La reunión entre el gobernador Alejandro Armenta Mier y el presidente municipal José Chedraui Budib, del lunes por la mañana, dejó claro que el mandatario va a apoyar todas las acciones que sean necesarias para combatir la delincuencia en la capital poblana.
Segundo mensaje, no menos importante, Fernando Rosales Solís se mantiene en el puesto como secretario de Seguridad Pública en la ciudad de Puebla, independientemente de su desempeño en estos casi cien días en el puesto.
Tercer punto y para subrayarse, a diferencia de otras administraciones, el gobernador y el alcalde capitalino saben coexistir. No es el caso del difunto Miguel Barbosa Huerta y el odio que le tenía a Claudia Rivera Vivanco, no es Mario Marín Torres y Enrique Doger Guerrero. No es Manuel Bartlett y Gabriel Hinojosa. O Tony Gali y Rafael Moreno Valle, quienes fingían un sano acercamiento. Aquí en pleno 2025: hay civilidad y habilidad para transitar pacíficamente.
Digámoslo más claro: Armenta es Armenta (sí, sí, aunque suena a perogrullada), no se le debe comparar con nadie que haya gobernado antes y puede o no coincidir en la forma de hacer política con el alcalde capitalino, tampoco hay que ser bisoños y decir que en todo van a estar de acuerdo, eso es imposible, pero al menos no habrá bloqueos, persecuciones ni mensajes sicilianos.
Habrá (hay) diálogo.
El respaldo total en cualquier decisión que sea para combatir a la delincuencia.
Ahora bien, qué ocurrirá con Pepe Chedraui, sin duda debería considerar la opción de mejorar su línea discursiva, de crear una agenda de temas y pedir asesoría al mandatario poblano en áreas que él desconoce. De ser necesario crear la figura de vocería para tener una misma sintonía y generar su propia agenda y no que se la marquen las circunstancias.
Ocurrió la semana pasada que un grupo de bodegueros y comerciantes de la Central de Abasto se manifestaron contra la administración capitalina por ser víctimas de la inseguridad. El secretario de Gobernación Franco Rodríguez Álvarez llegó a un acuerdo con los inconformes. Al siguiente día, el presidente municipal descalificó a los comerciantes porque dijo que había intereses políticos, mientras tanto los afectados ya festejaban la coordinación entre el gobierno federal, el estatal y el municipal.
Alguien no le avisó al alcalde capitalino que ya habían logrado un primer acuerdo y que estaban conformes los locatarios.
Ese tipo de errores y de declaraciones deberían ser más cuidadas por parte del presidente municipal y no, no necesariamente es un error del área de Comunicación Social, lo más fácil es acusar a los directores y los jefes de prensa, es un tema de sensibilidad política y que tiene que ver con quién verdaderamente gobierna y quién asesora al presidente municipal. Es un nivel más arriba.
No hay que olvidarse que el alcalde Chedraui humilló al panismo que gobernaba la capital con 15 puntos porcentuales en las urnas, en junio del año pasado, pero eso se debió en gran parte del trabajo tanto del presidente López Obrador, de la campaña de Claudia Sheinbaum y del arrastre electoral que traía Alejandro Armenta como consecuencia de trabajar en lo político y social durante tres décadas en diferentes áreas, tanto en lo político como en la parte del gobierno.
No es a través de consultores ni asesores como se construye a un político.
La ventaja de Chedraui es que de parte del gobernador habrá puertas abiertas, no se repetirán los errores de antaño.
Y como diría el clásico: al menos, así lo parece.