Tres personas que habían quedado parapléjicas tras accidentes de moto han conseguido volver a ponerse en pie y dar unos pasos. Ha sido gracias a una intervención quirúrgica para implantar 16 electrodos directamente sobre su médula espinal. Los tres participantes habían perdido toda capacidad de movimiento en sus extremidades inferiores y el tronco debido al corte completo de la médula.
El neurocientífico Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), y la neurocirujana Jocelyne Bloch, del hospital universitario de la misma ciudad, dirigen el equipo científico responsable de este logro.
En una operación de cuatro horas, se han implantado los electrodos que emiten pulsos eléctricos sincronizados que imitan las señales que circulan a lo largo de la médula espinal, y esta vincula el cerebro con los miembros inferiores. A su vez, los electrodos van conectados a un ordenador con un sistema de inteligencia artificial que reproduce los impulsos necesarios para caminar, montar en una bicicleta especial o remar (en el caso de un paciente sin movilidad en el bajo tórax). Estas son tres de las actividades que han conseguido realizar los participantes en este estudio.
Lesiones que ya no son irreversibles
El avance se suma a los conseguidos por dos equipos de EE UU que usan sistemas de estimulación eléctrica continua y que también han permitido caminar a algunos pacientes después de haber quedado parapléjicos por accidentes. La idea más importante detrás de estos trabajos es que algunas lesiones medulares ya no deben considerarse irreversibles.
El equipo suizo ha tratado ya a nueve personas en lo que por ahora es solo una intervención experimental para un número muy reducido de lesionados. Pero Courtine explica que su equipo espera comenzar los primeros ensayos clínicos con más pacientes en 2023, en parte a través de Onward Medical, la empresa que ha creado junto a Bloch para la futura comercialización de esta tecnología. Los ensayos llevarán aún unos cuantos años de trabajo. “Vamos todo lo rápido que podemos”, asegura el neurocientífico.
Con información de El País