Hay una plaga de políticos que en tiempos de campañas se muestran como angelitos photoshopeados. Muchos de ellos han sido señalados por nexos con el crimen organizado, o acusados de corrupción, violación, entre otras transas y cochupos que no se quitan ni con todo el Photoshop del mundo. En Revista 360º Instrucciones para vivir en Puebla les quitamos la máscara y te decimos quiénes son en realidad.
Saúl Huerta, el depredador sexual de Morena
Es una noche acalorada de abril, de esas que estás obligado a dormir sin camiseta porque dejas la al mohada sudada, que das de vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño que te impide el terrible calor; mientras luchas con tus propios demonios noctumos, en la Ciudad de México, un joven poblano de 15 años, en una habitación con un jacuzzi en un hotel sobre la avenida Re-
forma, es acosado y violentado sexualmente por un diputado federal de Morena.
Él acaricia los genitales del muchacho para poderse montar en él, para ser penetrado, mientras el joven está completamente drogado, perdido, sin poder ver bien lo que pasa, solo ve al político que lo ha llevado a una de las tantas habitaciones que hay en el infierno, a ese punto de no retorno, el de la vergijenza, el de la ignominia, el lugar de la culpabilidad y ese espacio mental de la pregunta: ¿y ahora quéocurrirá con mi vida?
A la mañana siguiente, es un día normal en Puebla y la CDMX: coches, tamales en las esquinas, contaminación, cubrebocas por todos lados, gel en las manos después de ir al Oxxo por un paquete de cigarros y una coca sin azúcar bien fría. El famoso viene-viene que te hace señas para que salgas del estacionamiento y le des una propina por cuidarte el auto.
Es un día común y comiente, caluroso, pero común y corriente.
De pronto, algo ocurre, lees en Twitter: detuvieron a un diputado federal de Puebla militante de Morena y estádeclarando en la Fiscalía de la Ciudad de México. ¿Lo habrán confundido?, ¿será por las acusaciones que tiene sobre el robo de tierras? Pasan algunos minutos, sigue la
información.
Alguien te manda un whatsapp: ,
— ¿Ya viste lo de Saúl Huerta?
—Estoy leyendo, ¿qué pasó?
—Se metió en un pedototote, porque se acostó con un menor de edad.
— ¿Qué raro?
—Parece que ya lo liberaron por el fuero.
Te enteras de que gente del Congreso de la Unión pidió a la gobernadora de la ciudad que lo dejara libre. Más tarde, Saúl Huerta vota en la sesión de la Cámara de Diputados a favor de la Ley de
Hidrocarburos.
Ha caído la noche, son alrededor de las once. Otra vez vas a intentar pelearte con el calor y tus sábanas. Mientras eso ocurre, tomas el celular, abres Facebook y aparece Ciro Gómez Leyva en la transmisión. Habla del caso del cual ya habías visto. Es cierto, es Saúl Huerta metido en un asunto de pedofilia.
Escuchas la grabación que presenta Gómez Leyva. Escuchas la voz del diputado Huerta que suplica y habla con la madre del menor que fue abusado: “Llegamos a un acuerdo económico, yo se lo suplico, se lo voy a pagar con creces, no me destruya por favor… él (joven de 15 años) malinterpretó todo”.
No puedes creer lo que estás oyendo. Sientes rabia, coraje, impotencia.
Ahora aparece la reportera Yohali Reséndiz entrevistando al menor de edad. Él relata de manera entrecortada lo que ocurrió en la habitación del hotel. Ciro Gómez Leyva anuncia que más adelante presentará toda la entrevista con el joven poblano que fue víctima de Huerta Corona en un cuarto de la Ciudad de México.
Huerta Corona da una conferencia de prensa en la que acusa al menor y a su familia de tratar de extorsionarlo y que él lo va a demostrar. Su rictus es de un hombre cansado, arrugado, perdido. No acepta preguntas, solo lee un comunicado para los medios de comunicación y se va quedando en una pared las sombras que generan las luces sobre los reporteros y los flashes sobre un atrium improvisado en la Cámara de Diputados.
Al otro día, esto es una bomba. Huerta Corona es crucificado por los partidos PRI y PAN. Ignacio Mier Velasco, líder de los diputados de Morena, dice que no lo piensan separar de la bancada, porque eso no ocurrió mientras legislaba.
“Tarado”, piensas en voz alta, “ahora resulta que si eres delincuente fuera del horario laboral no ocurre nada”. A Nacho Mier se le ve irritado con las preguntas de los reporteros.
Mientras eso ocurre, Huerta Corona ya borró sus cuentas en redes sociales, su casa de gestión está abandonada solo dos personas la cuidan.
En los días posteriores, presentan los videos en los que se ve al menor entrar a la misma habitación que Huerta Corona, cómo llegaron los policías, la forma en la que él se negó rotundamente a abrir la puerta y cómo se lo llevan. Ignacio Mier recula y ya lo considera una persona abominable, el presidente López Obrador en una mañanera ya había desahuciado a su correligionario, lo había desconocido públicamente.
Huerta Corona insistía en que fue “fabricado” y que lo intentaron extorsionar, y aseguró que había sido “la mafia del poder”. En Puebla, los de Morena estaban extraviados, habían perdido a su candidato a diputado federal.
La información y los escándalos empiezan a brotar por todos lados. Es como si las almas en pena comenzaran a salir de los rincones, rendijas, orificios de la sociedad que siempre está olvidada. La boca de cualquiera se pone seca cada vez que se entera o se informa sobre Huerta Corona.
