Ya sea en un bosque misterioso, por un asesino o un mundo distópico, la clave radica en una buena historia.
Para plasmar una historia es necesario conocer bien a los personajes, formar una narrativa que puede llevar la historia y el hilo argumental, establecer bien la temporalidad e incluso dividir las tramas en secundarias y principal para poder ver todo en arcos argumentales que van interponiéndose paulatinamente y dan el “sazón” de la historia. Obviamente hay más factores, como la iluminación, el exterior, el lenguaje, etc. Cada mínimo detalle forma parte de la historia que puede ser tan desgarradora, tan feliz o tan bizarra como la vida misma; lo que quiero decir es que para plasmar bien una historia es necesario que conozcas bien tu vida, cada elemento es importante y cada parte es indispensable. Un buen ejemplo de cómo se proyecta bien una historia y se trasforma en serie son “Dark”, “La Forêt” y “The Rain; con nacionalidades muy diferentes: alemana, francesa y danesa, cada una cuenta con su forma muy particular de capturar las historias, pero tienen algo en común: cada historia te atrapa e intriga en cada paso.
En la serie de «Dark», la atmosfera es densa, los personajes son pesados y fuertes, maneja una narrativa que juega con el tiempo, la música te va guiando junto con la trama, ya que cada sonido tiene vida propia. «Dark» es una serie que tienes que ver en un solo día para poder captar lo que tiene en su interior. Sus personajes son complejos y se vuelven aún más conforme va avanzando, porque uno se da cuenta de sus trastornos, adicciones, miedos y acciones que lo llevaron a ese punto de la historia. La iluminación te absorbe y se vuelve un tanto fría y oscura, los planos que maneja son precisos y concretos, no pierde el tiempo en tomas que nos distraigan ni que entorpezcan la trama. Es decir, es una serie con fuerza y fuego propio.
«La Forêt» maneja una historia armoniosa, a pesar de que es una serie con tintes de thriller y misterio, su atmósfera es un tanto tranquila y elegante, con tomas artísticas y detalladas, lo que hace que la narrativa sea fluida, con planos más amplios y detallados. La serie se da el tiempo de plasmar bien cada parte de su universo y de proyectar paulatinamente su trama con elementos un tanto innecesarios, pero que se vuelve necesarios a la hora de ejecución de la misma. Cada personaje tiene su particularidad y sus subtramas se vuelven irresistibles y bien detalladas. Como una buena película francesa, «La Forêt» es muy artística, proyecta de buena forma la corriente de su cine y el cómo va desarrollando la trama, personajes e historia, por lo tanto es una serie bellamente detallada.
«The Rain» es una serie que se toma también su tiempo para contar su trama, pero a diferencia de «La Forêt», que lo hace mediante las tomas en planos secuencia, «The Rain» lo maneja por medio de su misma historia. Hay escenas que se vuelven pensadas, que tienen un propósito aunque la ejecución sea lenta. La atmósfera, por lo tanto, suele ser sosegada, toma su medida y su tiempo para acércanos más a un porqué de la trama. La narrativa va dando pistas de hacia dónde se dirige, pero no resuelve todo. Esta serie sí juega mucho con la musicalización, plasma su ritmo mediante melodías, canciones y sonidos, lo que la hace ser un poco más íntima y personal. En toda la serie salta la historia, va evolucionando poco a poco conforme va avanzando, por lo tanto, van surgiendo sorpresas, ya que uno se puede imaginar algo y de repente cambia la historia. Los personajes tardan un poco en vincularse con uno, en ser aceptados, pero eso no los hace innecesarios, sólo se aprecian de una forma diferente. Es una serie densa y pesada pero que evoluciona a su manera.
Son tres series muy diferentes pero con personajes nada olvidables, tanto por su psique como su narrativa con sus hilos argumentales bien definidos y que hacen que su apreciación nos atrape; son series que no te puedes perder.