Así como las tradiciones se pierden, también las ganas de cocinar de muchas familias mexicanas. Y mientras la cena de Navidad aún es una costumbre en casi todo el mundo, la verdad es que en los últimos años las personas ya no pasan un día completo en la cocina para preparar una cantidad exuberante de comida para toda la familia.
La cantidad de familias que deciden comprar la cena navideña sube con los años, ya se porque prefieren evitar la fatiga o por falta de tiempo, pero la Cámara de Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) reconoce que durante la temporada decembrina la cantidad de comensales en los restaurantes crece 30 por ciento.
Y el 24 de diciembre del año pasado se prepararon hasta mil paquetes de cena por restaurante afiliado a la CANIRAC. Además, cada banquete para cinco personas puede costar de mil a mil 500 pesos. Lo que se traduce en buenas noticias para la economía de los comercios.
Pero más allá del gasto común que hacen las familias al comprar una cena de Navidad, queda claro que el tiempo es el más valorado puesto que la mayoría de los pedidos se hacen el mismo día de la cena.
Qué familia en los últimos días estará tan comprometida con la fecha y la celebración como los yaquis de Sonora que festejan toda una semana de Navidad y danzan frente a la Virgen los siete días para después comer Guacabaqui, un cocido de carne con verdura y garbanzos -que ellos mismos preparan, claro-.