El antiguo oficio de llevar correspondencia ha disminuido considerablemente en los últimos años. Los carteros de Correos de México en Puebla son cada vez menos, los que recorren las calles en bicicleta con la mochila blanca ya casi no se ven y la nostalgia de recibir cartas en la mano se incrementa.
Los carteros se quedaron en la añoranza entre postales, sobres verde, blanco y rojo, papel y tinta tan lejanos como el mismo trabajo de repartir.
En el Módulo de Condiciones Socioeconómicas de 2015, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se muestra la cantidad de carteros según su tarea o función, y fueron:
9721 | Carteros (a pie y en bicicleta) |
9722 | Repartidores de mensajería (a pie y en bicicleta) y mandader |
9723 | Repartidores de mercancías (a pie y en bicicleta) |
Y también el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) elaboró una encuesta en 2013, donde se mostró que el 26 por ciento de los mexicanos escribía cartas o enviaba tarjetas postales, mientras que el 65 por ciento prefería comunicarse por mensajería instantánea.
Hoy en día las principales noticias que los mensajeros llevan a los hogares ya no son sobre familiares lejanos, amigos o amores, sino saldos de cuentas bancarias, suscripciones mensuales a revistas o algún anuncio de instituciones gubernamentales.
Si bien la mensajería móvil ha suplantado (en su mayoría) a las cartas escritas a mano, no faltan los románticos que todavía prefieren escribir a mano una carta, meterla en un sobre, comprar estampillas y llevarla al buzón para esperar una respuesta después de algunos días.
Eso sí, el calor que transmite el papel y la letra nunca será suplantado.
Todo esto, a propósito de que el 12 de noviembre se celebra el día del cartero en México.