Por Gilberto Brenis / @GilbertoBrenis
Fotos: Cortesía Mauricio Salas
Hay una frase que dice que más vale que la suerte te encuentre trabajando por aquello que amas; esto parece ser una de las premisas básicas en la vida del actor y cantante Mauricio Salas. Muchos podrían decir que ha tenido mucha suerte, pero la verdad es que pocos conocen el gran esfuerzo y trabajo que ha habido detrás de cada audición y de cada papel que ha obtenido. Nacido en Monterrey, Nuevo León, Mauricio supo desde muy pequeño que lo suyo era estar en un escenario. Curiosamente, podemos decir que creció viendo a sus hermanos y a sus papás cantar, así que eso no era extraño para él.
Su historia es verdaderamente fascinante y los créditos que ha logrado sumar a su hoja de vida son tan relevantes como El Rey León, José el soñador, Los productores, Mamma mía, Mentiras, el musical, Annie, Sugar, La Bella y la Bestia, Hello Dolly! y Mary Poppins, por mencionar solo algunos.
Tengo la fortuna de conversar con Mauricio un sábado por la noche justo después de que ha estado horas ensayando para The Prom, su nueva comedia musical que se estrena a fines de este mes de octubre.
Gilberto Brenis: Comencemos por el principio, Mau… ¿Cuándo inicia tu gusto por los escenarios?
Mauricio Salas: Pues inicia por mi familia, porque casi todos, por el lado de mi mamá, se han dedicado a ella y mi papá también. Digamos que en la sangre lo traía. Mis papás cantaban en el coro de la iglesia, así que yo alguna vez canté ahí. Cuando era chico me gustaba mucho el patinaje, pero llegué a ver a mis hermanos en comedias musicales de la escuela.
Cuando entré a la prepa pues también decidí entrar al grupo de teatro. Aquí lo interesante es que no bailaba y no cantaba, aun así me dieron la oportunidad y resulta que cerca de que fueran las funciones el protagonista avisó que no iba a poder estar y me dijeron a mí que si lo suplía y con mucha inconsciencia acepté, pero me di cuenta de que sí me faltaba mucho.
Pero no creo que haya estado tan mal… Pues un maestro que se llama Rubén González Garza me dijo que tenía algo especial, su sobrino Marcelo abrió una escuela en donde me becó y me dieron la oportunidad de aprender canto, danza y actuación. Ahí me di cuenta de que sí se puede, aunque me tomó mucho tiempo, pero lo hice sin considerar que tuviera nula preparación en un principio.
¿En tu casa qué te dijeron?
Tengo papás “barcos” y que apoyan mucho, la verdad es que nunca me dijeron que no. Ayudó mucho que mis hermanos también estaban en teatro, incluso en una obra yo salía de hijo de uno de mis hermanos y el enemigo de otro de mis hermanos. Esto ayudó a que creciéramos muy juntos mis hermanos y yo, me hice amigo de sus amigos y mi casa era como el centro de reunión de todos.
¿Y cómo llegas a la Ciudad de México?
Cuando estudiaba, Bonifacio Galván me dijo que debería de irme a la Ciudad de México. Él viajó de Monterrey para hacer La Bella y la Bestia y yo fui quien le dijo que lo hiciera, después él fue el que me animó a hacerlo. Siempre me decía cuando había audiciones para que viniera. Finalmente viajé a la Ciudad de México para tomar un taller de danza de Bob Fosse que iban a dar para las audiciones de Chicago, yo no iba a audicionar, pero sí quería tomar el taller. Estaba por terminar mi carrera de Ciencias de la Comunicación y yo les había prometido a mis papás que terminaría la carrera. Así que tomo el taller, pero para hacerlo había que audicionar y estuvo espectacular, pero me regresé a Monterrey. Desde mi punto de vista yo ya había abierto una puerta ahí.
Pero también dabas clases, ¿no?
Pues fíjate que una maestra que se llama Patricia Villarreal abrió una escuela que se llama Le Jazz Ballet Studio y me dio la oportunidad de dar clases. Incluso mi hermana y mi prima fueron mis alumnas y también en el Tec daba clases.
Ahí coincidiste con Bianca Marroquín…
Sí, estuvimos juntos en uno de los semestres, nos tocó estar juntos en varios eventos y aunque éramos amigos no lo éramos tanto como cuando nos tocó protagonizar Mary Poppins. Acabo de ir a Nueva York y la vi en Chicago y es grande, no sabes qué manera de triunfar.
Mary Poppins fue un gran trabajo de ambos…
Fue espectacular, fíjate que el director nos pidió que nos fuéramos a cenar y que nos contáramos un secreto que nadie más supiera. Fuimos a cenar y nos contamos nuestras vidas enteras, cuando levantaron los platos en la mesa había una M y una B, y para nosotros fue una señal de Mary y Bert y de Mauricio y Bianca. Y eso nos sucedió en dos ocasiones más, ese proyecto tenía magia.
Bueno, pero ya nos adelantamos, porque tu primer musical fue José el soñador…
Sí, fíjate que esa obra es muy especial para mí, porque fue la última que vio mi papá antes de morir. La hicimos en la universidad y mi amigo Boni me avisó que había audiciones en la Ciudad de México para esa obra. Y yo me ilusioné como no tienes una idea, hice la audición y yo quería que me dieran un lugar en el ensamble. Además, cuando hice la audición me tocó ver a Ernesto D’Alessio, a Alan de Magneto, Christian Chávez y muchos otros famosos. Después de la audición me regresé a Monterrey y después de un tiempo me llamaron para varias audiciones más. Finalmente me dijeron que el productor, Morris Gilbert, quería hablar conmigo. Al entrar me dijo que era José, pero no me cayó el veinte de que me estaban dando el protagónico de la obra. Imagínate, mi primera audición y que me dieran un protagónico.
