Puebla es, otra vez, un ejemplo a nivel nacional, pero para mal.
La encuesta de la empresa Mitofsky de esta semana colocó en la mira a tres alcaldes poblanos por estar entre los peor calificados del paÃs: la presidenta municipal de San Pedro Cholula, Tonantzin Fernández DÃaz (en su momento protegida e impulsada por Sergio Salomón Céspedes Peregrina); el edil de Tehuacán, Alejandro Barroso Chávez; y el peor de todos, el de San MartÃn Texmelucan, José Manuel Alonso RamÃrez.
Es decir, esos tres dan penita.
Este trÃo de pésimos presidentes municipales, por cierto, es emanado de la alianza Morena-PT-Verde Ecologista. Situación que al PAN ni a sus grupos internos les importa, porque —como buenos policÃas de barrio— en vez de hacer una denuncia pública, emitir un comunicado o lanzar un señalamiento, prefieren estarse peleando por las migajas (literalmente hablando) de lo que queda. Están más preocupados en acusarse mutuamente. Una oposición pÃrrica o cómplice, como se le quiera ver.
Vamos por partes. Diversos medios de comunicación —entre ellos La Jornada de Oriente— han venido denunciando presuntos casos de corrupción, como el de San MartÃn Texmelucan. Resulta que el alcalde, ¿por qué no?, metió a cinco de sus familiares en la nómina.
Por ejemplo, se denunció que a su suegra le pagó un millón de pesos por la elaboración de un banquete que fue repartido por sus propios policÃas municipales. Es decir, en vez de estar cuidando a los ciudadanos, los agentes tenÃan que cargar las ollas y los platos para los asistentes.
También se ha dicho que, en estos pocos meses que lleva al frente de su administración, ya hay cobro de piso a los tianguistas. Además, circula en internet un documento a través de la plataforma Change.org, firmado por ciudadanos que piden al Congreso del Estado la revocación de su mandato.
Y de la inseguridad, mejor ni hablamos.
Ahora, ¿qué pasa con Tonantzin Fernández en San Pedro Cholula?
La respuesta es: nada. No pasa nada. No ocurre nada. Este pueblo mágico sigue igual o peor que con el gobierno de la panista Paola Angón Silva. No hay cambios. Aumentó la inseguridad. Muchas calles están llenas de baches, sucias… y no se necesita mucho para comprobarlo, basta con manejar por ahà para notar el descuido en el que se halla la ciudad sagrada.
Una cosa es ser malo y otra muy distinta es ser malito. Y la administración municipal resultó malita, de medio pelo, pues.
Tonantzin Fernández se ha confiado. Ha dejado su administración en manos de sus asesores. Quizá piensa que aún gobierna el grupo de Julio Huerta o Sergio Salomón Céspedes, y por eso deja hacer y deshacer, como si no le importara nada. Eso sÃ, a lo que nunca falta doña Tonantzin es a sus bailables: ahà sà se luce, con sus vestidos… faltaba más.
Y como colofón, está Tehuacán. Alejandro Barroso está igual o peor que su antecesor de apellido Tepole. Dicen los oriundos del lugar que ahà existen dos focos rojos: la inseguridad y la basura.
Esa pobre ciudad está sucia, descuidada… ¿y la delincuencia? Muy bien, gracias. Goza de cabal salud.
No mienten los números presentados por la encuesta de Mitofsky. No tenemos ni un solo presidente municipal —de los 217 que gobiernan en la entidad poblana— entre los mejores. O por lo menos no en esta encuesta, porque en otras han salido bien evaluados Ariadna Ayala Camarillo, de Atlixco, o el mismo presidente de la capital poblana, José Chedraui Budib, quien ha mejorado su percepción entre los ciudadanos.
En fin… es lo que hay.
Los ediles poblanos están acostumbrados a enriquecerse y a que todo se los solucione el gobernador en turno.
Es lo que hay.