Por Mono Lira / Fotos: Ramón Sienra / esimagen.mx
1. La Estatua de la Victoria
Cerro de Amalucan
No bastó con hacer un chapoteadero que causó polémica y que la gente, a poco tiempo de ser inaugurado, ha convertido en un basurero. No, señores, ahora a eso le agregaron un insulso remedo del Ángel capitalino y la Libertad neoyorquina, ah, pero eso sí: bien poblanota y llamativa.
2. Parque de Amalucan
Cerro de Amalucan
El tema de Amalucan es inagotable porque, como dijo una entusiasta señora en un video que hicimos en aquel lugar: “ya no solo Veracruz es bello, ahora también Puebla lo será”, pues ya cuenta con su famosa playa que a sus tres días de apertura se tuvo que clausurar, porque el agua se puso verde. Enorme sorpresa se llevaron los valientes que la limpiaron al drenarla y encontrar pañales y uno que otro calcetín asesino (por el olor).
3. Estadio Cuauhtémoc
Calzada Ignacio Zaragoza 666 (Desde el número trae suerte diabólica)
El equipo del Puebla tiene a una de las porras más fieles de todo el país, pues han estado con ellos a pesar de su mediocridad futbolística desde hace 25 años. A eso sumémosle al ecléctico estadio Cuauhtémoc, que pasó de ser un proyecto de modernidad deportiva a ser el tortillero, el chiquihuite, la bolsa de mandado, el estadio de pantalla… en fin, hasta Chava Iglesias Jr. (de la serie Club de Cuervos) se oponía a la idea de usar el coloso camotero, porque estaba “muy pinche azul”.
4. Monumento de la Vela Votiva
Calzada Ignacio Zaragoza, esquina Avenida Alfredo Toxqui
¿Qué? ¿Cuál? ¿Ontá ese? Pues justo enfrente del estadio, olvidado, ahí en medio del nuevo distribuidor vial, mejor conocido por la banda como el “monumento al taco”, donde en su interior se encuentra una bandera de México medio colgada, agarrada de donde pueda, aferrándose a no caer porque seguro nadie la levantará y ya mejor no le sigo, porque me voy a poner sentimental-patriotero. En este sitio también podrás encontrar las obras de arte de aquellos que suelen declarar su amor con aerosol (“te kiero retearto mi Yeni”) y brindan con sus Indio del Oxxo, dejando su huella de basura.
5. Centro Expositor
Zona Cívica 5 de Mayo
Se trata de una enorme cajota que pretenden llenar con artistas de renombre con una acústica peor que quiosco de ranchería. En ella cada año se hace la Feria de Puebla, un evento que debería ser orgullo y lugar de adquisición de artículos de la región o del país a buen precio, pero termina siendo una sucursal de la Plaza de la Tecnología por el abarrotamiento de productos traídos de la chinada (o sea, China).
6. Teleférico
Unidad Cívica 5 de Mayo o Cazadores de Morelia, calzada Ejército de Oriente s/n, (que pa’l caso está igual de feo)
Si la intención era cruzar la calle, parece que un puente peatonal hubiera salido más barato, en lugar de construir un costoso carro colgado de cables que solo atraviesa la calzada. En ese armatoste lo único que verás son los calzones tendidos de varias casas aledañas y alguno que otro vecino bronceándose en la azotea.
7. Ángel Custodio de Sebastián
Bulevar Héroes del 5 de Mayo, Barrio de Analco
Cuántos han llevado a pasear a una runfla de turistas y al pasar por ahí les ha dicho: “A su derecha les presentamos las Trompas de Falopio”, una pieza tan conceptual que recuerda a aquella famosa frase que reza: “De tu arte a mi arte…”.
8. Mercado de Sabores
Avenida 4 Poniente, San Miguelito
Un espacio donde se pretendía concentrar los sabores típicos de Puebla (háganme el favor), pero en la actualidad se encuentra solitario, pues perdió esa esencia de mercado, del ajetreo y esa vibra que se podría vivir en sus efervescentes pasillos. Lástima de idea y de lugar.
9. Fuente de los Frailes
Aarón Merino Fernández 30, La Paz
Esta también es conocida como la “fuente de fibra de vidrio”, porque cuentan los rumores que vendieron o alguien se robó la original, y aunque sí es emblemática en la Avenida Juárez, hoy podemos observar que poco a poco se va descubriendo la dichosa fibra de vidrio. Por cierto, cada que pasen por ahí cierren sus ventanas, porque el agua parece sacada directamente del río Atoyac… así de negra y apestosa.
10. Mano de Juan Pablo II
Circuito Juan Pablo II y bulevar Atlixco
Después de Vip’s, rumbo a la 25, escondidas, soterradas, marginadas, se encuentran las manos de Juan Pablo II (ajá) como un homenaje de la ciudad a su inconmensurable bondad (sí, cómo no). El resultado fue tan simple como cambiar el nombre original de la avenida (Circuito Interior —bien chilango style—) al nombre del pontífice. De cualquier manera, la banda poblana le sigue llamando “el circuito” y lo contamina y abarrota como solo ellos saben.
11. Ángeles del distribuidor Juárez-Serdán
Aarón Merino Fernández, La Paz
Unas estatuas que nadie sabe cómo se llaman ni qué significan, pero lo que sí sabemos es que le salieron muy caras al erario y algunos han llegado a aventurar que es un homenaje cívico a Los Bukis en sus tiempos de gloria.