Las luces del imponente Allegiant Stadium, con sus 70.000 almas enardecidas, iluminaron la noche de cierre de WrestleMania 41 este domingo 20 de abril. Fue una jornada final que pasó de la emoción a la incredulidad y de la estrategia al drama puro. Los protagonistas: el carismático John Cena y el indomable Cody Rhodes, quienes regalaron una de las peleas más memorables del año por el Campeonato Indiscutible de la WWE.
La acción comenzó desde temprano, cuando el reloj marcó las 17:00 (hora de Ecuador) y los fanáticos se acomodaron para disfrutar de una previa repleta de anécdotas y pronósticos. Pero la atención de todos estaba puesta en el combate estelar, una lucha que prometía ser un clásico instantáneo.
La batalla del siglo: Cena vs. Rhodes
El regreso de John Cena, una leyenda viva con 16 campeonatos mundiales en su haber, electrizó el ambiente. Este ídolo de generaciones buscaba romper su empate histórico con Ric Flair y, de paso, dejar su huella final en WrestleMania. Frente a él estaba Cody Rhodes, el «American Nightmare,» un luchador conocido por su técnica implacable y su habilidad para levantarse ante cualquier adversidad. Rhodes llegaba como el vigente campeón y con la confianza de quien ha hecho de su reinado una dinastía.
El campanazo inicial desató la intensidad. Rhodes marcó territorio con su estilo agresivo, imponiendo el ritmo del combate. Cena, veterano de mil batallas, apostó por su astucia, saliendo del ring para enfriar las cosas. Con el tiempo, su estrategia dio frutos: dominó a Rhodes y estuvo a un suspiro de la victoria con un Ajuste de Actitud desde las alturas que dejó al público al borde del colapso.
Pero Rhodes no se quedó atrás. Su contraataque fue feroz, ejecutando un SuperCore desde la tercera cuerda que hizo temblar la arena. Ambos gladiadores mostraban por qué estaban en el evento principal: cuentas interrumpidas, movimientos inesperados y un drama que tenía a todos de pie.
Un giro inesperado: la irrupción de Travis Scott
Cuando el combate alcanzó su punto álgido, una figura inesperada apareció: Travis Scott, el famoso rapero. Su intervención generó caos, distrayendo al árbitro y, en consecuencia, privando a Rhodes de una victoria limpia. El campeón tuvo que salir del cuadrilátero para confrontarlo, abriendo la puerta a que Cena intentara capitalizar con un golpe desleal utilizando el cinturón.
CROSS RHODES to TRAVIS SCOTT! 😲#WrestleMania pic.twitter.com/sqdMmJYkpS
— WWE (@WWE) April 21, 2025
Pero Rhodes, fiel a su honor, no cayó en la tentación de devolver el golpe. Esa decisión, cargada de principios, le costó caro. Cena aprovechó la oportunidad y, con un golpe bajo, se aseguró la victoria. La cuenta de tres fue acompañada de un estallido de emociones encontradas: Cena había roto el empate con Ric Flair, consagrándose como campeón mundial por 17ª vez.
Un final agridulce para la historia
La victoria de Cena fue tan espectacular como polémica. Mientras el «Doctor of Thuganomics» celebraba su hazaña, Rhodes se retiraba entre aplausos por su valentía y sentido del honor. Fue un desenlace que quedó grabado en la memoria colectiva del universo WWE, un recordatorio de que el drama y la gloria caminan de la mano en el cuadrilátero.
JOHN CENA HAS SET THE RECORD
HE’S A 17 TIME WORLD CHAMPION#WrestleMania pic.twitter.com/p6yybr7QxZ
— Pat McAfee (@PatMcAfeeShow) April 21, 2025
WrestleMania 41 cerró su telón con una mezcla de emociones: alegría para los fans de Cena, frustración para los de Rhodes y admiración universal por el espectáculo ofrecido. Una noche que reafirmó por qué la WWE es el centro del universo del entretenimiento deportivo.