se subió a los madrazos, si los pleitos eran entre Alejandro Rodríguez y yo. Y lo resolvimos. ¿Me explico?
—Hasta antes de la ruptura entre ambos, ¿cómo dividían el trabajo Alejandro y tú?
—Él llevaba más las relaciones públicas. Era algo que le gustaba. A mí no. Yo soy más hosco para eso. Hay días enteros en los cuales me encierro en mi casa y agarro mi rocanrol.
Y cuando le pregunto cómo inició la ruptura entre ambos, Zeus dice que posiblemente todo empezó con aquella portada de diciembre de 2009.
UNA PORTADA HISTÓRICA
—Dentro de esta historia —advierte Zeus Munive— hay un elemento que no podré mencionar hasta que el morenovallismo deje de existir en Puebla.
La historia fue así.
En diciembre de 2009 se definirían candidatos a Casa Puebla y en la revista preparaban una edición especial con la fotografía de los dos principales abanderados.
Por el PRI, el camino era claro: el delfín de Mario Marín Torres sería Javier López Zavala. Pero, por el PAN, Alejandro Rodríguez se inclinaba más por incluir a Ana Teresa Aranda, mientras que Zeus Munive estaba seguro de que sería Rafael Moreno Valle.
—Yo le decía que sería él, porque la tendencia era esa: agarrar ex priistas. Además, Moreno Valle traía lana y en ese entonces también tenía una muy buena imagen como senador. Era, de hecho, una persona totalmente distinta a la que es ahora. Yo me imagino que el poder lo endureció.
El director de 360 Grados se comunicó con Marcelo García Almaguer (hoy coordinador General de Comunicación y Agenda Digital del gobernador Tony Gali), para proponerle una sesión de fotos para Moreno Valle. Las fotografías se tomaron al mediodía del 24 de diciembre, ocho días antes del siguiente lanzamiento de la revista.
—Nosotros ya habíamos buscado a Javier López Zavala pero nos ninguneó todo el tiempo. Al final le propusimos elegir las fotos que se publicarían y él dijo que sí. La verdad elegimos unas donde Zavala se veía como un borracho saliendo de la cantina. No fue por apoyar a Moreno Valle, porque en ese momento habría sido una estupidez hacerlo; fue más bien porque ese pinche chiapaneco nos ninguneó. No está mal ser chiapaneco, pero pinche sí.
El resultado fue un Javier López Zavala con el rostro brilloso, una sonrisa tiesa y una pose desarrapada en la portada, mientras Moreno Valle miraba hacia la cámara con elegancia en la contraportada. Una sola palabra acompañaba las fotografías de ambos: “¿Gobernador?”.
Cuando esa edición de 360 Grados se lanzó al mercado, García Almaguer le propuso a Zeus Munive hacerle publicidad mediante espectaculares.
—Pero se armó un desmadre. Un verdadero desmadre. Nos acusaron de ser morenovallistas y no lo éramos, sólo estábamos sentidos. Al final nos obligaron a bajar los espectaculares y eso nos costó caro, porque Rafael Moreno Valle nos cerró las puertas y se volvió gobernador. Los morenovallistas y los zavalistas —es decir, todos— terminaron dándonos un portazo.
Y menos de tres años después, sin dinero, sin socio, sin trabajadores, Zeus Munive se vio solo, completamente solo, tomando coca-cola y comiendo cacahuates con un par de reporteros.
EL FIN DE LA CAÍDA
O quizá no suficientemente solo, porque siempre estuvo junto a él una de sus más entrañables amigas, la periodista Selene Ríos. A veces, cuando no había nada para comer, ella le compraba queso, jamón y pan para hacer sandwiches.
Y, cuando parecía no haber salidas, dos viejos amigos decidieron también invertir en la revista. Se trataba de Uriel Zuloaga, un asesor empresarial, y Rodolfo Cruz Ponce, un tipo que vendía zapatos en bolsas de supermercado y que terminó haciendo de su oficio un emporio que lleva hoy como nombre Zapato Guante.
—Ellos dos hicieron una vaquita y le entraron a la revista con una lana. Yo no lo esperaba y, la verdad, nunca quise decirle a nadie que ellos habían participado, porque incluso yo influí para que todos los que estaban afuera creyeran que la revista iba a tronar. Con la inversión pagué un montón de deudas y lanzamos el nuevo número de la revista. Yo sé que esta parte de la historia a los dueños de otras revistas les debe dar mucha risa, pero ellos han sido high society. Yo no. Todo eso que pasó me ayudó muchísimo: fueron tropiezos invaluables.
Zuloaga y Cruz Ponce son, hasta la fecha, integrantes de la revista 360 Grados: el primero es asesor de Recursos y el segundo director comercial.
La revista se publicó sin falta desde entonces y ni siquiera un accidente ocurrido años más tarde, con quemaduras de tercer grado que le causaron daños en 65% del cuerpo, detuvo al director General que dictaba las instrucciones para vivir en Puebla.