Tres menores de edad denunciaron mediáticamente a Saúl Huerta. Uno de ellos relató que lo contrató de chofer cuando solo tenía 17 años y abusó de él en un temazcal. Ese mismo día que se presentó a trabajar, el de Morena le invitó unos mariscos y le dio una bebida alcohólica con la
cual tuvo náuseas. Posteriormente lo llevó a unos temazca les para abusar de él.
Después se dio a conocer que el diputado, a través de su despacho jurídico, invitaba a estudiantes de escasos recursos a participar en la política. Los buscaba a través de una asociación civil, pues su “interés” era apoyarlos.
Al parecer fueron varios jóvenes a los que les prometió becas para estudiar, trabajo, mejor calidad de vida, se hacía amigos de los padres de familia y aprovechaba sus carencias económicas para prometerles un futuro mejor.
Aunque son pocos los que han presentado sus denuncias, se sabe que muchos chicos ya fueron sus víctimas sexuales, algunos no lo denuncian por vergúenza.
Hasta el cierre de esta edición, el diputado Saúl Huerta sigue libre y con fuero constitucional. Continúa, cada que puede, acusando al menor de edad y a su familia de extorsión, empero, nunca ha aclarado qué hacía con un menor de edad en un cuarto de hotel y en la misma cama, y por
qué le ofreció dinero a la mamá del joven para “que no le arruinen su vida”.
A continuación presentamos un extracto de una nota redactada por la reportera Yohali Rezéndiz para la página de internet: www. periodismoatodaprueba.blogspot.com, donde se puede consultar todo acerca del caso Huerta Corona.
«Me senti extraño porque iba a rentar dos y no una, pero ya me sentía mal, ya estaba mal, nada más llegué y me acosté y ya no me pude levantar.”
La entrevista al menor abusado sexualmente
Por Yohali Reséndiz
—¿Que te deslumbró del candidato a diputado Saúl Huerta?
—Me prometió que me iba a meter a la BUAP. Que me iba a dar un curso de inglés. Que me iba a enseñar a manejar. Que iba a ser su secretario personal.
—¿Lo notaste raro?
—En ese momento no.
—¿Qué ocurrió ese día de la agresión sexual?
—Estuve en la Cámara de Diputados. Lo que hice fue llevar papeles de un lado para otro, hacer depósitos, pagos, nada más… eso fue lo que hice, ya de ahí salimos de la Cámara de Diputados como a las 11:21.
“En el transcurso que vamos en el camino, pasamos a un Oxxo y me hizo mi recarga, porque le dije que debía estar en comunicación con mis papás y de ahí me trajo el refresco abierto. Era un Squirt y sabía amargo, era un sabor totalmente diferente a lo que he probado. Ya de ahí, después de que tomó el refresco, le digo que ya no podía, me intentaba parar y me sentía muy mareado… Me da
una bebida, la tomo y sabía muy amarga, muy amarga, y al momento que me la tomo, llegamos al hotel y me bajo y me sentía mareado, ya no podía caminar bien.
“Como que me quería caer, entonces no llego a la recepción, me quedo en el pasillo, entonces él me había avisado que iba a rentar dos habitaciones, una para cada quién, y en el momento cuando llegamos a la habitación, nada más renta una con una cama, en ese momento me sentí extraño porque iba a rentar dos y no una, pero ya me sentía mal, ya estaba mal, nada más llegué y me
acosté y ya no me pude levantar.
”El diputado se mete al baño y cuando sale el diputado Saúl Huerta sale totalmente desnudo y se
acuesta de lado derecho. En ese momento comenzó a caminar en la recámara y me bajó el pantalón hasta las rodillas y empezó a hacer manipulación con mi pene, agarraba mi mano y la ponía en su pene, hacia movimientos de arriba para abajo, intentaba hablar, intentaba pararme y no podía. De lo que estuve intentando, pude voltearme, cuando me volteo, él me empuja de nuevo para que me quedara de nuevo acostado viendo hacia arriba. Veo que se para y que se sube arriba de mí y que mis piernas quedan en medio de las suyas, en ese momento agarra saliva, la pone en la punta de su pene y mi pene lo coloca directamente en su recto y empieza a hacer movimientos de arriba para abajo. Ya que se quitó, yo me quedé dormido”. (…)
—¿Cuando despertaste, pudiste recordar todo lo que te hizo?
—Sí lo recordé.
—¿En qué momento decides decírselo a tu mamá?
—Ya cuando podía caminar y decidí salirme.
—¿En algún momento él te volvió a buscar? ¿Él tiene tu número de celular, te buscó?
—No.
—¿Sabes que él (Saúl Huerta) ha dicho que todo es una mentira, que él no te lastimó, que es una extorsión?
—Yo digo que enfrente su consecuencia, yo digo que ya está grande como para que ande diciendo que no hizo nada.
—¿Te creyeron en la Fiscalía de Justicia en la Ciudad de México?
—No, no me creyeron. Simplemente cuando llegué con la policía tuve que repetir y repetir lo que me había pasado.
—¿Cómo te hace sentir que no crean que fuiste abusado?
—Me hace sentir mal.
—¿Qué esperas de la justicia?
—Espero justicia en mi caso, porque quizá hay más chicos como yo que les hagan lo mismo y hay que prevenir que no siga haciendo daño.
—¿Te dieron apoyo psicológico?
—No.
—¿Te pasaron con un médico legista?
—No.
Para más información, pueden consultar el blog Periodismo a toda prueba. La periodista lleva años
publicando y denunciando los abusos a menores de edad, actualmente trabaja como reportera de Excélsior e Imagen Televisión.