Claudia Rivera Vivanco tiene 36 años, es deportista: juega futbol, balonmano y practica el tae kwon do. Le gusta la música de trova, principalmente, y adora a Joaquín Sabina al grado de saberse sus letras de memoria. Ella, a diferencia de los políticos tradicionales, tiene otro discurso: sonríe sin impostar una mueca, está a favor de la igualdad de género. Estudió Economía en la BUAP y ha sido activista desde hace más de 10 años en causas populares. A diferencia de sus contendientes, no es una persona que se haya enriquecido con el erario. En el poco tiempo que ha hecho campaña ha logrado meterse en el ánimo de la gente y tiene muchas posibilidades de ganar una elección que ya se cerró a dos contendientes. Veremos qué le depara el destino y los resultados que cosechó en este tiempo de campaña. Revista 360° – Instrucciones para vivir en Puebla la acompañó un día a una gira por la unidad habitacional Amalucan, una de las más olvidadas por muchas administraciones y esto fue lo que ocurrió.
No sé a ciencia cierta cuándo fue fundada la colonia Amalucan. Cuando era niño, mis papás me llevaban al cerro a caminar en él. Había un cine que llevaba el mismo nombre. Recuerdo que en esa sala vi Pídele al tiempo que vuelva, con Cristopher Reeve, habrá sido 1981 u 82, no recuerdo la fecha exacta, pero fue en esa época. Desde los años 90 para acá esa colonia se fue poblando y al mismo tiempo se fue olvidando. El 15 de junio de 1999 un edificio construido en los años setenta se cayó con aquel sismo que azotó la ciudad de Puebla.
Hoy Amalucan es un error en la Puebla que han querido vender como turística. Hay bandas de delincuentes, baches, en algunos puntos carece de servicios públicos y está una obra ahí en Bulevar Las Torres y Avenida Xonacatepec que no tiene para cuándo terminar. La organización Antorcha Campesina y su sección de ambulantes se instaló en esa vialidad para apropiarse de ella. Es una colonia que se le olvidó a Dios. Hay pobreza y es la cara de la desigualdad.
Estamos aquí parados, son las once de la mañana y este maldito calor nos quema los brazos, la cara y el cuello. Una mujer está vestida con la botarga de Andrés Manuel López Obrador, acaba de llegar con Claudia Rivera Vivanco, quien se apea de una camioneta blanca. Tras su llegada, un grupo de mujeres se une a ella. Un buen tanto de reporteros inicia la tradicional y sobada entrevista banquetera.
Claudia inicia su recorrido en la principal arteria de esta vieja y descuidada colonia.
“Señora, buenas tardes, le invitamos a que se sume al proyecto alternativo de nación, a que vote por Morena. Todo Morena”, dice la candidata.
Un señor de una carnicería sale corriendo y alza los brazos gritando “¡Morena!, Morena!”. Claudia Rivera le sonríe, le da la mano y termina en un fuerte abrazo. A su paso un grupo de señoras la llama: “¡venga, venga, por favor, señorita, venga!”. Claudia se acerca a ellas y les saluda. “Vamos a votar por usted”, dice una de las mujeres que hacen un semicírculo, quizá sea la mayor de todas ellas, pero no deja de hacerle un pequeño reclamo “pero no nos abandonen. Siempre piden el voto y nos olvidan.”
-No va a ocurrir eso, señora-, dice Claudia Rivera quien toma del brazo a la que parece ser la más grande del grupo.
-Vamos con usted. No nos olvide-, remata la señora quien lleva en una mano un monedero y en el otro un bolso para el mandado.
-No, señora, nosotros vamos a acabar con la corrupción. Vamos a terminar con las promesas falsas de campaña. No somos como el PRIAN, que siempre nos engaña con lo mismo.
Atrás están los brigadistas. Que comienzan con su porra “¡Claudia presidenta!, ¡Claudia Presidenta!”. La botarga de AMLO se quita la cabeza y aparece una chica joven, de tez morena (no es redundancia) se limpia el sudor y resopla. Ha caminado en su papel muchas colonias populares, cruceros, juntas auxiliares e inspectorías. Soportando el calor que se genera dentro de un muñeco relleno de trapos, y paño que forra el cuerpo del candidato a la presidencia.
Claudia Rivera Vivanco sigue su paso saludando. Escuchando peticiones y reclamos no a ella, sino a los políticos de todos los partidos que han abandonado Amalucan y sus alrededores.
Todos los que somos poblanos conocemos esta demarcación. Algún amigo, algún familiar, algún conocido, alguna novia que vivía ahí o junto, en Bosques de San Sebastián, en la época que más usábamos trasporte público. Y si bien hay alcaldes que han tratado de que esta localidad crezca y se desarrolle, las colonias de la periferia siempre son las más olvidadas. Y ahí estamos todos los brigadistas y nosotros, un grupo de reporteros, escuchando cómo viven en esta colonia. Vemos a los comerciantes, vemos a un vendedor de periódicos.
Por ahí pasa una camioneta y toca el claxon. Y le grita: “¡Clauuudia!”.
La candidata a alcaldesa extiende su mano y se despide.
Seguimos nuestro recorrido.
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Claudia Rivera nació a principios de los años 80 en la colonia San Miguelito de la Ciudad de Puebla. Es parte del Centro Histórico de la capital poblana. En esa época era otra Puebla totalmente distinta. No existía Angelópolis, pues las calles se terminaban en la 49 Poniente y 19 Sur. Todo lo demás eran campos. Plaza San Pedro, Las Hadas, La Capu, eran terrenos donde la gente iba a jugar beisbol.
Fue a mediados de los ochenta cuando la vida cambió por el terremoto que sacudió a la Ciudad de México. Puebla fue invadida por los chilangos y la mentalidad de ser una provincia cambió radicalmente.
Claudia Rivera empezó a practicar tae kwon do desde los ocho años. Actualmente es segundo dan y está practicando para hacer su examen en tercer dan. También desde niña le gustó el futbol soccer e incluso el balonmano.
Tal fue su afición por el deporte que hasta hace poco participaba como árbitro en partidos de futbol femenil, incluso para actividades deportivas que ha realizado el DIF.
Estudió en una institución de monjas, el Colegio Yermo y Parres, hasta la secundaria, cuando se cambió a la preparatoria Emiliano Zapata de la BUAP, el viejo inmueble que queda a una calle del edificio Carolino y de la Iglesia de la Compañía de Jesús. “En la mera esquina de la 4 sur y la 2 oriente en la parte de arriba, ahí estaba mi salón”, cuenta Rivera orgullosa.
Posteriormente, Claudia Rivera se fue a Ciudad Universitaria a estudiar Economía, de la cual se graduó y trabajó en el INEGI. Inició como activista desde el 2006 cuando iba por primera vez de candidato a la Presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador. Ella misma cuenta que después de lo que consideró un robo a la elección para entronizar a Felipe Calderón, se fue a la toma pacífica de la Avenida Reforma de la Ciudad de México. “No es como lo pintaron los medios de comunicación: nos acusaron de delincuentes, pero no dañamos nada, nuestra protesta era pacífica y no fue como nos satanizaron”.
A principios de este año queda electa como candidata a la alcaldía de Puebla. Inició desde abajo en las encuestas y las preferencias electorales. Hoy muchos la ven como posible ganadora, otros dicen que está en empate técnico, lo cierto es que ella está ahí. Su nombre aparece como uno de los finalistas a la batalla para el Palacio Municipal.
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-Si esto fuera un partido de futbol, Claudia, ¿ya eres finalista?
-Ya somos finalistas el equipo de 11 y con el jugador número 12 (AMLO). Y estamos convencidos que vamos a ganar.
-¿Ha habido juego limpio en este encuentro?
-Ha habido juego limpio, fair play de nuestra parte. No hemos metido zancadillas, nosotros vamos sobre el balón en la cancha. Los otros (PRI y PAN), esos sí juegan sucio. Están engañando a las barras, a los hinchas, al público, meten mano, golpes bajos adrede, fuera de lugar.
-El árbitro (IEE), el hombre de negro, ¿cómo ha actuado en el partido?
-Mal, debemos pedir a una comisión que revise su actuar porque se ha demostrado que hay faltas que nos cometen a nosotros como partido de Morena y deberían sacar la tarjeta roja y ni la amarilla para señalar las faltas.
-¿Qué tipo de faltas han detectado?
-De todo, desde que nos bajen propaganda, como hemos escuchado que preparan la compra de votos de la porra, pero no van a poder. Nuestra porra cada vez está más comprometida con el cambio verdadero y vamos por todo.
