Existen ciudades que son hermosas pero cuando llega la Navidad, se convierten en todo un espectáculo. Realizan una gran inversión en la decoración e iluminación Navideña, de tal forma, que llegan a lucir como las tradicionales villas que aparecen en los cuentos. Checa cuáles son y organiza un tour, es algo que tus ojos tienen que admirar.
Munich
Por sus múltiples mercadillos navideños especializados en diferentes productos (de juegos tradicionales, de artesanía medieval, de cerámica, de piezas de cristal…), esta ciudad alemana resulta de lo más entretenida en el periodo navideño. Pero es también su esmerada iluminación la que hace de ella uno de los rincones más bellos de Europa para vivir las fiestas.
Hay que empezar admirando el gran árbol de Marienplatz (de casi 30 metros de altura y más de 2.500 luces) y terminar perdiéndose por el entramado de callejuelas que parten de esta plaza, todas ellas encendidas en miles de colores y abarrotadas de gente. Los conciertos desde el balcón del Ayuntamiento, el glühwein o vino caliente y el butter stollen o pan dulce completan la escena en Munich.
Nueva York
Nueva York se muestra al mundo preciosa, repleta de luces y de magia, invadida por un espíritu navideño. En la ciudad de los rascacielos, la más consumista del mundo, encontramos frío hasta decir basta y al omnipresente Santa Claus saludando bonachón desde los escaparates de los grandes almacenes.
El encendido del enorme árbol de navidad emplazado junto a la pista de hielo del Rockfeller Center, en uno de los momentos más esperados del invierno. Además de la despedida del año viejo en la atestadísima Times Square.
Quebec
No hay lugar al que siente mejor la Navidad que esta ciudad canadiense cuyas calles, en estos días, se presentan tapizadas de una fina capa de nieve. En Quebec, donde los villancicos se cantan en inglés y francés y los niños se atiborran a caramelos típicos, las fiestas transforman la ciudad en el escenario de un cuento.
A la nieve se suma una exquisita iluminación (sólo en el acuario se encienden más de quinientas mil luces LED con forma de animales marinos) que hace que el casco histórico se asemeje más que nunca a una aldea de montaña. Lo pintoresco del lugar y el ambiente fabuloso que se respira en sus parques y mercados hacen de estas fiestas un momento inolvidable.
Bruselas
Nieve, pistas de patinaje sobre hielo, vino caliente, deliciosos gofres calentitos y mercadillos por aquí y por allá protagonizan la Navidad en la capital belga. También las luces, por supuesto, las cuales brindan una explosión de color que es especialmente hermosa si se contempla desde la noria de la Place Sainte-Catherine.
Por todo ello y también por el árbol gigantesco en la Grand Place y por el kilométrico mercado con más de 200 casetas de madera y por la sofisticada decoración de las Galerías Saint-Hubert, esta ciudad está considerada una de las mejores del mundo para la celebración de estas fiestas que, no en vano, han sido bautizadas como Plaisirs d’Hiver (Placeres de Invierno).
París
No podía faltar, precisamente, la ciudad de la luz en esta lista de belleza lumínica. París, la primera capital del mundo que causó admiración por iluminar eléctricamente sus calles y edificios, se viste de gala en Navidad.
Luces en los escaparates de las Galerías Lafayette y Printemps Haussmann; en los mercadillos navideños como el de los Campos Elíseos; en la pista de patinaje sobre hielo de la Plaza del Ayuntamiento; en los barrios de Le Marais y de Montmartre; y a lo largo de la romántica orilla del Sena. Y luces, sobre todo, en la Torre Eiffel, que emite increíbles destellos como el más bonito faro urbano que se pueda llegar a imaginar.
Con información de El Periódico