Cada año, los musulmanes ansían la aparición de la luna creciente que indica el comienzo del primer día del Ramadán, el mes más sagrado de la cultura islámica, que implica un tiempo de autorreflexión y contención. Pero además de esta, otras grandes fiestas religiosas del Islam se guían por la luna, como el Eíd al Fitr, Aíd al Fitr o el Fiesta del Fin del Ramadán y el Eíd al Adha, Aíd al Adha, también llamada la fiesta del cordero.
Estas fiesta, celebrada sin fecha fija en el calendario gregoriano porque depende de la luna nueva. En 2023, en España el Eíd al Fitr se celebrará la del viernes 21 de abril al sábado 22 y el Eíd al Adha, que se celebrará del 28 de junio al 2 de julio.
Eíd al Fitr, origen e importancia
Al final del Ramadán, los musulmanes de todo el mundo miran al cielo buscando una creciente tenue luz blanca, la señal astronómica del final del mes sagrado del Islam estampado en el cielo nocturno.
Empezando y acabando con la luna nueva, el Ramadán cae en el noveno mes del calendario lunar arabigo. Los musulmanes creen que fue cuando los primeros versos de El Corán fueron reveleados al profeta Mahoma hace más de un milenio. Desde el amanecer hasta la puesta de sol, los musulmanes se abstienen de comer, beber y vicios como el cuchicheo o tener relaciones sexuales. No solo se entiende como un periodo de reflexión interior, sino que sirve como recuerdo para ser caritativo con los menos afortunados.
Eíd al Fitr, en árabe significa «fiesta de la rotura del ayuno», se celebra durante tres día al final de Ramadán mediante rezos, banquetes, desfiles, regalos y acciones benéficas.
Eíd al Adha, orígenes e importancia
El Eíd al Adha tiene su origen en el momento en el que Dios se apareció en un sueño de Abraham, conocido como Ibrahim para los musulmanes, y le pidió que sacrificara a su hijo para probar su lealtad.
“Una vez más, miles de animales serán sacrificados en todo el mundo con motivo del Eíd al Adha para conmemorar el asombroso espíritu de sacrificio de Sayyiduna Ebrahim [Abraham]”, afirma el escritor musulmán Muhammad Ilyaas en su libro El Espíritu del Sacrificio: Sacrificio de Eíd al Adha.
En el calendario musulmán, esta fiesta coincide con el décimo día de Dhul Hiyyah, el día después de la reunión de millones de peregrinos en el Monte Arafat, en La Meca, durante la Gran Peregrinación (Hayy) en la que el Islam basa su quinto pilar.
Sin embargo, cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a su hijo, Dios le detuvo y le dio una oveja para matar en lugar de su hijo. Por tanto, la fiesta conmemora la voluntad de Abraham y la misericordia de Dios al permitirle sustituirlo por un carnero. “Toda la vida de Sayyiduna Ebrahim [Abraham] está llena de acciones de autosacrificio”, afirma Ilyas.
Para conmemorar este sacrificio, a lo largo y ancho del mundo miles compraran miles de ovejas para celebrar una de las fiestas más simbólicas del calendario musulmán. La importancia de estas fechas para los musulmanes se podría comparar con el espíritu de la Navidad cristiano o una especie de Día de Acción de Gracias estadounidense, según explica la exploradora de National Geographic Gwyneth Talley, que pasó en una familia marroquí su primer Eíd al Adha para poder narrarlo.
“Si bien el Eíd suele ser un día, las familias prolongan la festividad durante tres a cinco días, preparando y comiendo varias partes de la oveja y acompañándolas con el té de menta marroquí caliente y dulce”, narra Talley. “Los fuegos artificiales, la compra de la oveja perfecta, ropa nueva para los niños y algunos días de ayuno conducen al último momento: comer cordero”.
Una fiesta religiosa en torno al cordero
Las familias suelen convivir con sus ovejas durante los días previos a la gran fiesta, hasta que llega el llamado silencio de los corderos. Una oración es la encargada de iniciar la mañana del Eíd al Adha junto a un pequeño sermón sobre el significado religioso de la celebración.
“Después de la oración y el desayuno, la familia se reúne para el sacrificio conmemorativo de las ovejas”, narra Talley. “Por lo general, el hombre mayor de la familia, junto con la ayuda de un carnicero local, sacrifica las ovejas al estilo halal [una incisión que trata de evitar el sufrimiento y que en la cultura musulmana atestigua la santidad de la carne que se comerá], mientras la familia y los niños observan”.
Los musulmanes aprovechan muchas partes de la oveja creando platos especiales para la ocasión como el boulfaf, que suele ser la primera comida del día de la fiesta del sacrificio. Tras una siesta, la hora de la cena da la bienvenida al Douara, un plato parecido a un guiso. Entre comida y comida los familiares y amigos se reúnen y desean un feliz Eíd a todos sus invitados.
El Eíd al Adha mas allá de los rezos
Pero ahí no acaba la celebración. Los diferentes platos abarcan varios días tras el Eíd. “El kebab (cortes gruesos de filete), el kefta (carne picada con especias) y el mechoui (la pièce de résistance , pierna o paleta asada a fuego lento) son los cortes de carne más codiciados”, explica Talley.
Para los musulmanes, la celebración tiene un gran componente de caridad: intercambian regalos durante la festividad y comparten la carne entre la familia, los amigos y aquellos que no pueden pagar la carne.
Durante los últimos años, el aumento de los precios de los alimentos ha provocado que muchos musulmanes no puedan acceder a comer carne. En lugares como Egipto, el aumento de los precios de los alimentos y el estancamiento de los salarios, han llevado el precio del ganado más allá del alcance de muchas personas.
Aún con las grandes diferencias que pueden marcar la fiesta de unos lugares a otros, en millones de rincones del mundo durante los días que dura la festividad resuenan continuamente dos saludos para ofrecer los mejores deseos: Eíd Mubarak y Eíd Saeed.
(Con información de National Geographic Es)