Pues una manera increíble de iniciar, pero también complicada…
Era una gran responsabilidad. Yo soy una persona que amo mi trabajo y no me importa ser protagónico, ensamble, cover, swing o lo que sea. Yo no veo mal que seas cabeza de un reparto y después seas parte del ensamble. Lo importante son los proyectos en los que estás y cada uno de ellos te hace crecer y te enriquece.
Eso me ha ayudado a estar siempre vigente y trabajando. Yo no veo ningún personaje pequeño. Es más, después de protagonizar José estuve en Bésame mucho en donde era bartender y no sabes cómo me divertía.
¿Cómo manejas los rechazos en las audiciones?
En un principio fue difícil, pero con el tiempo sé que si algo no sucede es porque ese proyecto no era para mí y que vendrá otro mejor o quizá no es el tiempo adecuado. Cuando hice audición para El Rey León no me quedé porque estaba más alto que Mufasa y no me quedé; pero entré a Los Locos Addams y a Annie. Justo cuando estaba en Annie me hablan para que hiciera a Scar por unos meses y después me quedé en el personaje de Sazú. También, por ejemplo, audicioné para Anastasia y no me quedé y precisamente por no quedarme fue que pude hacer
Hello Dolly! Ahora, debo decirte que sigo sufriendo en las audiciones, me ponen muy nervioso y me tiembla todo, pero trato de disfrutarlas.
¿Ha habido algún musical que hayas querido hacer y que no se pudo?
Los Miserables, porque realmente necesitaban actores y actrices más jóvenes que yo. Además estaba muy afectado de la voz después de hacer Scar, en donde tenía que hacer mi voz mucho más grave de lo que realmente es. Tampoco me quedé en Chicago en la más reciente reposición, porque en ese momento físicamente no estaba preparado.
¿Cómo llega The Prom?
Llega en un momento muy importante, porque en pandemia no había nada. Justo estando yo en Sugar, me dijeron que querían que estuviera en The Prom. Durante la pandemia no soltaron el proyecto y seguimos trabajando, se retrasó el estreno y pues iniciamos funciones el 29 de octubre. Es un musical increíble, trata de un hecho que sucedió en la vida real. Es una niña que quiere llevar a su novia al baile de graduación y no la dejan, digamos que esa es la premisa. La ficción que se le suma es la llegada de cuatro actores para apoyar a la estudiante, pero también buscando un poco de publicidad, porque sus carreras no van bien. El caso es que en lugar de ayudar hacen un desastre terrible, pero esto sirve para que cada uno se encuentre a sí mismo.
De verdad es que es bellísimo, tiene un gran elenco, maravillosas coreografías y canciones increíbles. Habla de aceptación, comprensión, la unión familiar, salir del clóset, entre otros. De verdad, lo recomiendo muchísimo. Estaremos a partir del 29 de octubre en el Centro Cultural Teatro 2 en la Ciudad de México.
Mauricio no descansa, y además de estar preparando todo para el debut de The Prom, también debe atender a los ensayos de José el soñador que se repondrá en febrero de 2022.
Ese musical que tanto significa para él y que le permitió debutar como protagonista en una comedia musical ahora le regala la oportunidad de ser uno de los personajes más interesantes de la puesta: El Faraón.
De más está decir que Mauricio están más que emocionado por regresar a este musical que le abrió las puertas del mundo de la comedia musical en la Ciudad de México y está listo para recibir los aplausos del público.
Como lo mencionó en nuestra conversación, para Mauricio no existe papel pequeño. Toda oportunidad que se le ha dado le ha sacado el mejor provecho y eso se debe única y exclusivamente al gran talento que tiene y que regala en cada una de sus funciones.
PREGUNTAS TONTAS
¿Qué es lo que nunca falta en tu refrigerador?
Leche, queso y tortillas, porque amo las quesadillas.
¿Tienes alguna superstición?
No soy supersticioso, pero trato de no caminar debajo de una escalera, por si acaso.
Si pudieras regresar el tiempo, ¿qué consejo le darías a tu yo de 15 años?
Que tome clases de danza antes, pero en general no le diría que cambiara nada. He tenido muchas cosas difíciles en mi vida, pero soy muy afortunado de tener a la familia que tengo.
¿Qué es lo que no te gusta de ir al súper?
Me encanta ir al súper, voy pasillo por pasillo. Lo difícil es sacarme de ahí. Bueno también es difícil llegar al súper… una vez ahí no me sacan.
¿Con quién te gustaría tomarte un café?
Con Barbra Streisand y decirle que me invite a su concierto y con mi papá.
¿De qué decisión profesional te arrepientes?
Creo que uno de mis grandes arrepentimientos es que tomé una clase con James Demster y llegué cero preparado, no estaba en la conciencia de lo que iba a hacer y siento que lo desaproveché.
¿Cuáles son tus dos discos favoritos?
Una recopilación de seis discos de Barbra Streisand y el álbum de Rent.
¿Qué platillo no comerías?
Cebolla y jitomate crudo, bacalao o hígado encebollado.
¿Cuál es tu película favorita?
Tengo muchísimas, una de ellas es Milagro en la calle 34. También Stepmom; todas las de Barbra Streisand, especialmente Yentl.