La del 2021 será la prueba de fuego para todos.
De entrada, se calificarán las gestiones de los presidentes municipales actuales de Morena: Puebla, San Pedro y San Andrés Cholula, Tehuacán, San Martín Texmelucan, Amozoc y los que falten.
Veremos la capacidad política del gobernador Miguel Barbosa si es que manejará la elección o se mantendrá alejado. Si es que Morena Nacional y su dirigente lo apoyan o lo rechazan. Si es que se repiten los vicios del pasado o se incorporan nuevos.
Estará a prueba Erick Cotoñeto, que si bien no es de Morena es el principal operador del gobernador en la calle. Ha estado con él desde el año 1999, en el tristemente célebre PRD poblano. Es de los más leales al proyecto de Barbosa.
Gabriel Biestro estará a prueba y veremos si es que tiene la capacidad de hacer click con la gente. No es lo mismo competir en una elección como el 2018 con un desgaste del PRI y del PAN con una figura como Andrés Manuel López Obrador en la boleta que ir a unos comicios en donde Morena ya está desgastada. No se ha mostrado nada distinto a los gobiernos anteriores y con una crisis económica y sanitaria a la cual no se le ve fin.
¿Habrá mapaches electorales o sabrán controlar esa dulce tentación que da el poder?
Será una elección atípica la del 2021 porque nunca nos había gobernado un partido de “izquierda” y porque Miguel Barbosa aún no olvida que el morenovallismo le cometió fraude en el 2018. Nunca se aclaró la duda de cómo es que se ganara todo para Morena y que la elección estatal, manchada de violencia, se perdiera.
Es por ello que lo que viene será de pronóstico reservado, ya que por un lado están los panistas de Eduardo Rivera y por otro los de Tony Gali que no son panistas pero han visto la posibilidad de usar ese partido como trampolín político en cada proceso electoral.
Será una elección muy interesante porque será imposible hacer operación tamal o acarreo por la sana distancia. Se verían muy mal los partidos políticos o candidatos llevando en combis o camiones a los poblanos sin tantita seguridad sanitaria.
Seguramente lo harán.
También habrá que ver a dónde se van a ir a operar los aliados del 2019 como fueron Jorge Estefan Chidiac, Fernando Manzanilla, Silvia Argüello y una serie de personajes priistas que en la elección del año pasado decidieron apoyar a Barbosa pero que ahora viven en el otoño del descontento.
¿Su ausencia provocará bajas en los resultados electorales o realmente no operaban nada y solo conseguían recursos para supuestamente movilizar personas?
Será una elección distinta porque las redes sociales ya no son las del 2018. Ya nadie cree en los pejebots y los peñabots desaparecieron desde hace mucho. Las redes sociales influirán pero en ellas no se ganan sufragios, solo se alimenta el odio y descontento contra las autoridades.
Los troles que vemos en twitter ya están muy identificados.
Es claro que toda la operación electoral no la tendrán los mandatarios a nivel nacional, sino que serán los programas sociales que lleve a cabo López Obrador, quien si bien no aparecerá en la boleta sí estará en todo tipo de apoyos.
¿O a poco creeremos esa versión de que nadie meterá las manotas en los comicios?
No, es un hecho que la tentación de mantener el poder es muy alta y lo que se juega en el 2021 es el destino, no por quién llegue, sino por la política que se asumirá en el futuro.
Y aún no sabemos de cuánto será el abstencionismo.