Oscar Balderas | HUFFPOST MÉXICO
Si hubiera que ubicar dónde comienza la responsabilidad de la crisis de desabasto de gasolina en México, habría que empezar por esta lista de nombres. Se trata de cinco hombres con un largo trayecto criminal, quienes tienen como rasgo en común que comenzaron a delinquir siendo muy jóvenes y que tras una larga temporada como sicarios, secuestradores, extorsionadores, se volcaron en sus grupos criminales a uno de los delitos que más afectan al país y que deja mayores dividendos para los cárteles: el robo de combustible.
Son cinco hombres que bajo su violento liderazgo tienen a comunidades enteras rendidas ante el huachicoleo. Con violencia y dinero, someten a autoridades locales, las obligan a mirar hacia otro lado mientras ordeñan los ductos de Petróleos Mexicanos, se ganan la protección de las comunidades donde se esconden revendiéndoles gasolina robada y se hacen millonarios mercando combustible a gasolineras, ingenios azucareros, acereras y hasta grandes empresas en Estados Unidos que compran gas y petróleo a precio de remate.
En su ambición por meterse billetes a las bolsas, estos cinco capos le quitan al país unos 60 mil millones de pesos anuales y, a cambio, dejan una estela de asesinatos, raptos y narcofosas en la sangrienta batalla por monopolizar el negocio del huachicoleo.
El Bukanas. Líder de Los Zetas.
Nombre: Roberto de los Santos de Jesús
Alias: El Bukanas
Organización: Los Zetas
Zona de influencia: Puebla y Veracruz
El Bukanas es uno de los pocos líderes huachicoleros en México por los cuales el gobierno mexicano pagaría un millón de pesos en recompensa a quien ofrezca datos fehacientes que lleven a su captura. Este excomandante de la policía municipal veracruzana en la zona serrana de Zongolica inició en el crimen organizado como entrenador de «estacas» para Los Zetas hace cerca de una década. Ha enseñado a cientos de jóvenes a matar, descuartizar y disolver en ácido. Un sádico jefe de sicarios que aterrorizó por años la frontera entre Veracruz y Puebla, hasta que migró su actividad criminal al lucrativo negocio de la ordeña de ductos.
De acuerdo con datos de la Procuraduría General de la República, Roberto de los Santos de Jesús maneja una red de hasta 500 huachicoleros en la zona conocida como el Triángulo Rojo, donde se concentra un amplio número de ductos y tiene en la nómina desde regidores hasta mandos militares.
En el municipio de Ajalpan, Puebla, por ejemplo, es conocido que posee una lujosa mansión escondida entre la sierra, pero las autoridades no llegan hasta allá. Su poder en varios municipios poblanos y veracruzanos es de tal tamaño que, además de ser líder en el robo de combustible, es uno de los principales responsables de asaltos a trenes en la zona.
El Toñín. Líder de su propia organización.
Nombre: Antonio Valente Martínez Fuentes
Alias: El Toñín
Organización: Los Toñines
Zona de influencia: Puebla y Veracruz
El Toñín, detenido en 2017 por la Secretaría de Marina acusado de robar combustible, y luego dejado libre por «falta de pruebas», tiene una historia de vida muy similar a la de miles de capos que niegan ser criminales. Según él, nació en el campo rodeado de pobreza y gracias a un arduo trabajo en el campo logró amasar tanta riqueza que es capaz de regalar coches, electrodomésticos, juguetes y dinero en efectivo a desconocidos que viven en los municipios poblanos donde el huachicoleo está en auge.
Para las autoridades, esto es una fachada. El Toñín, aseguran en las dependencias encargadas de la seguridad nacional, es un violento delincuente que usa la fundación Fusión y Fuerza de su hermano —un hombre que extrañamente pasó de desconocido en la política a alcalde de Quecholac, Puebla, por el partido local Pacto Social de Integración— para cubrir sus actividades ilegales.
Gracias a su faceta como «benefactor del pueblo», el Toñín habría construido una gran base social de seguidores que le ofrecen protección a cambio de dinero y que se han unido a su propio grupo criminal que busca arrebatarle el control de varias zonas petroleras a la gente del Bukanas.
El Marro. Líder del Cártel Santa Rosa de Lima.
