Los comicios electorales del 2021, en la práctica, serán un referéndum al desempeño de los alcaldes de Morena.
Y si siguen las cosas como hasta ahora: es casi un hecho que ese partido no ganará los lugares en los que gobierna. Y no sólo no ganará porque estén mal calificados por los ciudadanos sino porque incluso en casos como el de Puebla capital, la presidenta municipal Claudia Rivera está enfrentada desde el 2018 con el gobernador Miguel Barbosa.
El enfrentamiento entre ambos ha llevado a desgastar más la imagen de la munícipe y de ese partido político, pues la información contra ella que se genera es un día y el otro también, o como dicen por ahí: de vez en siempre.
Estar confrontado con un mandatario estatal tiene muchas consecuencias negativas. Es como si un gobernador se enfrentara a un presidente de la República. Ya vimos lo que le pasó a Bonilla en Baja California, terminó como un paria.
Esa tensión provocará que los poblanos no ratifiquen a Morena como partido en la capital. Además, en los municipios en donde gobierna el partido de López Obrador la inseguridad está desbordada.
No importa ya si fueron o no los anteriores los que dejaron el cochinero (en buena parte sí son responsables), pues para un ciudadano común y corriente no le interesa saber quién abrió el zoológico sino quien mete a los animales a su jaula e impide que regresen a las calles.
Para los comicios del 2021, Morena ya habrá gobernado al menos dos años y medio en las ciudades, así que los ciudadanos irán a sufragar con base en su experiencia, sobre cómo les fue, si les robaron los delincuentes o si las autoridades les arreglaron sus problemas y sus necesidades, además sobre cómo le influyeron las noticias en todo este tiempo y qué tan contento se sienta con el trabajo que ha hecho Morena tanto a nivel federal, estatal y municipal.
Ahí veremos qué tan bien han llegado las iniciativas de ley que se han presentado y las decisiones desde el poder.
Una cosa es López Obrador y otra cosa es el partido que lo llevó al triunfo.
Actualmente Morena, por la manera de actuar de los gobernadores en el país y los alcaldes, ha generado la percepción de que es más de lo mismo, que no hay mucha diferencia con respecto al PRI y al PAN.
Hay gente que aún defiende a López Obrador, pero que no se expresa bien de Morena, ni de sus mandatarios ni de sus presidentes municipales (insistimos) en todo el país.
Lo ventaja que aún mantiene Morena a nivel estatal y local es que la oposición está muy “chata”, muy pequeña y que dispara como escopeta vieja, tira a todos lados, pero sin un proyectil directo, además de todo está muy dividida. Es por eso, que están tan tranquilos los morenos y porque piensan que sus operadores electorales en el 2021 harán todo el trabajo necesario para hacer que los votos les caigan a ellos.
El detalle es que Morena no se ha caracterizado por saber movilizar ni por armar estructuras electorales. De hecho, hay que revisar el comportamiento electoral en 2018 y 2019 a nivel local. Sin AMLO en la boleta, el partido en el poder no tiene mucho que hacer.
La ventaja es que Morena jugará con sus dos partidos satélite: PVEM y PT. Eso le asegurará un buen nivel de sufragios, pero no les sirve para contrarrestar que estén reprobados actualmente. Habrá que ver qué tanto saben convencer y qué candidato saquen para que la gente se interese por ir a votar, puesto que se puede esperar un alto nivel de abstencionismo como siempre ocurre en las elecciones intermedias.
Ahora, como están las cosas, Morena terminará muy desgastado en la definición de su candidato a la alcaldía poblana, pues están tan divididos que aún no tienen dirigente estatal.
En el caso de Acción Nacional quien apunta a ser quien cache el voto de castigo a su favor ya todo apunta a que quedaría Eduardo Rivera Pérez, aunque hay algunos que prefieren no borrar a Antonio Gali Fayad de la lista.
No se confundan, Lalo Rivera también es un plan “b” de Casa Aguayo (aunque algunos de sus asesores se ofendan), pues vemos que hasta el Comité Municipal de PAN no critica al gobierno estatal pero sí confronta a algunos de sus enemigos como es el caso de Claudia Rivera.
Qué coincidencia, ¿no?