La seña identitaria de Quentin Tarantino es sencilla y única: la violencia. Si bien hay otro tipo de películas igualmente violentas o más, no llegan a tener este sello identitario de este director porque, como bien explica Padalino (2020) en su blog, en Tarantino hay una violencia totalmente explícita, baños en sangre que, a veces, rozan el absurdo y conducen a la risa.
Cuando vamos a ver una cinta de Quentin Tarantino sabemos lo que nos espera, sabremos que habrá personajes trascendentales, pero no entrañables, ya que si un personaje vive o muere no nos importa, debido a la falta de empatía que sentimos hacia ellos, son carismáticos, sí, son dignos de comprensión, no; solo acudimos a ver una película de Tarantino para disfrutar de cómo cuenta una historia de la manera más violenta y a reírnos con ella.
Gracias a que Tarantino tiene control casi absoluto en sus producciones es que sus películas poseen un gran argumento y sobre todo identidad propia, un sello característico de Tarantino, su estilo cinematográfico ha sido reconocido de manera mundial, y no solo por el público en general, sino también por el público especializado, tanto así que hizo valerse su primer Oscar con Pulp Fiction, también obtuvo su primer Oscar al Mejor Guion Original, y se consagró como uno de los mejores directores y guionistas en la década de los noventa.
“Ver una cinta de Tarantino resulta un auténtico ejercicio de intertextualidad” (Padalino, 2020, pág. 17), una cita en la que se podría resumir el mensaje de la filmografía de Tarantino, ya que el espectador logra conectar de una manera distinta con los personajes, porque no son protagonistas típicos de cualquier otra película, sino que son protagonistas con fallos y errores, que logran una mayor conexión con el espectador.
Además, lo anterior no es casualidad, Tarantino lo hace con la intención de deconstruir el concepto de protagonista “ideal”, es decir un protagonista honesto, con moral intachable, amable con todos, etc. Deconstruir al protagonista “ideal” llama la atención solo por el hecho de ser diferente, lo cual saca al espectador de un estatu quo de lo que acostumbra a consumir (un caso similar ocurre con la serie The Boys, de Amazon Prime, que deconstruyó el concepto de superhéroe).
Sin embargo, a pesar del gran apoyo que Tarantino ha tenido en la industria cinematográfica, ya sea en premiaciones o en la recaudación de sus películas, además, claro, de su impacto en la cultura popular, que ya es considerado como un director de “culto”, Tarantino también ha sido foco de críticas negativas, que se centran mayormente en su excesivo uso de violencia.
Tales críticas nos llevan a la discusión sobre la censura en los medios (en este caso en el cine), por tanto surge la pregunta si es que la violencia en el cine determina la conducta del individuo. Para empezar, cabe decir que hasta la fecha no hay existencia de evidencia científica que respalde este hecho, es decir, no hay datos que demuestren que la violencia en el cine o en cualquier otro medio fomente una conducta violenta en los espectadores.
Sin embargo, claro está, que lo anterior no significa que no existan casos particulares donde una persona violenta consuma este tipo de entretenimiento; no obstante, en el supuesto de que esto ocurra, se entiende como un suceso aislado de la película o del producto, ya que se puede dar el caso de que, si una persona por naturaleza es violenta, al ver un producto cinematográfico de corte violento, este le potencie ideas para ejercer su violencia y verlo como algo normal, ya que en ocasiones la violencia en el cine es bastante normalizada, y si tomamos en cuenta lo anterior es en cierto modo preocupante que se continúen realizando películas de corte tan violento, como lo es el caso de la filmografía de Quentin Tarantino, ya que estas tienden fomentar la violencia principalmente en adolescentes, que no tienen la suficiente madurez y conciencia de lo que están viendo en pantalla, por lo que se podría decir que no es apropiado permitir que se realicen películas con este corte.
Empero, hay que tener presente que el cine es una expresión de emociones y sentimientos, y resulta que muchas de estas emociones se expresan de manera violenta en el ser humano, por medio del arte, en este caso el cine. El cine, al ser una expresión artística, es por tanto un proceso creativo que tiene como objetivo entretener a las personas.
