Por Pietris Peralta Langholz
Chairo:
S. y Adj. (Peyorativo) Persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se le atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes.
¿Quién no se ha topado con alguno de estos personajes alguna vez en la vida?
Pero, realmente, ¿qué es lo que nos molesta de esta clase de individuos? No, no es el hecho de que sean de un equipo de izquierda, les recuerdo estamos hablando de la clase de individuos que son los activistas de teclado, esos que escriben: “¡Abajo el consumismo! – Twitteado desde mi Iphone X”.
¿En qué bendito momento publicar cosas en internet sin tener una acción que conlleve a una reacción ha servido de algo?
Y todavía, para colmo, nos topamos a diario con esta clase de personas que, aparte de ser súper intensos, defienden personas que no conocen, ideologías que dudo que comprendan más allá de una figura, y no solamente se ofenden de que no tengas las mismas ideologías, además te atacan y buscan acosarte por redes sociales hasta lograr su cometido (claramente, el que los acabes bloqueando). No me mal interpreten, no me molesta que tengan una opinión y la defiendan, me molesta que defiendan una postura de manera agresiva sin estar completa o parcialmente informados y además traten de imponer ideas sobre los demás sin tener la mínima intención de hacer un cambio real en la sociedad. ¿Quién demonios le dijo a estos individuos que acosar con contenido compartido en redes sociales va a hacer un bendito cambio en la sociedad? Porque al final, ¿no es ese el punto?
El acercamiento actual a la tecnología nos ha abierto una brecha al poder de la libre opinión pública, la cual, para bien o para mal, está abierta a todos los que tengan acceso a internet y una cuenta en redes sociales. El problema, insisto, no es el que nos expresemos, es que juzguemos sin tener conocimiento o investigación a fondo de los temas, ya que hay que recordar que las cosas no siempre son como uno las ve a simple vista.
Mi intención no es ofender ni hacerlos cambiar de parecer, mucho menos crear controversia, si no tratar de exponer de una manera firme mi humilde opinión al expresar lo que creo que estamos haciendo mal. La cantidad de energía y tiempo que utilizan esta clase de personas con un gran potencial mal aprovechado es inaudita. Claro que hay que ver cómo cambiamos las cosas en el país, hay que alzar la voz pero, ¿en qué momento vamos a empezar a alzar las manos? ¿Han notado la cantidad de escasez de recursos naturales que hay en tan solo nuestra ciudad? En verdad, ¿han notado que faltan muchos árboles que plantar? Hay maltrato animal por donde quiera que pases; es increíble la cantidad de indiferencia que tenemos hacia los seres vivos, humanos, animales, plantas, nuestros vecinos e incluso hasta a nuestros propios amigos.
¿Qué pasaría si la cantidad de esfuerzo que utilizamos en hacer que las cosas cambien desde un teclado la lleváramos más allá de una simple publicación?, ¿qué pasaría si tomáramos toda esa cantidad de tiempo perdido en fomentar cambios positivos hacia nuestro planeta, en torno incluso a nuestra propia cuadra?
Siempre he sido firme creyente de que aunque nadie es perfecto y todos tenemos errores, sobre todo yo por qué no predicar con el ejemplo. Por qué no tomar todo ese tiempo y esfuerzo en ayudar a alguien o algo, lo que sea, pero hacer realmente algo que importe, tal cual dice la definición: “personas que se autosatisfacen con sus propias actitudes”, por qué no ser personas que se autosatisfacen con sus propias buenas acciones.
No le estamos prestando atención a las cosas que necesitan de nuestra verdadera acción y esfuerzo.
Como el fallecido científico y congresista Randy Pausch dijo en su mundialmente y reconocida conferencia La última lección: “Si quieres conseguir tus sueños debes trabajar duro y jugar bien con los demás”.
Estamos viviendo épocas de cambios fuertes e intensos, y debemos empezar a contagiar el amor por lo que nos rodea, hacer algo y siempre procurar un cambio positivo en nuestra sociedad.
Para concluir mis pensamientos los dejo con esta frase.
“Si quieres cambiar al mundo, cámbiate primero a ti mismo”.
-Mahatma Gandhi.