Por: Sandro Pozzi
Para: El País
Las tabacaleras tradicionales empiezan a apostar también por el incipiente negocio de la marihuana. El conglomerado Altria, que entre sus marcas más populares controla los cigarrillos Marlboro, empieza a marcar el terreno con su entrada en el accionariado del productor canadiense de cannabis Cronos. La maniobra busca abrirse camino a otras áreas más allá del cigarrillo clásico, cuyas ventas están desacelerando.
Altria desembolsa, en concreto, 1.800 millones de dólares para hacerse con el 45% del capital del productor canadiense de cannabis. Es una cantidad pequeña si se compara con los 25.600 millones que el conglomerado estadounidense facturó el año pasado a escala global. La maniobra, sin embargo, podría servir para marcar el comienzo de la industria conforme se va regulando su consumo.
La tabacalera tiene un dilema. Actualmente controla el 45% de las ventas de cigarrillos en EE UU. El negocio es muy rentable: le genera un beneficio operativo anual de 8.400 millones de dólares. Pero, al mismo tiempo, debe pensar en el futuro y, para hacerlo, tomar el control del producto llamado a sustituirlo parece una buena opción. Cuenta con efectivo más que suficiente como para tantear nuevas aguas y asumir riesgos.
La matriz de Philip Morris aporta a Cronos su experiencia de comercialización del tabaco, un factor que puede ser importante al estandarizar —en un futuro no tan lejano— la comercialización del cannabis a escala global. Altria se guarda, además, la opción de seguir elevando su inversión hasta hacerse con el control de su socia si lo considera oportuno. Canopy Growth, su rival, ya ha recibido una inyección de 4.000 millones por parte de Constellation Brands, la dueña de la cervecería Corona.
Pero el futuro del negocio dependerá, en gran medida, de lo que tarden en relajarse las reglas a escala federal en EE UU. El mercado de la marihuana se estima actualmente en unos 6.000 millones de dólares y se espera que crezca hasta los 10.000 millones en los próximos años, conforme más Estados del país aprueban su consumo tanto para fines medicinales como recreativos. Todas estas maniobras alimentaron el entusiasmo entre los inversores.
Canadá autorizó hace dos meses el consumo de cannabis. Howard Willard, consejero delegado de Altria, señala que la inversión en Cronos “representa una nueva y emocionante oportunidad de crecimiento” para la compañía porque le permite posicionarse desde el principio en un “sector global emergente”. Es más, anticipa que crecerá “rápidamente durante la próxima década”.
Pérdida de brillo bursátil y diversificación
Altria busca, en paralelo, una diversificación urgente de su cartera más allá de los productos tradicionales a base de tabaco, como el cigarrillo electrónico. Desde hace semanas se especula con que está negociando adquirir una participación en la firma Juul Labs, líder en un negocio, el de los cigarrillos electrónicos, que está hoy bajo fuerte presión en EE UU por su elevado consumo entre adolescentes.
Las acciones de Altria han perdido la cuarta parte de su valor en el último año. Tras el anuncio del viernes, sin embargo, repuntaron un 2% mientras que los de Cronos lo hicieron más de un 30% en una sola sesión. “Es el socio ideal”, afirma Mike Gorenstein, su consejero delegado, “porque nos da los recursos y la experiencia que necesitamos para poder acelerar de una manera significativa nuestra estrategia de crecimiento”.
Hay, sin embargo, un aspecto en la operación que puede chocar con el consumidor de marihuana. Altria es una de las corporaciones más odiadas porque el producto que vende tiene importantes consecuencias para la salud, derivados de la combustión del tabaco. Cronos, sin embargo, concentra gran parte de sus activos en el negocio de la marihuana medicinal. Está por ver cómo esta alianza cambia la percepción social de la marca.
La inyección de liquidez que le aporta Altria le permitirá no solo reforzar su infraestructura de distribución, aprovechando la escala global del conglomerado. También le abrirá el camino hacia el desarrollo de nuevas marcas y productos. Además de Canopy, Cronos tiene otros rivales: Tilray, Aphria y Aurora —sobre la que se especuló que Coca-Cola podría estar interesada—. Lagunita, una marca de cerveza controlada por Heineken, está vendiendo en California agua con infusión de cannabis y la filial Molson Coors tiene una empresa conjunta con The Hydropothecary para comercializar este tipo de bebidas en el mercado canadiense. Un mercado con mucho futuro, sí, pero también muy competido.