La elección del próximo presidente municipal de Puebla ya se puso cardiaca. Aunque todos se declaran vencedores, la realidad es que es una guerra entre dos Rivera: Lalo vs Claudia. El primero, Eduardo Rivera Pérez, ya fue alcalde de Puebla y tiene positivos pero también muchísimos negativos, sobre todo porque fue su partido en el Congreso del estado quien lo evidenció con sus cuentas públicas. Es odiado por el morenovallismo y se nota que está más solo que un perro en el Periférico.
No hay nada peor que tu partido dude de tu honorabilidad, honestidad y manejo de los recursos públicos, porque si en el instituto político en el que estás no te respalda, ¿quién edificará una buena imagen?, ¿quién te respaldará?, ¿quién pondrá las manos al fuego por ti? Quizá por eso Lalo no quiere ir a un debate con sus homólogos de los demás partidos, porque sabe que nadie lo apoyaría
En cambio, el único punto negativo de Claudia Rivera Vivanco es que a ella, antes de la elección, nadie la conocía. No obstante, eso es también algo positivo, porque no tiene cola que le pisen. A ella no la pueden acusar de tener propiedades o de haber cometido abusos de autoridad. El pizarrón lo tiene limpio a diferencia de casi todos los que están aspirando a un puesto de elección popular.
Eduardo Rivera intentó hacer un buen papel en el municipio de Puebla cuando gobernó. Sin embargo, desde que ganó la alcaldía en el 2010, se enfrentó a Rafael Moreno Valle, situación que lo dejó muy vulnerable, porque el exgobernador le quitó a un buen número de panistas que en otro tiempo eran sus incondicionales, además de arrebatarle el control del PAN estatal y municipal. Al final, muchos de los que trabajaron con él ya no lo voltean a ver, ni el saludo le dirigen.
Hay panistas que se sintieron traicionados cuando Eduardo aceptó ir por la alcaldía, pues ya se veían en plena rebeldía contra el morenovallismo. Lo interesante de todo esto es que muchos de ellos están ya apoyando a Claudia Rivera Vivanco y a otros candidatos de Morena a diputados locales o federales.
Ahí está Humberto Aguilar Coronado, que dos fuentes distintas ya revelaron que se ha acercado a Morena, una vez que su partido no le dio nada en este proceso electoral y que su candidato Ricardo Anaya vive en un limbo, en segundo lugar de las preferencias, pero un limbo al fin.
Muchos yunques que eran de ese panismo tradicional ahora están respaldando (en la clandestinidad) a Morena en lugar de a Lalo Rivera. Los candidatos a diputados locales, por ejemplo, no aparecen en la propaganda oficial ni haciendo un equipo con el candidato a la alcaldía.
No obstante, Rivera (Eduardo) tiene una ventaja: para ganar la gubernatura y la mayoría del Congreso del estado necesitan la ciudad de Puebla. Ese 1 de julio su partido saldrá a operar -ya sabemos qué significa el concepto “operación electoral”- para que se gane la presidencia municipal.
Por otro lado, hay quien asegura que Claudia Rivera Vivanco va arriba en las preferencias, que está empatada o que va unos puntos abajo, pero su ventaja es que, sin ser candidata en otro tiempo, sin haber sido funcionaria, no hay por dónde atacarla. Sus errores son igual a cero.
Claudia Rivera, a diferencia de Luis Miguel Barbosa, todos los días está chambeando. Saca spots y, quienes la siguen de cerca, aseguran que tiene un gran arrastre con la gente. Ella, es curioso, no ha establecido una campaña agresiva ni de descalificaciones.
Cuentan en el búnker de Morena que Luis Miguel Barbosa incluso está peleado con Claudia Rivera porque le exige todos los días que se le vaya encima a Martha Erika Alonso y que la candidata a alcaldesa se niega subirse a ese ring, pues tiene su propia estrategia de campaña.
Claudia Rivera, sin decirlo abiertamente, ha desquiciado a los “lalistas”, pues los ha exhibido con el tema de obras y bacheo de calles. Los aludidos se han puesto iracundos siguiendo la línea que le ha tirado la morenista.
Pero así va esta elección: con una gran influencia de lo que pase en el estado y a nivel nacional. Puebla es una ciudad opositora por naturaleza. El poblano es cambiante, un día encumbran a un priista y al otro le da la espalda; un día llevan a un panista y al otro se olvidan de él; la ciudad ya la ganó una vez López Obrador, esta ocasión pudiera ser el mismo resultado, es casi un hecho que así será.
¿Habrá voto diferenciado?, esa es la gran duda. A veces creo que no, porque ese solo se da en el círculo rojo. La mayoría de las personas suelen votar todo por un solo partido.
A casi un mes de los comicios, ¿Puebla capital definirá la elección a gobernador? Esa es una tarea para la araña.