Por Gilberto Brenis / @GilbertoBrenis
Fotos: Cortesía Agustín Arguello
Un tímido niño en Argentina jugaba a solas en su habitación interpretando todos los personajes de sus guiones. Agustín Argüello poco se imaginaba que esos juegos eventualmente lo llevarían a estar en las televisiones de los hogares de su país cantando y dando a conocer su talento a nivel nacional. Su desempeño lo llevaría a hacer lo mismo en México y a demostrar que lo que en algún momento hacía a solas y con timidez era necesario que fuera conocido por el continente entero. Ahora viviendo en Madrid, pues protagoniza El Rey León, nos enlazamos vía Zoom para platicar un poco acerca de su exitosa carrera.
Gilberto Brenis: Por primera vez en la historia iniciaré la entrevista con un reclamo…
Agustín Argüello: ¿En serio?
La última vez que hablamos y que hicimos un episodio de las Preguntas Tontas ya sabías que te ibas a España a hacer El Rey León y no me lo dijiste…
¡Es verdad! Pero todo tiene una explicación. La verdad, Gilberto, es que tenía muchísimo miedo, porque sí te lo pude haber dicho, pero había muchas cosas en contra. Hubo muchos detalles con el permiso de trabajo, de hecho llegué a España una semana tarde. Honestamente había una parte mía que temía que no se fuera a hacer. Además, cuando hablamos tenía yo solamente un par de días de saberlo.
Me imagino que ha sido una verdadera experiencia ahora hacer este montaje en España donde lleva más de 10 años en cartelera…
Gracias a la vida me tocó a mí celebrar el décimo aniversario en cartelera en noviembre del año pasado, la verdad es que no me la creo. En Madrid, es la obra que mayor permanencia ha tenido y, además, Gilberto, con funciones de martes a domingo. Ya es un atractivo turístico incluso para muchas personas.
A mí me llama mucho la atención cómo ha influenciado México en los protagonistas de El Rey León en España. Primero con Carlos Rivera, luego Michel Jáuregui, y ahora tú que, aunque naciste en Argentina, ya llevas muchos años en nuestro país…
La verdad es que es gracias a México que estoy aquí. Después de trabajar con Morris Gilbert y en Ocesa por varios años es que me contactaron para venir aquí, así que estoy muy agradecido. De alguna manera ayudaba que me sabía la obra después de haberla presentado aquí, así que eso fue algo que jugó a favor.
Pero eso de que te la sepas es un decir, pues tengo entendido que hay palabras diferentes, las letras de las canciones son otras, tienes que pronunciar y eso lo hace como algo completamente diferente…
Tienes razón, a veces es fácil confundirte. Yo necesito concentrarme porque a veces puedo mezclar los guiones de España y de México, pero he tratado de borrar lo anterior. Porque aunque es la misma idea, se dice de diferente manera.
Dame un ejemplo…
Digamos hay una frase que en México es: ‘¡Que te escuchen!’. Y aquí en España se dice: ‘¡Que te oigan!’. Es lo mismo, pero no es lo mismo. Las letras de las canciones sí son diferentes.
¿Te gusta repetir y repetir lo mismo todas las noches?
Esa es la magia del teatro. Yo siento que con cada repetición me voy enamorando más del personaje. Lo voy conociendo más a fondo. De verdad que eso es algo de lo que más disfruto.
Normalmente ¿cómo reaccionas cuando te dan la noticia de que te quedaste con un personaje?
Depende mucho de las circunstancias, en este caso la confirmación de Simba llegó justo cuando me había enterado de que se acababa Ghost, obra en la que estaba en la Ciudad de México. Pasé 24 horas de incertidumbre y de duelo de un personaje para recibir otro. Y además, no sabes cómo lloré cuando me dijeron que se acababa Ghost, me dolió muchísimo. Y después llega Simba, me dio mucho alivio porque ya sabía lo que seguía y después llegó el miedo por todo lo que implica mudarte de país. Te soy honesto, también me dio miedo porque Simba es un personaje que te exige mucho, además hacerlo aquí en Madrid es algo importante.
¿Qué te exige Simba?
Vocalmente es demandante, también físicamente, es fácil lesionarte. Te tienes que cuidar muchísimo.
¿Cómo inicia toda tu historia en el canto?
Yo cantaba desde que era chiquito, pero en el cuarto de mi casa, jamás me atreví a salir de ahí. Compartía con mi círculo familiar porque todos cantábamos pero en familia. Además yo escribía mis propias historias y yo las actuaba, yo hacía todos los personajes. En mi mente eran como películas y lo disfrutaba mucho. Yo en lugar de salir a la calle a jugar me la pasaba en mi cuarto actuando mis películas. Esto me llevó a estudiar cine cuando llegó el momento.
Pero no pudiste terminar, ¿cierto?
