En estos tiempos, qué difícil es ser objetivo o al menos equilibrado, pues por un lado están los morenistas seguidores de Luis Miguel Barbosa en el que participan políticos, prensa, guerrilleros de internet y gente molesta con la administración anterior y, por otro lado, están los aplaudidores del morenovallismo, políticos panistas y muchos priistas, prensa, otros guerrilleros de internet y críticos de Morena o Luis Miguel Barbosa.
La polarización llegó a su clímax el miércoles por la noche, cuando se dio a conocer el resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que ordenó el recuento de los votos emitidos el 1 de julio para la elección de la gubernatura.
Bien, pues a las dos clases mencionadas se les pasó el dato más importante, además del recuento de los votos: tanto el Tribunal Estatal Electoral de Puebla (TEEP) como el Instituto Electoral del Estado (IEE) fueron evidenciados y descalificados por la Sala Superior del TEPJF.
Cuando se dio a conocer el resolutivo del TEPJF la mayoría se fue sólo por la interpretación a conveniencia: por un lado, la gente de Marta Érika Alonso aseguró que van a ratificar su triunfo y, por el otro, Luis Miguel Barbosa afirmó que tanto las actas como las urnas ya están embarazadas. Dicho de otro modo: los primeros están convencidos de que ya la hicieron; los segundos se muestran derrotados anticipando un fraude. Insistimos: qué difícil es vivir de manera equilibrada.
No obstante todo eso, como ven, es parte del show pero, ¿cómo quedan las autoridades electorales? La respuesta es: mal y de malas. Y no lo digo yo, lo dice el boletín del TEPJF, miren nada más esta joya, pongan atención especial en el segundo párrafo:
“Ante ello, la Sala Superior, en plenitud de jurisdicción, realizó un análisis de las actas de cómputo distrital, advirtiendo que durante los cómputos distritales se presentaron diversas irregularidades relacionadas con el debido cómputo de la votación y los paquetes, falta de documentación, y el llenado de las actas correspondientes.
«De ahí que las magistradas y magistrados consideraron que la actuación de la autoridad electoral administrativa local fue deficiente y afectó los principios rectores en la materia, como son los de certeza, imparcialidad, independencia, legalidad, máxima publicidad y objetividad. Asimismo, señalaron que el actuar deficiente de la autoridad, las inconsistencias, falta de precisión y de claridad, no garantizan certeza respecto de los resultados de la elección de gubernatura de Puebla.”
De ser necesario, vuelva a leer el segundo párrafo del boletín de Comunicación Social. ¡Ojo!, no es nada en contra de las autoridades electorales poblanas, lo dice el TEPJF, y si alguien sabe leer bien se dará cuenta que ahí están los datos más allá de interpretaciones.
Ahora, ¿qué pasará con esta acusación tan fuerte? En otros tiempos, absolutamente nada, pero con un Congreso del estado con una mayoría legislativa de Morena y que en la práctica actúa como en cena de negros, pueden incluso tomar el tema y proceder contra las autoridades electorales.
Es ahí donde está todo el tema, en la autoridad electoral, son ellos quienes terminarán como chivos expiatorios o como chivos en precipicio.
Todavía es muy aventurado decir que se anulará la elección, puesto que todo depende de decisiones políticas, mezcladas con jurídicas. Alguien más inteligente debería comprar un paquete de palomitas y observar en qué termina la guerra, la larga historia, el tema que tiene de cabeza a Puebla y que, lamentablemente, no puede avanzar.
Sería bueno poner aquella frase de “serenidad y paciencia”, acuñada por el superhéroe Kalimán, ya que esto aún no termina y cualquier comentario puede ser malinterpretado por alguno de los dos bandos de porristas.