Aleyn Merchand
Entre las muchas frases de George Bernard Shaw, está una que los italianos adoptaron como mantra; la encuentras en muchas tabernas y hosterías en Italia: Non c’è amore più sincero dell’amore per il cibo. Se traduce como, “No hay amor más sincero que el amor a la comida”. Otra frase muy conocida es “Los diamantes son los mejores amigos de una chica”, pero con la crisis económica que vivimos en el país, los diamantes (y los amigos verdaderos) son escasos.
También hay mujeres para quienes el amor se demuestra con el osito de peluche más grande de la tienda, o con el arreglo floral más elaborado, o quizá con el poema más romántico… que tal vez ni siquiera entiendan. Pero les puedo decir que para mí, nada dice te amo, como el amor mutuo al buen comer y beber. He visto parejas donde uno no toma alcohol y el otro sí, uno es vegano y el otro carnívoro, uno que casi puede comer piedras y el otro se enferma de solo pasar frente a un puesto de carnitas. Asimismo, he visto que estas relaciones a la larga no funcionan.
Y no se trata de defender a un bando u otro, es sólo que lo más básico del ser humano es la alimentación, ¡comes para vivir! Y muchos vivimos para comer, de hecho. ¡Por algo se rumora que a los hombres se les conquista por el estómago! Así que cuando un lado de la ecuación amorosa se forma por un sibarita culinario y el otro por un amante de la Maruchan con limón, viene un desequilibrio, una especie de descompensación emocional. La comida nutre tu cuerpo y a la vez tu alma, sucede igual con el amor. Entra a tu cuerpo y puede ser una fuente de energía o una colitis aguda. Ya sea que ambos amen las hamburguesas de tofu con germinado de soya o bien que prefieran unos tacos de asada con chorizo, lo importante es que sus hábitos alimenticios sean compatibles. Porque créanme, nada mata el amor más rápido que tú digas “Amor, ¡vamos por unos tamalitos y un atole de Doña Chayo!”, y tu príncipe azul te salga con “Mejor un smoothie verde con leche de almendras de Starbucks”.
Sean sabios para pedir su comida, y más sabios aún para elegir a su pareja.