Así es, estuve solamente un año porque entré a Operación Triunfo Argentina y ahí fue donde empezó realmente mi carrera como cantante. Luego vino La Academia en México, me quedé en México y empecé a cantar en diferentes escenarios hasta que me integré a una boyband que se llamaba Toby, cuando se disuelve el grupo empecé a tomar clases de actuación y a hacer castings. Recibí muchos rechazos hasta que finalmente hice una audición para El Mago de Oz con Édgar Vivar y me quedé como el Hombre de Lata. De ahí entré a El Rey León México como ensamble y fue mi primera oportunidad con Ocesa. De ahí siguió Mentiras, Los Miserables y Ghost.
¡Qué bárbaro! Resumiste tu carrera en tres minutos. Quiero regresar a Operación Triunfo, ¿cómo te fue con la fama siendo tú tan tímido?
Siempre fue mi sueño entrar a Operación Triunfo, yo veía la versión española y me encantaba. Resultó que hice el primer casting, hice la fila desde las cinco de la mañana hasta las ocho de la noche. Y si mal no recuerdo ya se había elegido el elenco de toda esa temporada. Resultó que el representante de mi provincia era venezolano y decidieron cambiarlo y me eligieron a mí. Fue completamente mi sueño hecho realidad. Yo me sabía absolutamente todos los datos de Operación Triunfo de España. Te puedo decir, sin temor a equivocarme, que fue el punto de quiebre de mi vida y uno de los mejores momentos.
Quedaste en tercer lugar, ¿cómo lidiaste con la fama?
Fue abrumador, Gilberto, te lo digo sinceramente. Imagínate, de un encierro absoluto pasas a tener personas que te siguen a todos lados. Te pega mucho en tu autoestima, porque si no sabes manejarlo te puedes creer todo lo que pasa y te puede afectar. Empiezas a acumular dolor, miedo, inseguridades. Fue difícil, incluso nos recomendaban alejarnos de redes sociales. Cuando fui a México, ya fue un poco menos… pero sí te afecta.
¿Cómo llega La Academia?
Realmente fue un poco más directo porque los productores de México hablaron con los productores de Argentina y supongo que mis productores no sabían qué hacer con mi contrato y me mandaron a México a concursar. Y viajé a México, tenía dos meses de haber salido de Operación Triunfo. La verdad es que me engañaron un poco, porque me dijeron que no habría encierro, que nos iban a pagar y era más rudo que en Argentina. También llegué a la final de La Academia y quizá lamento no haberlo disfrutado tanto como el resto de mis compañeros, porque en mi cabeza me habían engañado… visto a la distancia la verdad es que fue una bonita experiencia. Además me abrió la posibilidad de iniciar mi trabajo en México.
¿Qué te hizo quedarte en México?
Pues la verdad es que terminando La Academia regresé a Argentina y lo que había pasado es que mi fama ahí se había acabado. Ya la gente no me hacía mucho caso. Estando en Argentina me empezaron a hablar de México para diferentes cosas, incluyendo un programa que se llamaba Segunda Oportunidad, el cual gané.
¿Recuerdas cuándo fue la primera vez que cobraste por cantar?
Fue en un show en Guatemala, después de La Academia.
Si algo se le puede reconocer a Agustín Argüello es que ha sabido explotar al máximo las oportunidades que se le han presentado. Si bien ha habido períodos de angustia por no saber qué es lo que sigue, estos han sido cortos y llega el siguiente proyecto que lleva al próximo y al otro.
Su carisma le ha permitido ganar adeptos tanto en nuestro país como en su natal Argentina y, ahora, en España.
Agustín tiene un contrato que finaliza en julio, aunque hay posibilidad de renovarlo. Esperará hasta ese momento para ver qué es lo que sucede, por lo pronto disfruta de cada una de las nueve funciones que tiene la posibilidad de dar en Madrid en el icónico teatro Lope de Vega de martes a domingo.
Seguramente lo que venga será un paso más en el ascenso de su carrera y nada da más gusto que ver volar a quienes abusan de talento y de humildad.
PREGUNTAS TONTAS
¿Qué es lo que nunca falta en tu refrigerador?
Queso y Coca Cola.
¿Tienes alguna superstición?
Nunca paso por debajo de escaleras.
Si pudieras regresar el tiempo, ¿qué consejo
le darías a tu yo de 15 años?
Que empezara a estudiar actuación.
¿Qué es lo que no te gusta de ir al súper?
Caminar al súper.
¿Con quién te gustaría tomarte un café?
Con Lionel Messi.
¿De qué decisión profesional te arrepientes?
Tuve una propuesta para Off-Broadway y que después se trasladó a Broadway y que quizá si la hubiera tomado no sé dónde estaría ahorita. No lo hice porque representaba dejar muchas cosas en ese momento, pero no sé si me arrepiento, pero es sin duda un punto de encrucijada en mi vida.
¿Cuáles son tus dos discos favoritos?
It won’t be soon before long de Maroon 5.
¿Qué platillo no comerías?
Nada con canela.
¿Cuál es tu película favorita?
La última de Harry Potter.
En un avión que está por estrellarse viajan Sam de Ghost, Simba de El Rey León y Emmanuel de Mentiras, solamente hay un paracaídas… ¿a quién se lo das?
A ver, Emmanuel no se lo merece por mentiroso. Tendrías que ser Simba, porque me ha cambiado la vida de muchas maneras.