En México nada nos asusta, ya estamos curados de espanto y en lo que se refiere al picante, somos expertos. Pero en otras partes del mundo, el chile también es un ingrediente importante, es innegable que aporta mucho sabor y llega a ser adictivo. Además, gracias a la capsaicina, tiene propiedades analgésicas, anticancerígenas y antioxidantes.
Hacerles un hueco en nuestra dieta no parece mala idea, siempre y cuando no tengamos ninguna dolencia relacionada con el aparato digestivo o hemorroides, pues agudiza sus síntomas. Existen muchos tipos de picante y su intensidad se mide en la escala de Scoville. Conoce cómo lo usan en diferentes platillos internacionales:
Nduja (Italia)
Este embutido típico de la ciudad calabresa de Spilsby, ostenta el honor de ser uno de los más picantes de la familia de los embutidos. Es suave, untable, picante y conocido por su autenticidad. Además de estar compuesto por cortes de carne de cerdo, trozos de grasa en pequeñas cantidades (principalmente del vientre, la paletilla o la pierna), incluye una buena dosis de picante, que oscila entre el 25% y el 30%. La mezcla se conserva en el intestino natural y se ahúma con madera aromática y resinosa, como la del olivo y la robinia. ¡Imagínate el sabor!
Arroz jollof (África)
También conocido como benachin, es muy recurrente en las mesas del oeste de África, especialmente Ghana y Nigeria. Consiste en un guiso de arroz, tomate y especias, concretamente jengibre, nuez moscada y pimienta de Guinea, el cual suele servirse acompañado de ensalada o plátano frito. A priori, parece un simple plato de arroz, pero, claro, la combinación de dichas especias lo dota de un intenso grado de picor, que únicamente es soportable por los comensales más devotos o acostumbrados.
Cau cau (Perú)
A simple vista da la impresión de que es un guiso convencional, pues incluye mondongo y patatas cocidas. Pero si lo probamos, comprobaremos efectivamente que no lo es, ya que proporciona un intenso picor. Los responsables son los pimientos amarillos y la cúrcuma, que además se agregan en interesantes cantidades.
Sik sik wat (Etiopía)
La carne de ternera o pollo, el fenogreco, el paprika, los pimientos rojos, el berbere (una mezcolanza de especias, entre las que se incluyen el clavo, el cilantro, la guindilla, pimienta de Jamaica, el ajowan y las bayas de ruda) y la pimienta, entre otros ingredientes, son los protagonistas de este tradicional plato de la cocina etíope. Constituye un auténtico desafío incluso para los amantes del picante, y se dice que son pocos los que lo toleran. No obstante, quien lo consigue tendrá la posibilidad de disfrutar de una auténtica sinfonía de sabores intensos y de lo más sugestivos. Suele servirse en una olla grande que se coloca en el centro de la mesa, de la que los comensales se sirven.
Kimchi jjigae (Corea)
Concluimos este recorrido con este estofado coreano, que incluye ingredientes convencionales y poco inofensivos como el tofu, la cebolla, el cerdo o el marisco, que además le confieren peculiaridad gustativa. Claro que también tiene otros imperceptibles al ojo del comensal y que lo vuelven tan picante que hacen que el contador de la escala de Scoville se dispare: los pimientos, que además se incluyen sin medida.
Con información de El confidencial