Los responsables de que la candidatura a la capital poblana por Morena flote en el limbo es de sus propios suspirantes. Si Mario Riestra Piña está con tremenda sonrisota es porque los militantes de Morena se pusieron muy tercos. Quien lleva ahorita mano en esta guerra intestina es Riestra y, de paso, arrastra a los de la zona conurbada.
Por ello y bajo la consigna de que “a río revuelto, el que la encuentra se la emboruca (¿o cómo era?)”, un Rodrigo Abdala podría salir como el ganador de los trancazos internos entre los Chedraui y los Carbajal-Rivera.
Una aclaración
Aclaración, esta columna no es para decir que fulano de tal va a ser o no; o que ya se le prendió una veladora a uno y se le apagó su velita a otro; la neta, la neta, la neta, en este espacio hemos evitado jugarle al adivino, porque no somos ni lectores del tarot ni pitonizos y mucho menos gitanos. No nos ha ido bien cuando le hacemos al mago. Es análisis basado en lo que se dice en los pasillos de la polaca local.
Ya es cosa de ese partido en el poder que sepan negociar, sólo que no hablar del caso Puebla es imposible y más cuando se han tensado las cosas entre los grupos. Será la capacidad de diálogo interna y la habilidad de persuasión la que impida huelgas de brazos caídos y revanchas silenciosas, como siempre ocurre con los perdedores.
Hecha esa pequeña aclaración continuamos: los puntos que juegan a favor de Rodrigo Abdala son: es de los fundadores del movimiento; el presidente lo conoce y se lleva bien con él (aunque ese no siempre es un punto a favor, remember Pearl Harbor); se lleva bien con el gobernador Sergio Salomón Céspedes porque al menos se supo que trabajaron muchos proyectos en conjunto.
Abdala trae buena comunicación con Alejandro Armenta, aunque este último ha sido muy prudente y para evitar fisuras no se ha decantado por nadie.
Como es de los fundadores de Morena tiene extraordinaria relación con Claudia Rivera y su familia (quienes tienen peso en ese partido y con personajes nacionales de la 4T). La lleva también bien con Alejandro Carvajal y con los “duros de Morena”.
Y, por otra parte, al ser de familia libanesa, pues entra bien en las clases medias poblanas. Que al final es por lo que se quería o quiere impulsar a José Chedraui Budib, un perfil que sea bien visto en el poblanishment.
¿Qué es el poblanishment?
Condición de ser poblano aspiracional. Te saludan cuando les conviene. Dicen ser poblanos pero no apoblanados (¿?).
Te recuerdan cuando te va bien, te olvidan cuando no traes dinero, apoyaron a Mario Marín luego le dieron la espalda, luego lo extorsionaron cuando el escándalo Lydia Cacho, pero le aplicaron la misma medicina a Moreno Valle a Gali, vamos, practican muy bien lo de “muerto el rey…”.
Se les ve mucho ligados a Acción Nacional, pero en la realidad están por todos lados.
Abdala entraría bien tanto con los ricos como con los pobres, con el pueblo malo que con el pueblo bueno.
Ese escenario en caso de que no se logren poner de acuerdo los tirios y los troyanos. Que se estire tanto la liga que al final se rompa, el único que daría certeza sería Abdala, ahora, la pregunta es ¿él ya declinó o no? Porque se decía que el jaye Abdala aparecería en aquella reunión del fin de semana pasado en el que varios aspirantes se sumaron al proyecto de Chedraui.
Abdala lo único que tiene que demostrar es que tiene capacidad para remontar en las encuestas (las de a de veras) y tocar las puertas necesarias para convencer que él asegurará espacio para todos y cuando decimos todos es porque son todos.
Mientras tanto, no queda más que ir por la bolsa de palomitas y ver en qué termina esta telenovela. Si se queda entre los grupos en disputa sólo será una gran capacidad de negociación y de convencimiento para que lleguen unidos en junio próximo, lo demás es lo de menos.