Con una variada oferta educativa en los niveles medio superior y superior, el Complejo Regional Nororiental de la BUAP tiene presencia en municipios con alta población indígena, por lo que el 15 por ciento de su matrícula son estudiantes que hablan alguna de estas lenguas. En las sedes de Cuetzalan e Ixtepec, donde este porcentaje se eleva a 50 y 75.78 por ciento, se puso en marcha el Programa Pueblos Originarios y Lenguas Vivas.
Con el fin de salvaguardar esta identidad, preservar la diversidad, evitar la discriminación, fomentar la igualdad y atender aspectos culturales y lingüísticos de la población estudiantil, en la preparatoria de Cuetzalan y en el Bachillerato Tecnológico Agropecuario de Ixtepec, del Complejo Regional Nororiental, funciona desde septiembre de 2023 el citado programa.
En el caso de la primera, la mitad de sus alumnos proviene de la etnia náhuatl, originarios de los municipios de Xochitlán, Huehuetla, Tenampulco, Ayotoxco, Coxquihui, Tuzamapan, Jonotla, Nauzontla, Zozocolco, Zacapoaxtla y Tlatlauquitepec; y en el caso del segundo –el Bachillerato Tecnológico Agropecuario de Ixtepec-, más de dos terceras partes de sus estudiantes son de la etnia totonaca, de poblaciones como Caxhuacan, Hueytlalpan, Zapotitlán de Méndez, Huitzilan, Zongozotla, Olintla y Atlequizayan, entre otras.
“La propuesta de un proyecto intercultural y multicultural se basa en la creación de nuevos espacios que promuevan procesos de enseñanza-aprendizaje, tomen en cuenta las lenguas originarias, reconozcan las distintas formas de ser y fortalezcan los procesos de comunicación entre los estudiantes. Así nace la idea de crear un programa para fomentar y visibilizar las lenguas y cultura náhuatl y totonaca dentro del Complejo Regional Nororiental”, explicó el director de esta unidad académica, Sergio Díaz Carranza.
Para concretar este proyecto, señaló, se diseñó un programa de alta calidad con un sólido currículo interdisciplinario, que ha dado como resultado la formación de profesionistas comprometidos con el desarrollo económico y cultural de las comunidades indígenas de la región.
A poco menos de un año de su funcionamiento, Sergio Díaz Carranza consideró que a la fecha se ha logrado aumentar la visibilidad y valoración de las lenguas y culturas náhuatl y totonaca, dentro y fuera de esta unidad académica; se han creado espacios que promueven la identidad y el orgullo de estos pueblos originarios; y los estudiantes que provienen de estos han aumentado su rendimiento académico y fortalecido su integración social al sentirse aceptados y valorados.
Una de las acciones implementadas a través del Programa Pueblos Originarios y Lenguas Vivas fue la creación de grupos de estudiantes como promotores culturales en cada sede del complejo: Libres, Teziutlán, Zacapoaxtla, Tlatlauquitepec, Cuetzalan e Ixtepec, en preparatorias y licenciaturas. Además, la impartición de clases de las lenguas náhuatl y totonaca para docentes y estudiantes, y la formación artística de estudiantes que integran grupos musicales y huapangos, así como un ballet folklórico, refirió Díaz Carranza.
Por otra parte, dio a conocer que mediante jornadas de vinculación social, que abarcan actividades culturales, se han fortalecido los lazos entre la institución y las comunidades, promoviendo un diálogo intercultural y el intercambio de conocimientos.
Díaz Carranza destacó que los estudiantes que egresan de las preparatorias e ingresan a una licenciatura de este complejo “llegan con una perspectiva crítica y objetiva sobre los pueblos originarios de México, con la finalidad de fomentar la investigación y el desarrollo de proyectos que beneficien a las comunidades indígenas”.
Puntualizó que entre otros objetivos, el Programa Pueblos Originarios y Lenguas Vivas busca revitalizar la tradición oral y escrita en las citadas lenguas; recuperar la música tradicional de los pueblos originarios; realizar estancias e intercambios de convivencia y aprendizaje en diferentes comunidades indígenas; y traducir el Protocolo para la Prevención y Atención de la Discriminación y Violencia de Genero al náhuatl y totonaco.
Además, la instalación de señalética en lengua materna para las sedes Cuetzalan e Ixtepec; y lograr que las lenguas originarias sean consideradas como una segunda opción en las diferentes licenciaturas de la BUAP para la titulación.
“Al reconocer que las lenguas originarias son portadores de conocimientos ancestrales, esenciales para el patrimonio cultural, impulsar este programa ayuda a preservarlas y evitar que desaparezcan. Por ello, implementarlo como programa piloto en Cuetzalan y en Ixtepec le da presencia nacional a la universidad, al mostrar sensibilidad hacia los pueblos originarios y porque no existe otro igual. Por otra parte, permitirá crear modelos que pueden ser replicados en la institución, lo que aseguraría un mayor impacto y beneficio a más personas”, expresó.