Irma Serrano mejor conocida como “La Tigresa”, obtuvo ese título después de consagrarse en el mundo de la música ranchera como una de las cantantes más populares y de participar en una película con el mismo nombre en la que ella era la protagonista, en la década de los 70.
Nació en Chiapas en el año de 1933 y desde los 14 años supo que quería ser cantante, así que se mudó de Chiapas a la Ciudad de México para vivir con su prima, la literata Rosario Castellanos, quien con sus múltiples contactos en el mundo artístico la impulsó.
A los 17 años Irma ya había sido pintada dos veces por el muralista Diego Rivera y había tenido una relación con el exgobernador de Veracruz: Fernando Casas Alemán.
Cuando tenía 30 años ya era considerada una musa de la radio y recibió varios premios dedicados a su arte en el flolklor mexicano.
Mucha de sus fama se fue construyendo con sus apariciones en cine, al final de su vida sumó más de 30 producciones en cine y televisión siendo la telenovela “La madrastra” la última aparición, en 2005 con el papel de la Duquesa de Walterrama.
A Irma lo que la caracterizó fue el carácter, era hija de un periodista y una poderosa hacendada, tenía el talento, pero sobre todo las agallas para destacar como mujer en una época donde el medio se permeaba de hombres.
Desafió a la sociedad no contrayendo matrimonio con ningún hombre a pesar de haber teñido varias parejas, incluyendo el presidente Gustavo Díaz Ordaz, de quien fue amante durante su mandato.
“En una de tantas reuniones con políticos, aquel personaje era un don nadie pero llegó a ser el gusano mayor para regir los destinos del país durante seis años”, contó Irma en su libro biográfico “A calzón amarrado”.
“Descubrí que era más atractivo de lo que me imaginaba”, confesó la cantante, aunque él nunca dejó a su esposa, quien tiempo después incluso comenzó una campaña de veto contra Serrano después de que ella llevó serenata a la residencia de Los Pinos donde interpretó “Yo trataba un casado”.
La faceta política de «La Tigresa»
Ella misma incursionó en la política en los años 90, siendo senadora de México y diputada del Estado de Chiapas. Fue dueña del teatro Fru Fru, que compró en los 70 cuando aún se llamaba Teatro Virgina Fábregas, sin embargo tiempo después tuvo problemas legales e incluso fue detenida acusada de incumplimiento de contrato por este recinto.
Durante los 2000 estuvo relacionada sentimentalmente con actores como Poncho DeNigris y Patricio Zambrano, relaciones que causaron controversia por la diferencia de edad en décadas que tenía con ellos, sin embargo ella siempre dejó claro que solo “eran amiguitos para pasar el rato”.
Murió a los 89 años el 1 de marzo del 2023. No tuvo hijos, no se casó, fue amante de las antigüedades, mismas que coleccionaba, pero su legado queda mucho más allá de esos objetos valiosos, en la influencia que tuvo en la música mexicana y el cine.
(Con información de El Universal)