Javier Lafuente | Luis Pablo Beauregard | AP
Andrés Manuel López Obrador logró hace justamente dos años el objetivo que se había fijado mucho tiempo atrás, por el que peleaba por tercera vez. Obtuvo la presidencia de México con el 53% de los votos, una rotunda victoria con la que ha emprendido lo que denominó la Cuarta Transformación, un camino no exento de controvertidas decisiones. Pese a ello, el 68,4% de los mexicanos aprueba la gestión de López Obrador en estos dos años, según una encuesta de SIMO Consulting para EL PAÍS. No obstante, la mayoría evalúa de manera negativa su manejo de la crisis de seguridad y los feminicidios, y considera que el Gobierno no tiene la pandemia del coronavirus bajo control.
El mandatario mexicano y su círculo más próximo se jacta de conocer el país mejor que cualquier otro líder político; de insistir en que México va más allá de la capital y de las polémicas que desde ahí se generan; que hay muchos Méxicos hacia los que muchos, defienden, no quieren ver. Lo hizo durante la campaña y lo ha seguido insistiendo en estos dos años de mandato, un tiempo en el que el lado más pragmático que mostró en campaña se ha ido difuminando hasta prácticamente desvanecerse y en el que la crispación y la polarización ha ido a más.
La epidemia de la violencia
En materia de seguridad, López Obrador heredó un país bañado en sangre y prometió que pacificaría México. No solo no ha logrado revertir los datos, sino que las cifras han empeorado. El primer año de su Administración fue el más violento en la historia reciente de México. Las autoridades locales registraron 35.588 víctimas de homicidio el año pasado, un ligero aumento, del 2,6%, respecto al año anterior. La epidemia homicida se ha expandido a lo largo de todo el territorio. Pequeños estados como Colima, en el Pacífico, registraron tasas de 107 homicidios por cada 100.000 habitantes. El 27,9% considera pésima la actuación del Gobierno en seguridad pública.
Los mexicanos consideran que la situación de la seguridad se encuentra empantanada en el país. El 37,2% de los encuestados no ve cambio alguno comparado con el violento fin de sexenio de Enrique Peña Nieto, del PRI. Ni la Guardia Nacional, el cuerpo con más de 90.000 efectivos creado por este Gobierno, y que tiene un 58% de opinión favorables, ni el Ejército o la Marina han podido dar un viaje hacia una de las grandes promesas del López Obrador candidato. Más de siete de cada diez personas de media consideran adecuado que los militares se hagan cargo de la seguridad pública, confirmando la apuesta en la militarización que ha realizado el Ejecutivo, una política que ahora se juega su constitucionalidad en la Suprema Corte de Justicia.
La encuesta corrobora la sangrienta realidad. El 41,% de los encuestados tiene la percepción de que los homicidios han aumentado frente al 28,9%, que considera. El 29% no cree que haya variación en este delito de alto impacto. Los delitos de robo en las calles, extorsión y secuestro también se creen al alza. Sin embargo, el combate al robo de combustible —conocido popularmente como huachicol—, la gran cruzada en materia de seguridad con la que el Gobierno de Morena arrancó su mandato parece dar frutos: el 44% de los consultados considera que ha disminuido este delito mientras que el 27,5% asegura que sigue igual que antes.
El machismo mortal que no cesa
El feminismo se había vuelto, hasta el inicio de la pandemia, uno de los mayores quebraderos de cabeza del Gobierno de López Obrador. Las protestas por la violencia contra las mujeres han crecido durante el sexenio, así como lo han hecho los feminicidios. El 58,9% considera que la Administración no ha hecho lo suficiente para combatir la invensante violencia machista del país, que ha llegado a superar las 10 víctimas diarias durante este año.
El 36% de los encuestados también considera pésima la actuación del Gobierno en esta materia, con un presidente que ha tenido muchos gestos desafortunados. En febrero, un grupo de mujeres acudió a Palacio Nacional a exigir un basta ya. Las protestas continuaron durante el mes de marzo, hasta que la cuarentena impuesta por la pandemia enfrió el movimiento. El mandatario, sin embargo, intentó reducir el problema al considerar, en mayo, falsas la mayoría de llamadas al teléfono de emergencias 911 que denuncian violencia machista. La afirmación fue un episodio más en la tensa relación que ha tenido un presidente que se presenta de izquierdas con los movimientos feministas.
Una economía en peligro
La segunda economías más grande de América Latina enfrenta un futuro más que incierto en materia económica. López Obrador, que estos dos años ha mantenido una tensa relación con la mayor parte del sector privado del país, había prometido una tasa de crecimiento del 4% en cada año de su presidencia. Sin embargo, todos las perspectivas auguran una caída abrupta del PIB con motivo de la pandemia, y, salvo el Gobierno, que insiste una y otra vez en decir que la recuperación será en forma de V, analistas e indicadores diversos advierten de que la crisis puede perdurar en el tiempo.
