Se rumora que, cuando las españoles las trajeron a México, solo existían las clásicas, hechas con ollas de barro y decoradas con 7 picos. Cada pico representaba a uno de los 7 pecados capitales y la venda que, tradicionalmente se le pone en los ojos a quien le toca pegarle en la piñata, representaba la fé ciega que nos lleva a quebrar los pecados.
Entre tanto remix, mucho de ese significado se ha perdido, pero las piñatas, por el acto contundente de quebrar son el ejercicio perfecto para sublimar toda clase de odios, violencias y negatividades.
La piñata es un vehículo perfecto para ser creativos e ingeniosos, muchos artesanos han logrado recrear personajes y objetos famosos de México para que, con esta reinvención, las nuevas generaciones no pierdan la tradición de hacer catarsis con una piñata. Entre las creaciones que se han vuelto más virales están las de la Piñatería Ramírez, ubicados en Reynosa, quienes siempre están al pendiente de las tendencias para crear la piñata que se ajuste al momento.
Piñatas para no romper y admirar
Por su lado, el escultor Roberto Benavidez, afincado en Los Ángeles, realizó una serie de esculturas titulada Illuminated Piñata. Estas piñatas, tan especiales, representan de forma irónica a los monstruos religiosos que habitan en manuscritos medievales como el Bestiario, el Horarium o el Luttrell Psalter. De esta forma, el artista se adentra a explorar cuestiones como la religión, la sexualidad, la belleza o el humor. Estas creaciones son una obra de arte, piñatas que no son para romper sino para tener en un lugar muy especial.
Roberto Benavidez. Roberto Benavidez. Roberto Benavidez. Roberto Benavidez.
Con información de Más de Mx