Pablo Picasso decía que la inspiración existe pero te tiene que encontrar trabajando, a mí la verdad es que me encontró en el peor momento, sintiéndome perdida y llorando.
Inicié el 2017, como ya es mi costumbre, enamorada de un patán, recuerdo muy claro que le dije a una persona que sentía que sería mi año, había algo que me hacía creer que algo pasaría y se convertiría en el año de mi vida y poco a poco todo se fue nublando.
Cuando era niña soñaba con dedicarme a la moda, mi mamá me cuenta que pasaba horas juntando recortes de ropa que sacaba de revistas y haciendo combinaciones al pegarlas en una libreta, cada vez mis sueños eran más grandes y yo de verdad sentía que debía dedicarme a eso, hasta que la zona de confort llegó, inicié el año en este lugar, me encontraba trabajando en una conocida y ya antes mencionada universidad de Puebla, viendo cómo mis sueños sobre trabajar en la moda se iban esfumando, pero además veía cómo mis amigos crecían y yo no lograba nada más que estar sellando documentos todos los días, hasta que el día llegó el 9 de marzo a las 10:00 am. Me llamaron a la oficina de recursos humanos donde me ofrecieron firmar una renuncia a cambio de un mediocre cheque, el miedo me recorrió, no tenía otra opción, así que firme y salí con mi cheque en manos sintiéndome un tanto liberada pues ya no tenía que sellar documentos nunca más, pero también llena de miedo, pasaron los meses y otro golpe sucedió el 4 de mayo: terminé la inestable relación que tenía con el patán ya antes mencionado, el «Señor Bigotes», ¿te acuerdas? La madrugada de ese día decidió comenzar una discusión de la nada, y correrme de su casa #Quientehizotantodaño; todo mundo me decía que las cosas pasaban por algo y yo solo entendía que salir de la zona de confort me estaba doliendo y que el dinero se me estaba acabando, todo se juntó y en el recuento de los daños mi perro estaba enfermo, yo sin trabajo, mi corazón roto y unas enormes ganas de llorar que me recorrían todo el día.
Un día, mi mejor amiga me pidió que la ayudara a hacer styling para una florería y la magia comenzó, yo ya tenía varios años con el sueño de tener un negocio así, pero no me animaba. Durante algunas horas la dueña de dicho negocio me explicó todo el proceso que ella pasó para iniciar su florería, así que tome los ahorros que me quedaban y me animé a iniciarlo. Pasaron los días, y cuando todo iba mejor y yo estaba más relajada, vi una publicación en Facebook para trabajar en un estudio de moda, todo iba tomando forma y cada día el dinero iba llegando a mis manos, mi perro estaba mejor, amaba comprar y vender flores y estaba cumpliendo mi sueño de trabajar en un estudio de moda, pero tenía un vacío y muchas dudas, así que decidí buscar al «Señor Bigotes», y sí, ahí fue donde aprendí a no rogar y a valorarme. Al tipo le podía marcar las veces que fuera y no respondía, entonces tomé la poca dignidad que me quedaba, terminé con todo lo que me ataba a él y comencé a ser feliz.
Cometí muchos errores en este camino y la historia es mucho más larga de lo que puede caber en estas líneas, pero si te identificas con algo de lo que me pasó, estas son mis recomendaciones para iniciar tu 2018:
- Sal de la zona de confort: A mí me sacaron y en ese momento me dolió mucho, con el pasar de los meses al darme cuenta que no tenía un sueldo estable comencé a arrepentirme de haber firmado esa renuncia, hoy sé que duele pero también sé que fue lo mejor que me pudo pasar.
- No te conformes con el lugar donde estás ahora y, de verdad, con nada, de las pocas cosas que le puedo agradecer al «Señor Bigotes» es que un día mientras lloraba llena de miedo me dijo “El dinero que tienes lo puedes invertir, y también lo puedes perder, pero existe la posibilidad que tu negocio funcione, y es mejor eso a que lo tengas guardado y poco a poco te lo termines”; yo ya tenía varios años soñando con una florería y me tuvo que pasar todo esto para entender que debía perder el miedo a crecer y comenzar a creer en mí.
- Intenta por otro lado: con más sabiduría y entusiasmo pero sobre todo con paciencia, así fue como yo logré obtener el trabajo de mis sueños, hoy vivo todos los días entre vestidos de alta costura, alumnas increíbles que siempre me enseñan algo y un negocio que me recibe todos los días con flores.
- Valora cada días y valórate mucho: nunca más volví a rogarle, ni volví a permitir que me trataran mal y ahí fue donde entendí que todos los días debía cuidarme y protegerme pues nadie más lo haría por mí, me di cuenta que pasaba de una relación disfuncional a otra y no hacía nada por mejorarlo, solo le cambiaba el nombre al problema, hasta que me decidí a poner un alto a esta situación y, ¿te digo un secreto?, cuando esto pasa el amor llega y llega completo, sin restricciones ni limitaciones.
- No necesitas que todos te amen, basta con pocas personas pero que sean buenas: no te conformes con poco, de verdad que en esos momentos conocí a mis verdaderos amigos, a mi amiga Lu que me invitaba el desayuno diario y nunca se cansó de verme llorar, mi amiga Andrea Estrada que cada que podía me ofrecía pequeños trabajos para ayudarme económicamente, Raymundo me recomendó con el diseñador Adriel Cervantes, que hoy además de ser mi jefe es uno de mis mejores amigos, mi coordinador y amigo Iván Maldonado que confió en mí para dar clases en una universidad, y esta publicación que todos los lunes confía en mí para contarte algo. De todo se aprende y cada uno de ellos no me dejó caer cuando más lo necesitaba, así que valora a las personas que están contigo.
Hoy sé que lo que hice ya pasó, y que lo que tal vez debí haber hecho mejor lo hice exactamente como pude en ese momento. Por lo que viene ya no me estreso, cuando llegue ya veremos qué pasa; dicen que el hombre sufre más por imaginar poco que por imaginar demasiado, y la mayor parte de mi vida me la pasé imaginando poco y lo peor de mí, hasta que esa renuncia me obligó a sacar lo mejor que tengo, a mostrarme lo fuerte que soy, a alcanzar mis sueños e imaginar en grande.
Sabes que alcanzaste una lección cuando las circunstancias no cambian, pero la forma en que la afrontas sí.