Ahora, el que las películas tengan un corte violento las hace más creativas, tal es el caso de Quentin Tarantino, quien ejemplifica a la violencia de una manera original y simpática en sus cintas, lo que hace a las películas de corte violento más creativas que a muchos otros géneros, que se limitan a mostrar escenas de corte violento por miedo a lo que la audiencia o la crítica puedan decir.
En conclusión, la violencia en los individuos no tiene nada que ver con la violencia en el cine o medios de comunicación, en primera porque no hay estudios suficientemente garantizados que lo prueben, y de ser así el problema de violencia seria cuestión del sujeto (espectador) y no del objeto (película).
En segundo, porque la responsabilidad no debe recaer en los medios de comunicación, ya que limitar esto sería limitar la expresión y creatividad del séptimo arte, porque la violencia en el cine no hace a las personas violentas, sino que es un tipo de entretenimiento distinto y atractivo.
Para cerrar con este tema quiero decir que es cierto que los medios de comunicación a nivel mundial son culpables de muchos de los estereotipos marcados en nuestra sociedad actualmente, también de una falsa representación de la realidad, la normalización de actitudes incorrectas y el aprovechamiento de los movimientos sociales del momento (como el movimiento feminista), y por su parte lo han logrado, ya que no se trata de convencer o de vender a todos estas ideas, con la mayoría basta.
Aquí es donde la filosofía debe jugar un papel importante en los medios de comunicación, utilizando a los medios para hacer difusión (no propaganda) que la última decisión la tiene uno mismo basándose en su criterio propio y no únicamente en el que ve en estos medios, cuestionándose lo que ve y no solo aceptarlo, porque la mayoría lo hace.
Esta es la gran diferencia entre la filosofía y la propaganda, una busca el control de las masas por medio de los medios de comunicación y la filosofía busca difundir la importancia del pensamiento crítico, y la libertad del individuo al elegir de manera sabia lo que consume.
¿La violencia es considerada como propaganda para incitar a la gente a ser violenta? ¿Las películas o series violentas crean espectadores violentos? La respuesta a ambas preguntas por mi parte es no. Por lo mismo escogí a unos de los mejores directores de la industria cinematográfica para explicar este punto.
Quentin Tarantino, como ya se mencionó a lo largo del texto, tiene la característica de tener películas sumamente violentas, con escenas muy explícitas y grotescas; esto ha provocado que el director reciba muchas críticas, ya que dicen que incita la violencia, lo cual es un error, Quentin Tarantino no incita violencia, muestra la violencia tal y como es en la vida, claro, agregando factores técnicos como una excelente dirección y montaje, musicalización, actuación, dramatización, epicidad y exageración, todo esto junto culmina en una escena con una gran estética,
entonces, por lo que al séptimo arte concierne, las películas de Tarantino son obras de arte cinematográfico.
Muchos críticos han afirmado que las películas de Tarantino son sumamente violentas, lo cual es cierto, pero esto nada tiene que ver con que incite a la violencia entre sus espectadores; Tarantino usa la violencia sin censura porque así es la violencia en realidad, la violencia no tiene censura; la violencia, creo yo, es tristemente de lo que más abunda en nuestra sociedad, es inútil querer censurarla, más bien, a mi juicio, la razón por la que Tarantino muestra la violencia de una manera tan grotesca y exagerada tiene un buen mensaje, mostrando cómo se ve la violencia en realidad, cómo es que las armas, ya sean de fuego o blancas, son capaces de provocar daños irreversibles, que no son juguetes.
Tarantino no cuenta historias violentas, cuenta historias de gente violenta, esto se refleja en todas sus películas, en las que muestra aspectos crudos de la realidad a lo largo de la historia como la esclavitud, la Segunda Guerra Mundial, sectas satánicas y demás.
No normaliza la violencia, todo lo contrario, la hace ver como en realidad es, la representa con personajes verdaderamente desagradables como un soldado nazi, un racista, mafiosos, caza recompensas, etc.; no como en las películas de superhéroes que nos presentan a un héroe con una moral inquebrantable, pero que usa la violencia cuando le venga en gana para mantener “el bien” y eso no lo critican porque la violencia no es explícita.
Si alguien usa de pretexto películas de Quentin Tarantino o de un corte similar para justificar su violencia, quien está mal es la persona, no la película ni el director.