Nombre: José Antonio Yépez Ortiz
Alias: El Marro
Organización: Cártel Santa Rosa de Lima
Zona de influencia: Guanajuato
El Marro es uno de los pocos criminales que se ha plantado frente a la organización criminal más poderosa de México, el Cártel Jalisco Nueva Generación, y ha logrado con un relativo éxito desplazarlos del huachicoleo. En Guanajuato, una zona rica en ductos que bombean combustible a gran parte del país, este expolicía, exmilitar, y veterano dentro de los cárteles de la droga, fundó su propia organización tras convencerse de que tenía el suficiente poder para convertirse en líder de sicarios y ladrones. Así creó el Cártel Santa Rosa de Lima, en «honor» a la pequeña localidad donde nació, ubicada en el municipio de Villagrán, a una hora de la capital de Guanajuato.
Las autoridades federales del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto calcularon que la organización tiene unos mil seguidores, principalmente jóvenes, cuya paga depende de la ordeña de combustible, que representa cerca del 90% de los ingresos del cártel. Para lograrlo, mantienen a autoridades municipales trabajando para ellos con amenazas; quienes no cooperan, son asesinados, como sucedió con un líder local del PRI en Celaya, los seis policías viales asesinados en Salamanca y las decenas de cuerpos de presuntos agentes hallados en las fosas clandestinas de Villagrán.
En su lucha contra la facción de occidente del Cártel Jalisco Nueva Generación, El Marro es uno de los responsables de la violencia creciente en Guanajuato.
El Mencho. Líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Nombre: Nemesio Oseguera Cervantes
Alias: El Mencho
Organización: Cártel Jalisco Nueva Generación
Zona de influencia: Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Nayarit, Colima, Veracruz, Querétaro, Puebla, Estado de México.
El Mencho es el capo mexicano más buscado en el mundo. Un objetivo prioritario que el gobierno de Enrique Peña Nieto no pudo detener o neutralizar. Por su captura, las autoridades de Estados Unidos ofrecen una recompensa de 10 millones de dólares, una oferta similar a la que pendía sobre la cabeza de Joaquín el Chapo Guzmán. Entre otras cosas, es el primer capo a quien el gobierno mexicano le reconoce el derribo de un helicóptero de las Fuerzas Armadas en mayo de 2015.
El líder máximo del Cártel Jalisco Nueva Generación no solo consolidó a su organización como la más poderosa y millonaria del país, gracias a su capacidad de fuego y de corromper a funcionarios públicos del más alto nivel, sino que gracias a negocios transnacionales —como la venta de drogas y el lavado de dinero— logró encontrar clientes internacionales que compraran el combustible robado que le quita a Pemex. Su intempestiva irrupción en este negocio —especialmente en el occidente, donde tradicionalmente mandaba La Familia Michoacana, y en el oriente, donde el control lo mantenían Los Zetas— ha generado una ola de homicidios y secuestros que se intensificó en los últimos tres años.
Su captura sería solo equiparable a la de los grandes capos tradicionales del narcotráfico mexicano: el gobierno de Andrés Manuel López Obrador mantiene sobre la mesa una recompensa de 30 millones de pesos a quien ofrezca datos que lleven a la localización de este hombre, cuya organización tiene presencia, al menos, en 27 de las 31 entidades federativas del país.
Loco Téllez. Líder de su propia organización.
Nombre: Óscar García Téllez
Alias: El Loco Téllez
Organización: Los Locos
Zona de influencia: Puebla y Veracruz
El Loco Téllez tiene muchas leyendas en la zona petrolera de San Martín Texmelucan, donde en abril del año pasado aparecieron decenas de cuerpos desmembrados y dentro de bolsas de plástico presuntamente a causa del enfrentamiento entre grupos criminales por el control de huachicoleo de la región. Dicen que tiene un séquito de secuestradores a su cargo, que él mismo tortura a sus rivales, que es un hombre millonario con pinta de campesino pobre y que tiene ojos y oídos en cada esquina de los municipios poblanos de Huejotzingo, San Matías Tlalancaleca, Tlahuapan y San Salvador El Verde.
Su pasado como policía en Puebla lo hizo conocedor de los tramos donde hay ductos de Pemex y su liderazgo criminal en la zona lo volvió jefe de huachicoleros. En su intento por conquistar más terreno para la ordeña mantiene un violento enfrentamiento con una líder criminal local, La Negra, a quienes les atribuyen el incremento de homicidios en la zona.
En septiembre de 2018, el Ejército entró a San Martín Texmelucan para intentar detener al capo, pero los mismos pobladores hicieron un bloqueo carretero y frustraron su captura. No fue la primera vez: en ese municipio, policías estatales y hasta la Gendarmería Nacional han sido incapaces de cumplir órdenes de cateo en su contra debido a la protección con la que cuenta El Loco Téllez por parte de los pobladores.