Tres bailarinas que trabajaron para Lizzo presentaron una demanda en su contra el martes en la Corte Superior de Los Ángeles; acusaron a la cantante ganadora del Grammy y a la líder de su equipo de baile de crear un ambiente hostil de trabajo durante los conciertos de su gira Special Tour este año.
La demanda, cuya copia fue proporcionada a The New York Times por el despacho de abogados de las denunciantes, indicaba que las bailarinas habían estado “expuestas a una atmósfera abiertamente sexual que permeaba en su lugar de trabajo”, y que incluía “salidas en donde el foco de atención eran la desnudez y la sexualidad”. La demanda la reportó primero NBC.
Los demandados incluyen a Lizzo, mencionada por su nombre completo, Melissa Jefferson, en lugar de su nombre artístico; su compañía productora, Grrrl Big Touring Inc.; y Shirlene Quigley, la jefa de baile de la gira. No especifica si la cantante estaba al tanto de las denuncias de las demandantes vinculadas a Quigley.
La demanda sostiene que Lizzo estuvo involucrada en varios episodios que los abogados de las tres bailarinas dijeron que constituían acoso sexual, y presenta otras denuncias, entre ellas, humillación a causa del peso o weight shaming.
Quigley también fue acusada de hacer comentarios sexuales explícitos a las bailarinas, y en la demanda se le acusa de incurrir en acoso religioso. Quigley “se tomó la misión de sermonear” a las bailarinas sobre el cristianismo, según la demanda, y parecía estar obsesionada con la virginidad de una de las demandantes.
En una ocasión, en una discoteca en Ámsterdam, de acuerdo con la demanda, Lizzo empezó a alentar a los empleados a tocar a los artistas desnudos y a manipular dildos y plátanos usados en su actuación.
Una bailarina al final “accedió” a tocar el seno de una artista desnuda por miedo a represalias, a pesar de no tener interés en hacerlo, dice la demanda.
Los representantes de Lizzo y los de su productora no respondieron inmediatamente los pedidos de comentario el martes.
Dos de las demandantes, Arianna Davis y Crystal Williams, empezaron a actuar con Lizzo luego de competir en su programa de telerrealidad de Amazon Prime, Lizzo busca a las Big Girls. El programa televisivo era una oportunidad para brindar representación a las bailarinas de tallas grandes, dijo Lizzo en un momento. Davis y Williams fueron despedidas en la primavera de 2023, según la demanda.
Por separado, una tercera demandante, Noelle Rodriguez, fue contratada en mayo de 2021 para actuar en el video musical “Rumors” de Lizzo y se quedó como parte del equipo de baile. Según la demanda, Rodriguez renunció poco después de que despidieron a Davis y Williams.
Algunas de las denuncias parecen disputar la reputación de Lizzo como defensora de la positividad corporal y la inclusión.
“La sorprendente naturaleza del trato de Lizzo y su equipo a sus artistas parece ir en contra de todo lo que Lizzo representa en público”, dijo Ron Zambrano, abogado de las demandantes, en un comunicado el lunes. En privado, dijo, Lizzo “avergüenza a sus bailarinas en virtud de su peso y las humilla de formas que no solo son ilegales sino totalmente desmoralizantes”.
Algunas de las declaraciones de Lizzo a las bailarinas causaron en Davis, quien fue diagnosticada con trastorno por atracón, la impresión de que tenía que “explicar su aumento de peso y revelar detalles íntimos sobre su vida para mantener su empleo”, dice la demanda.
Desde que su éxito revelación “Truth Hurts” dominó en las listas en 2019, Lizzo ha popularizado la “música feliz” y el amor propio, y ha celebrado la diversidad en todas sus formas al producir himnos de empoderamiento, presentar una línea de fajas y cosechar millones de vistas en las redes sociales.
Ganó el Grammy de este año a la grabación del año por “About Damn Time”.
Diana Reddy, profesora en la Facultad de Derecho de la Universidad de California, Campus Berkeley, dijo que las demandas que no entran dentro de las categorías legalmente protegidas podrían socavar el mensaje de positividad de Lizzo respecto a la imagen corporal y “ciertamente podrían motivar a llegar a un arreglo”.
Es difícil comprobar la existencia de un ambiente hostil de trabajo en la industria del entretenimiento, que es poco convencional, dijo, así que los abogados de las denunciantes podrían aspirar a llegar a un acuerdo. “A los demandantes por discriminación en el empleo no suele irles muy bien en la corte”, dijo Reddy.
(Con información de NY Times)