Algo tiene que hacer el alcalde poblano José Chedraui Budib en materia de seguridad pública porque se ha vuelto porosa, se ha salido de control y estamos ante esa bolita diminuta que se convertirá en la terrible avalancha, en el alud imparable.
Al menos, en la prensa (cada día son más los periodistas que lo denuncian) y en las cuentas de Twitter que nos enteramos un día sí y el otro igual de un enfrentamiento a balazos entre ambulantes en pleno Centro Histórico; el asesinato de un presunto líder de una banda del crimen organizado en Fuentes de San Bartolo; el asalto del City Club al medio día, robos a transeúntes.
No sabemos qué intereses mueven a cada uno de los reporteros, cada quién sabe lo que hace y por qué lo hace, pero la realidad está ahí frente a todos.
Ejemplos sobran.
Todas las semanas ocurre algo.
Si Pepe Chedraui no da un duro golpe en la mesa, esa percepción de que Puebla es insegura será imparable.
Algo no ha terminado de germinar en su incipiente gobierno.
Entendemos que no se vale criticar por criticar cuando alguien se sienta en la silla del poder, y que hay que dar el beneficio de la duda y si se puede hasta dejar que poco a poco se vean los resultados, que todo se acomode, pero la administración de Pepe Chedraui tiene una ventaja: el pésimo gobierno del panista Adán Domínguez Sánchez.
Cualquiera que llegue después de Adán Domínguez tendría que ser no bueno, sino extraordinario; el gobierno panista dejó la ciudad destrozada, no obstante, Chedraui, a sus casi sesenta días de gobierno, aún no se nota un gran cambio.
Siguen las calles sucias, los baches en cada esquina, pero sobre todo la inseguridad crece.
La caravana Coca Cola está muy bonita y colorida, pero al final eso se olvida; no sirve de absolutamente nada; sí es una gran publicidad para los dueños de FEMSA, pero para el ciudadano de a pie que tiene que enfrentarse a la delincuencia en Loma Bella, Bosques de San Sebastián, San Manuel o Agua Santa, la verdad es que sólo lo distrae, pero no le resuelve nada.
O sea, esa caravana sí sirve para entretener al pueblo bueno y sabio.
Que la final de futbol entre Los Rayados de Monterrey y el América se juegue en el estadio Cuauhtémoc, pues será muy emocionante, pero eso no compensa que las calles estén en pésimo estado.
Eso sí, muchos festejarán y habrá gran algarabía porque en Puebla hay muchísimos seguidores de Las Águilas, pero el domingo pasado, a unos pasos del estadio Cuauhtémoc se hizo viral en Tik Tok, Instagram y Twitter que dieron un cristalazo a un auto en el estacionamiento del Parque Puebla.
El exgobernador Miguel Barbosa Huerta y el todavía mandatario Sergio Salomón Céspedes Peregrina admitían que la inseguridad es materia del gobierno estatal, empero, ambos coincidían en señalar que todo empezaba por los municipios.
Es por eso por lo que a Pepe Chedraui le urge dar un golpe de timón. De ser necesario pedir consejo al nuevo gobernador Alejandro Armenta porque si no hace nada, la inseguridad verdaderamente será imparable.
El tiempo es inexorable y no importa lo que digamos los medios, la percepción es la que se puede convertir en realidad.
Los políticos son como los fusibles, se deben cambiar cuando se funden. Faltan cuarenta días (un mes y cacho) para que se cumplan los primeros cien y se pronostique, con más sustento, hacia dónde va el rumbo de la Angelópolis.