Pese a ello, un 25,8% de los encuestados otorga califica de 5 sobre 7 la actuación del Gobierno respecto a la economía del país. Más de la mitad -51,15%- cree que la Administración está respondiendo de manera positiva a la crisis económica derivada de la covid-19. Para el 38.8%, la situación económica ha permanecido igual durante el mandato de López Obrador. Un porcentaje similar, el 36,7%, considera que la situación mejorará poco de aquí en adelante.
Los programas de desarrollo
“El sureste ha sido la región más abandonada y ya le llegó su hora”. López Obrador arrancó con estas palabras las obras del Tren Maya en Palenque (Chiapas) en diciembre de 2018. Este proyecto, que abarcará 1.500 kilómetros de vía férrea en cinco entidades, está entre los más polémicos de su Administración. Solo el 33% de los mexicanos creen que se trata de una buena decisión frente al 38% que la considera mala, y el 28% regular.
Entre los grandes proyectos del mandatario, la que más respaldo encuentra es la refinería de Dos Bocas, que se construye en Tabasco, su Estado natal, y pretende inaugurarse el 1 de junio de 2022. El Gobierno asegura que la planta ayudará a bajar los precios de los combustibles y garantizar la autosuficiencia. El 41% de las personas consultadas la consideran una buena iniciativa. En cambio, el 64% de los mexicanos consideran mala o regular la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, en el Estado de México. El aeródromo fue propuesto para paliar la saturación de las terminales aéreas de la capital mexicana. Sobre todo, significó un golpe sobre la mesa que enterró el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, el proyecto de infraestructura más importante del Gobierno anterior, y en el cual ya se habían invertido más de 5.000 millones de dólares. La cancelación costará 9.000 millones de dólares más, un monto mayor a lo que hubiera costado concluirlo.
Sin embargo, ninguna de estas obras son consideradas prioritarias. Cuando a los encuestados se les da la opción de mantenerlas o destinar los recursos a otras cosas, el 57,5% prefiere gastar los recursos de otra manera.
Las polémicas cifras de la pandemia
El control de la pandemia del coronavirus es motivo de crítica por parte de los encuestados. La mayoría, un 55,9%, considera que el Gobierno de López Obrador no tiene bajo control la pandemia. El presidente de México ha depositado su confianza en el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien todos los días, a las siete de la tarde, da cuenta de los registros actualizados. Si bien en un primer momento, el manejo de la pandemia por parte de López-Gatell fue celebrada, con el avance del virus y la falta de claridad respecto al número de contagios y muertes, ha debilitado al subsecretario.
El Gobierno de México, que ha evitado un confinamiento drástico como en otros países del mundo, planteó desde un primer momento la necesidad de evaluar los daños económicos ante el avance de la crisis sanitaria. En este sentido, la mayoría de los encuestados, en un baremo de 1 a 7, considera que se debe priorizar la recuperación económica a la del control del contagio.
A un año de la cita electoral
Morena, el partido de López Obrador, continúa como la formación preferida de cara a las elecciones de julio de 2021, las más grandes de la historia. El próximo año serán renovados los 500 escaños de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 29 congresos locales y 2.000 alcaldías. El desgaste y los pleitos al interior del partido gobernante parecen haber afectado la intención de voto rumbo a la jornada electoral. El 52,8% de los encuestados afirmó haber votado por Morena en los comicios federales de 2018. Solo el 28% está dispuesto a repetir el apoyo al partido color guinda justo cuando la agrupación busca mantener la mayoría en la cámara baja. Muy por detrás le siguen el conservador PAN (10,2%) y el PRI (8,9%) en la intención del voto. El 44% de las personas consultadas aseguró que nunca votaría por el PRI.
A un año de estos comicios, el 36,6% del electorado continúa indeciso y no sabe aún qué proyecto apoyará. Los partidos arrancan este mes de julio las negociaciones para formar alianzas y lanzarse en busca de quienes no tienen su voto definido. Morena analiza la unión con el Partido Verde, un partido que suele aliarse con quien esté en el poder, y el Partido del Trabajo, quien ya acompañó a la agrupación de López Obrador en 2018. En el otro bando, voces del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano piden explorar un gran frente opositor para contrarrestar a Morena.
NOTA METODOLÓGICA
Universo: población mexicana mayor de 18 años segmentada por edad, sexo y circunscripción electoral con base en datos poblacionales del INEGI. Metodología: realizada por vía telefónica, a números tanto fijos como móviles. Muestra: n=1.027, representativa a nivel nacional con un error del 5% para un nivel de confianza del 90%*. El muestreo es aleatorio estratificado, corrigiendo por factores de expansión para minimizar sesgos por método. Trabajo de campo: del 25 al 28 de junio de 2020. El error es mayor para subsecciones de la muestra como las empleadas en este análisis (resultados segmentados por sexo, edad, voto…) por lo que esas cifras deben ser leídas con particular cautela.