Ando escuchando Sparks- Nº1 in Heaven así que: ahí va una recomendación de música semanal y dos… creo esto se puede poner raro.
A pesar de ser una columna de sexualidad y que he abogado por separar el amor del acto sexual dentro de nuestras mentes, hemos aquí hablando del amor por ya un mes.
Al final, no creo que el sexo sea inherentemente independiente del amor, digo, es amor al placer, ¿no? Pero la psicología y sobre todo la sexología han sido las ciencias que más ganas le han echado a tratar de comprender el amor más allá de un fenómeno en la, oh, tan dramática esencia humana.
Tons… pongámonos chidos…
El amor es una hermosura. Ya platicamos en cómo el amor puede diferenciarse del enamoramiento (Parte 1) y como los acuerdos pueden llevarnos a cosas muy variadas y hasta “locas” (Parte2). Ahora, ya que nos divertimos y disminuimos el riesgo de andar cacheteando la banqueta, ¿Cómo diablos mantenemos la relación para años?
Orden.
Puro y “simple” orden, wey.
Del dicho al hecho hay un trecho, así que hay que dejarlo todo bien acomodado.
Casi siempre nos lanzamos “Alver” cuando iniciamos una relación, creemos que ya todos los acuerdos está sobreentendidos, y de repente nos salen con: “Pero, nunca acordamos una relación de exclusividad, ¿o sí?”. Entonces las cosas no salen como planeamos, la otra persona no nos comprende, porque, la neta, la neta, NUNCA LO VA A HACER. No en tu totalidad al menos. Entenderá tus motivos, tus intenciones, tal vez un poco de cómo te sientes, pero nunca como de verdad te sientes.
Por eso, nos agarramos de dos autores muy chidos, Don Señor Minuchin y el papá de las Constelaciones Familiares: Bert Hellinger. Yo tengo mis propias opiniones favorables y desfavorables para ambos, sobre todo opiniones positivas. Ellos son quienes más hablan sobre el orden como el origen de una buena relación humana y Hellinger incluso diría que del orden deviene el amor.
El orden se manifiesta en la relación cuando seguimos los acuerdo de los que platicábamos, sobre todo, cuando los integrantes de la pareja (o de la relación sin son más) toman su lugar, osease, que digan:
“Mi papel en la relación es este. Esto es lo que quiero dar y esto es lo que quisiera recibir. Estos son mis límites y esta es mi disposición por crecer.”
Con esto el compromiso se vuelve palpable y comienza a surgir una dinámica que al menos tiene más estructura. Así llegamos a entender un poco mejor a la otra persona y esta nos entiende mejor a nosotros. ¡Bajo advertencia no hay engaño! Además, así no nos hacemos pendejos tan fácil.
Cuando una persona toma a otra persona, la hace SU pareja, se coloca en su lugar, tiene claro lo que quiere dar y lo que espera, el amor fluye, los problemas posteriores podrán ser resueltos bajo estas premisas, y aunque sieeeeeempre habrá enojos, peleas y decepciones el chiste es no caer en la trampa del desorden.
Al final, todos estos “problemas” son naturales, no hay de otra, o te chingas o te jodes, mano/mana. La comunicación nunca es perfecta, lo único que podemos hacer es pulirla y dejar que el amor fluya por sus vías. (asuuuu)
“¡Pero, Brian!” Estarán preguntando. “Y, ¿Por qué aún así hay gente que se separa o divorcia?”
Chale, es triste… pero, al parecer tiene que ver, no siempre por la comunicación, sino por la circunstancia.
Amamos en el presente. Podemos amar el recuerdo, pero creo que nos damos una idea que no representa lo que pasa en este mismo momento. Y como amamos en el presente, las personas vamos evolucionando, cambiando; nuestras necesidades fluctúan, las circunstancias devienen de algo incierto, el crecimiento se vuelve imperioso y nuestro vocabulario se vuelve más pretencioso… todo esto, causa que a veces, nuestro compañero o compañera ya no sea lo que queremos en una pareja.
Y es jodido… aún puede que se amen, puede que aún funcionen, pero simplemente no más no se dan las cosas…
Y cuando eso pasa, se vuelve muy cierta la frase mamona “si lo amas déjale ir”. No por que dos personas se amen van a ser pareja, y lo único que queda es respetar la decisión del otro, y dejar ir o irse.
Chale, que deprimente. Pero bueno.
***
Espero hayan disfrutado de esta mini serie “En Amor: Arte” tanto como yo lo hice. El chiste de esta sección es que sería una serie de 3 partes sobre el amor, pero obvio da para MUCHO MÁS. Así que… le seguiremos, un poco más intermitente que antes, pero podremos seguir discutiendo este tema.
La siguiente ocasión hablaremos de la ardua tarea que es la comunicación (chan chan chaaaan), así que, los veré a la otra.