Laura Ruiz | e-Consulta
Cuando hace 11 años habitantes de los clúster 1111 y 88 compraron sus casas en Lomas de Angelóplis se les vendió la idea de que colindarían con terrenos de una universidad privada, sin embargo ahora conviven con las ratas, cucarachas, humedad y ruidos industriales de un supermercado, cuya construcción y operación califican como abusivo e irregular.
Se trata de la sucursal La Comer que el Grupo La Comer inauguró a finales de marzo pasado con una inversión de 480 millones de pesos, según reportes de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Los problemas con el supermercado, acusaron afectados durante un recorrido de e-consulta, iniciaron desde 2017 con trabajos para rellenar y compactar más de seis metros de un terreno, así como las subsecuentes vibraciones y cuarteaduras en sus casas.
Tras más de un año de trabajos, el predio quedó a la altura de la parte alta de la barda de los vecinos e incluso fue aprovechada por los obreros para edificar una bodega en apenas unos meses.
Pese a quejas constantes, la empresa a cargo de la obra mantuvo hermetismo y no fue sino hasta inicios de año que pudieron confirmar que se trataba de un supermercado, por lo que pidieron la intervención de las autoridades municipales.
En febrero la alcaldesa Karina Pérez Popoca reconoció que podían existir actos de corrupción, quedó en investigar y aunque asistieron al lugar funcionarios municipales no hubo seguimiento al caso.
«Creemos que seguramente porque no fue en su administración, sino en la anterior pudiera investigar el origen de los permisos, la autorización, legalidad, protección civil y de más», comentó el afectado Ramón Bada.
La lista de daños a casi tres meses de operación del supermercado es variada, pues por un lado se encuentran riesgosamente cercanos y por otro hay ruidos de operación de máquinas, tránsito de personal y descarga de material durante las 24 horas del día.
La nueva construcción quedó a menos de un metro de distancia del fraccionamiento y el pasillo que se dejó entre infraestructura a infraestructura ya ha registrado inundaciones con filtraciones hacia los vecinos.
En cuanto a la contaminación esta es variada y va desde las plagas que antes no se tenían, hasta el ruido que, de acuerdo con los vecinos, es insoportable aún sin abrir las ventanas.
A la larga, agregan los vecinos inconformes, el problema será también que los inmuebles se habrán devaluado para considerar opciones como la renta e incluso el ponerlos a la venta.
«A quien quiera rentar por supuesto que no va a poder rentarla a menos que se aun costo muy muy bajo y si quiero vender mi casa va a ser con una devaluación impresionante», agregó Luis Zaragoza.
Por ahora los vecinos han iniciado una campaña en redes sociales para vetar al supermercado y esperarían que la autoridad intervenga para investigar, suspender operaciones y replantear que los compresores, generadores de electricidad y tanque de agua se reubiquen.