El aborto a través de la telemedicina es un fenómeno que crece silenciosamente en Estados Unidos, la pandemia de coronavirus llevó a otro nivel la demanda de abortos por telemedicina, porque gran parte de la nación estaba sometida a medidas estrictas para quedarse en casa y varios estados —entre ellos Arkansas, Oklahoma y Texas— han tratado de suspender el acceso a los abortos quirúrgicos durante la crisis.
El programa de telemedicina en el que participó Dale puede continuar debido a que se trata de un estudio de investigación que desde hace varios años cuenta con un permiso especial otorgado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés). Permite a las mujeres que han decidido abortar tener consultas en video con médicos certificados y, luego, recibir por correo píldoras abortivas que pueden tomar por su cuenta.
En el último año, el programa, llamado TelAbortion, se expandió de atender a cinco estados hasta llegar a 13, pero dos más, Illinois y Maryland, se agregaron cuando estalló la crisis del coronavirus. Sin incluir esos nuevos estados, cerca del doble de las mujeres tuvieron acceso a abortos a través del programa en marzo y abril, en comparación con los meses de enero y febrero.
Para poder atender a las mujeres durante la pandemia, TelAbortion está “trabajando para expandirse a nuevos estados lo más rápido posible”, dijo Elizabeth Raymond, asociada médica principal de Gynuity Health Projects y quien dirige el programa. También tiene conocimiento de que hay más mujeres en estados colindantes que tratan de cruzar las fronteras estatales para tener acceso a TelAbortion.
Hasta el 22 de abril, TelAbortion había enviado un total de 841 paquetes con píldoras abortivas y había confirmado 611 abortos completados, informó Raymond. Unas 216 participantes más todavía estaban en el proceso de seguimiento o no se habían comunicado para confirmar sus resultados. El programa ha crecido a tal grado que motivó hace poco a los senadores republicanos a presentar un proyecto de ley para prohibir el aborto por telemedicina.
La FDA, que le ha permitido a TelAbortion seguir operando, se negó a responder a las preguntas de The New York Times sobre el programa.
El aborto con medicamentos, que la FDA aprobó en el año 2000, se está convirtiendo en el método que más usan las mujeres en Estados Unidos. Sin embargo, la FDA requiere que sean doctores especialmente certificados u otros proveedores médicos quienes administren en clínicas u hospitales el primer medicamento del régimen de dos fármacos, la mifepristona.
Pero las normas de la FDA no especifican que los proveedores deben ver a los pacientes en persona, por lo que algunas clínicas han comenzado a permitir que las mujeres se presenten a consultas por video con médicos certificados que se encuentran en otros lugares. TelAbortion va más allá, ya que ofrece consultas de telemedicina a las mujeres en su casa (o en cualquier lugar), les envía por mensajería las píldoras y les da seguimiento una vez que tomaron los medicamentos.
Una decisión difícil
Por lo general, TelAbortion cobra entre 200 y 375 dólares por las consultas y las píldoras. Las mujeres también deben pagar un ultrasonido y pruebas de laboratorio, que pueden practicarse en el lugar de su preferencia. Durante la pandemia del coronavirus, TelAbortion puede prescindir del ultrasonido para medir la edad gestacional del embarazo si las mujeres no pueden visitar a un médico para obtenerlo, afirmó Raymond.
En algunos estados, los seguros médicos privados o Medicaid cubren algunos o todos los costos. En el caso de las mujeres que enfrentan dificultades financieras, como Kirby en Denver, el programa recurre a las redes de subvenciones para el aborto.
Algunas pacientes dijeron que las teleconsultas les ayudaron a lidiar con los complejos sentimientos que el aborto puede evocar.
Leigh, una inspectora de construcción en Denver, quien pidió ser identificada solo por su segundo nombre, dijo que se consideraba “totalmente provida”. Pero, agregó, también tiene depresión, que se volvió tan severa después de que tuvo un bebé hace dos años que a veces se sintió suicida. Los doctores, dijo, “no querían dejarme a solas con mi bebé”.
En marzo pasado, después de descubrir que estaba embarazada y consultar a su prometido, llamó a Planned Parenthood. “Dije: ‘No quiero ser esta persona, pero necesito terminar este embarazo’”, dijo Leigh.
Ella escogió la opción de TelAbortion. Después de tomar el primer medicamento, asistió a una sesión de fotos previamente programada para sus fotos de compromiso con su prometido; esa noche tomó el segundo medicamento.
Al realizar su llamada de seguimiento desde un campo en un lugar de trabajo, Leigh le dijo a la doctora, Kristina Tocce, directora médica de Planned Parenthood de Rocky Mountains, que se sintió obligada a abortar, “sin importar cuánto me odie”.
Ahora, cuando ve un bebé, dice que a veces se pregunta, “¿Tomé la decisión errada?”.
“Quería tener a mi bebé, pero simplemente no podía”, dijo.
Con información de New York Times