-¿Qué tal los hinchas?, el público, la porra.
-Tú lo viste en el recorrido ahorita en Amalucan. Son fieles y ya no quieren a los equipos de antaño. Los que siempre juegan en la cancha y compran todo y no cumplen nada. La gente está cansada de tanta corrupción en la cancha de juego, la gente quiere ser feliz y quiere vivienda digna, que sea una ciudad segura, quiere igualdad, por eso en este partido nuestro juego es buscar una ciudad incluyente en la que participen todos, empresarios, trabajadores, colonos, amas de casa, deportistas.
-Deben ser sancionados a los que han jugado o están jugando en este momento.
-Claro, deben ser investigados por mal comportamiento y deben ser sancionados si es que se demuestra que cometieron irregularidades con el erario. Ya no más corrupción en los gobiernos.
-De ganar la copa, ¿tú iniciarías una investigación a fondo contra los que jugaron antes?
-Por supuesto. Tenemos que investigar en qué usaron los recursos y proceder en consecuencia. No seremos comparsas de nadie. Como ayuntamiento señalaremos lo que estuvo mal porque nuestra función es recuperar la confianza de la gente. Ya las barras y las hinchas no creen en los otros equipos de futbol. Los han engañado muchas veces. Somos el equipo que empezó desde abajo y ahora estamos a punto de ganar no solo con los once del equipo sino con el jugador número 12, quien es nuestro director técnico y quien nos impulsa a ganar para beneficio de la gente, Andrés Manuel.
-¿Empezaste sin ser conocida como jugadora?
-Así es. Aunque yo voy participando en política desde hace tiempo. Pero ya la gente cada vez ya me conoce y voy bien en los números.
-¿Estamos en qué minuto y cómo está el marcador?
-Estamos ya en el minuto 70 y vamos a ganar dos a uno en los números y en una de esas, más.
-Hay quien dice que hay un empate o que tu contrincante en la cancha el de mallas azules, Eduardo Rivera, está arriba.
-Somos dos finalistas, el equipo de Morena contra los azules y quien dice que en la ciudad hay un empate técnico es para confundir. Faltan días y vamos a ganar. Yo le digo a mi gente que actuemos como si de veras estuviéramos empatados, que no nos confiemos, porque si nos confiamos es como jugar en la cancha de futbol, podemos perder y no, nuestro ánimo no debe decaer y debemos seguir jugando con todo. Vamos a ganar, pero debemos pensar que no está fácil redoblar el esfuerzo y hacer más contacto con la gente que nos sigue y también con el indeciso. Tenemos que lograr el cambio en esta cancha de juego.
Atrás de Claudia está un grupo numeroso de brigadistas que no deja de ser su porrista. Ella continúa lista para seguir en este partido que cada vez se pone mejor.
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Seguimos en Amalucan. La mayoría de la gente recibe bien a la candidata de Morena por la alcaldía de Puebla. Muchas personas que habitan esta demarcación son de escasos recursos. Aquí la gente fue abandonada por la mano de Dios desde hace muchísimos años. A unos cuantos kilómetros se encuentran las juntas auxiliares más pobres de la ciudad, San Sebastián de Aparicio y La Resurrección, además el entronque con la autopista: zonas que en otra época eran usadas como bastión del PRI para el acarreo de gente el día de las votaciones, que solo eran vistas como parte de una estadística y no que eran habitadas por gente con ganas de superarse.
Los gente vecinos de esta zona no son los mismos de hace 10 o 15 años. Y se nota en la forma que reciben a Claudia Rivera, miembro de un partido de izquierda como Morena. En otro tiempo ni le hubieran hecho caso. Ahora, principalmente son las mujeres quienes caminan a su lado, se le acercan para saludarla, para pedirle algo, pero la mayor petición es que no se olviden de Amalucan. “Que no nos hagan como todos, nada más vienen en campañas”.
Son casi la una de la tarde y tiene que ir a una escuela a saludar a los padres de familia. El sol cada vez está peor. Claudia se despide de los colonos. Sus porristas cierran esta imagen con el grito de “¡eeeeeehhh…. Claudia!”.
Andrés Manuel, bueno, su botarga, descansa un poco. Falta mucho por recorrer en este tramo de la campaña.
El polvo se levanta, comienzan a caer las primeras gotas de lluvia que no refrescan, solo hacen más bochorno.