La tosferina, también conocida como pertussis, es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Este padecimiento afecta principalmente a lactantes, niños pequeños y personas no vacunadas, aunque puede presentarse en cualquier grupo de edad.
El contagio ocurre a través de las gotículas respiratorias expulsadas al toser, estornudar o hablar. Al inhalarlas, la bacteria ingresa al organismo, infectando las vías respiratorias. Debido a su alta capacidad de propagación, los brotes de tosferina suelen presentarse en comunidades donde la vacunación es insuficiente.
La tosferina tiene una evolución en tres etapas:
- Etapa catarral: Se asemeja a un resfriado común con congestión nasal, estornudos, fiebre leve y tos ocasional.
- Etapa paroxística: La tos se intensifica y se presenta en forma de ataques o “paroxismos” que pueden incluir un sonido característico al intentar respirar (el “whoop”). Este periodo es el más grave y puede durar semanas.
- Etapa de convalecencia: Los síntomas comienzan a disminuir, aunque la tos puede persistir por varias semanas más.
En casos graves, especialmente en lactantes, puede haber complicaciones como neumonía, convulsiones o apnea (pausas en la respiración).
Tratamiento de la tosferina
El tratamiento principal para la tosferina incluye el uso de antibióticos, como la eritromicina, azitromicina o claritromicina, que ayudan a eliminar la bacteria y prevenir su propagación. En casos severos, especialmente en bebés, puede requerirse hospitalización para monitorear la respiración y administrar oxígeno o líquidos intravenosos.
Además del tratamiento médico, la vacunación es clave tanto para prevenir como para controlar la enfermedad. Las vacunas DTPa (para niños) y Tdap (para adolescentes y adultos) son altamente efectivas para proteger contra la tosferina.
Prevención, una herramienta clave
La vacunación es la medida más eficaz para prevenir la tosferina y proteger a las comunidades. Es fundamental que las personas mantengan al día su esquema de vacunación y refuercen su inmunidad a lo largo de la vida.
En caso de presentar síntomas compatibles con la enfermedad o de haber estado en contacto con alguien diagnosticado, se recomienda acudir de inmediato al médico para un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado.