Unos 3 mil libros que el escritor checo Milan Kundera conservaba en su departamento de París pasaron a formar parte de una nueva biblioteca en Brno, su ciudad natal. La noticia se conoce en coincidencia con los 94 años del autor de La broma, el pasado 1º de abril. Kundera dejó Checoslovaquia en 1975 para instalarse en la capital francesa.
«Servirá ante todo a los estudiantes y a los investigadores, pero también a todos los que deseen buscar una reflexión sobre la obra de Kundera», explicó Tomas Kubicek, director de la Biblioteca Estatal de Moravia, establecimiento que ahora alberga la colección.
La biblioteca contiene copias de autor que Kundera recibió cuando vivía en París, dibujos suyos, artículos de prensa sobre su trabajo, pero también ejemplares como un original del siglo XVI de Montaigne, encuadernado en piel de cordero y firmado por el autor francés, que Kundera había recibido como premio.
El dramaturgo, poeta y ensayista checo, nacionalizado francés hace más de 35 años y traducido a más de 50 idiomas con obras icónicas como La insoportable levedad del ser y El libro de la risa y el olvido, decidió vivir en el exilio tras el aplastamiento del movimiento reformista de la Primavera de Praga por parte de las tropas soviéticas en 1968.
Su esposa, Vera Kunderova, explicó recientemente a la radio checa que la idea de abrir la biblioteca le apareció mientras dormía, hace unos cinco años, durante un sueño en el que el escritor estadounidense Philip Roth le dijo: «Milan nació en Brno, pues regresa allí». Y luego de retrasos causados por la pandemia de coronavirus, el año pasado Kubicek trasladó los libros del departamento de Kundera en París a Brno.
La Biblioteca organizará conferencias y debates de expertos con la ayuda de un equipo asesor, integrado por la dramaturga francesa Yasmina Reza y del director de la Feria del Libro de Fráncfort, Juergen Boos.
Los detractores de Kundera recuerdan que, desde que se exilió en Francia, prohibió la traducción a su lengua materna de los libros que escribió en francés, y además dio la espalda a sus compatriotas y a los disidentes. En 2008, incluso, una revista checa lo acusó de haber sido informante de la policía durante el régimen comunista, lo que el escritor, que recién recuperó su nacionalidad checa en 2019, negó afirmando que se trataba de «puras mentiras».
«Cuando los franceses critican a Kundera hablan de sus novelas, mientras que en Checoslovaquia todas las críticas se reducen a puros chismes», dijo al respecto Kubicek. «En Brno la gente no habla de sus textos ni de sus ideas, sería bueno que la biblioteca cambiara eso», cerró.
(Con información de Página 12)