El País | Reuters | Pablo Beauregard
El motor de la economía norteamericana comienza a calentarse. Nuevas inversiones en la región han sido anunciadas horas después de que Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador festejaran el T-MEC, el acuerdo comercial que entró en vigor el 1 de julio. El mensaje común firmado en el jardín de las rosas de la Casa Blanca ha servido de preámbulo para una necesaria reactivación económica en Estados Unidos y México, dos naciones que aún no pueden hablar en pasado de la crisis económica y de salud provocada por el coronavirus.
La empresa energética Sempra ha sido una de las primeras en develar nuevos planes. “Creemos que el nuevo acuerdo abre nuevas oportunidades para nuestras economías”, dijo Jeffrey Martin, director de la compañía durante la cena de empresarios en la residencia oficial de Trump. Sempra considera que una nueva planta para licuar gas natural de 2.400 millones de dólares beneficiará al norte de México. El proyecto estará ubicado en la ciudad de Ensenada, Baja California, y creará 5.000 empleos de alta especialización. El gas provendrá de Texas, será procesado por la planta mexicana para después ser exportado al mercado asiático.
Martin fue uno de los 23 ejecutivos que acompañaron a los mandatarios de EEUU y México en la cena. Once empresarios, solo una mujer, formaron parte de la comitiva mexicana. Entre sus contrapartes estadounidenses se hallaban Gretchen Watkins, presidenta de la petrolera Shell; Dan Dignes, de Cabot Oil and Gas; Kumar Galhotra, encargado del mercado internacional de Ford; Craig Glidden, vicepresidente de General Motors; Bob Swan, CEO de Intel; David Abney, de UPS; Leon Topalian, de la acerera Nucor; Fred Smith, CEO de Fedex. También acudieron el cofundador de la firma de inversión Blackstone, Steve Schwarzman, y el CEO de la multinacional aeroespacial y fabricante de armas Lochheed Martin, James Taiclet.
Miguel Rincón, director de Bio Pappel y uno de los empresarios más cercanos a López Obrador, también tomó el micrófono en la cena para anunciar nuevos negocios en Estados Unidos. El empresario informó a los comensales del East Room de la Casa Blanca que su empresa se alista para comenzar operaciones con una nueva planta en Indiana. Además, en septiembre, inician los planes para instalar una fábrica de papel sustentable en el Estado de Washington y otra de empaques en Texas. Para finales de 2020, la compañía mexicana tendrá presencia en seis regiones del mercado estadounidense, pues ya opera en California, Nuevo México y Georgia.
La financiera mexicana, Patricia Armendáriz, hizo una crónica en Twitter de la cena de alto nivel. La directora de Financiera Sustentable reportó las buenas intenciones de la acerera Nucor de expandirse en México aprovechando el nuevo tratado comercial. Michael Dykes, el representante de la industria de lácteos en Estados Unidos, también expresó su interés por el mercado mexicano.
Nuestra mesa. Nuestro embajador de EE.UU. en Mexico @USAmbMex , Robert O’Brien National Security Advisor, Bob Swan, presidente de Intel, y Luz Elena Baños representante de Mexico ante la OAS pic.twitter.com/e6cC0tuVpG
— Carmen Patricia Armendáriz (@PatyArmendariz) July 9, 2020
Con el anuncio conjunto de este miércoles, Trump busca reforzar la idea ante sus votantes de que la economía ve la luz al final del túnel tras la crisis del coronavirus. Desde marzo, decenas de millones de personas se han quedado sin empleo en EE UU. La recuperación avanza a un ritmo muy lento. Y el mandatario republicano espera que el T-MEC pueda brindar un empuje rumbo a los comicios federales de noviembre. Sin embargo, hay algunas voces escépticas. The Washington Post ha recordado este jueves un informe de la Comisión de Comercio Internacional que afirma que el nuevo tratado representa un incremento de menos del 1% del PIB.
El oxígeno en la sangre de la economía estadounidense es vital para sacar del bache también a los mexicanos. López Obrador abandonó Estados Unidos la mañana de este jueves en un avión comercial. Antes de abordar el vuelo que lo llevará a Miami (Florida), y después a Ciudad de México, el presidente aseguró una vez más que el tratado comercial significará “inversiones para la región, empresas, trabajo y bienestar”. Su primera visita al extranjero ha dejado buenos deseos que aún deben convertirse en realidades.